Multitudinaria y pacífica marcha en repudio por las muertes
Unas 15.000 personas marcharon a Plaza de Mayo y le pidieron a Duhalde que se vaya
Sindicalistas, desocupados y defensores de derechos humanos marcharon ayer a la Plaza de Mayo, en repudio a la represión policial que causó el miércoles la muerte de dos manifestantes y heridas a 90.
Unos 15.000 argentinos recorrieron el centro de Buenos Aires y colmaron la Plaza de Mayo, sin que se registraran incidentes, portando cientos de pancartas como fiel reflejo de la diversidad de la composición de la protesta.
«Esta es una clara derrota de (el presidente Eduardo) Duhalde, el pueblo le dice que se vaya», expresó un militante presentado como Lucas, único orador del acto y dirigente de la Coordinadora de Trabajadores Desocupados «Aníbal Verón», a la que pertenecían las dos víctimas fatales del miércoles.
De fondo, tronaba el grito de la muchedumbre: «Se va a acabar, se va a acabar, la costumbre de matar».
En las horas previas a la marcha, nerviosos preparativos de los manifestantes y el severo dispositivo de miles de policías (ver recuadro) habían convertido el centro de Buenos Aires en un páramo, con las avenidas y paseos públicos casi vacíos en horas centrales, tras el asueto declarado para empleados del Congreso y de otras reparticiones públicas.
La tensión fue creciendo al ritmo de las acusaciones cruzadas entre dirigentes piqueteros y el Gobierno acerca de las responsabilidades por los graves hechos de violencia del miércoles.
El ministerio del Interior, Jorge Matzkin, previno sobre la «posibilidad de que grupos minoritarios y violentos intenten repetir actos de vandalismo que pondrían en riesgo vidas y bienes materiales» y advirtió que garantizará el orden en las nuevas movilizaciones.
Con dispar adhesión, se cumplió el paro de 24 horas convocado por la Confederación de Trabajadores Argentinos (CTA), con mayor fuerza en los gremios estatales y docentes.
Indignación en velatorios
Los cuerpos de Darío Santillán, de 21 años, y de Maximiliano Costequi, de 25 años, ambos militantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD), las dos víctimas de la trágica jornada de violencia del miércoles, eran velados anoche en medio del profundo dolor y la honda indignación de sus compañeros, familiares y amigos.
Ambos piqueteros fueron asesinados en la estación de Avellaneda en confusas circunstancias, pero sus compañeros aseguran que fueron policías de civil los que les dispararon balas de plomo a sangre fría provocándoles la muerte.
Los restos de Santillán eran velados en una casa comunitaria del barrio La Fe, en Monte Chingolo, que se montó gracias al trabajo del joven, entre otros, y donde asisten a niños pobres.
Una gran bandera argentina presidía el féretro en el que los compañeros del trabajo barrial de Santillán denunciaron a policías de civil como autores del brutal crimen.
En tanto, el cuerpo de Costequi eran velados en Guernica, donde también se repetían las imágenes de profunda consternación e impotencia en los asistentes.
«Darío había caído gravemente herido, yo lo quería asistir pero él me pedía que me encargara de sacar del centro de la violencia a las mujeres y los chicos», recordó un compañero suyo en el velatorio. «Si me hubiera quedado, tal vez estaría vivo», lamentó.
Aseguró que cuando llegaron ambos a la estación de trenes de Avellaneda «nos encerraron en una de esas cacerías que estaban haciendo policías de civil, que nos gritaban «hijos de puta, no van a tener más ganas de hacer quilombo»».
(AFP, DYN y Télam)
Treinta detenidos con palos, piedras y molotov
Un impresionante operativo de control fue dispuesto en los distintos accesos a la Ciudad de Buenos Aires, que incluyó el cacheo de los manifestantes que ingresaban a la Capital Federal y la inspección de ómnibus y vehículos y el secuestro de palos, piedras y otros elementos contundentes. Los controles fueron realizados por efectivos de las policías bonaerense y Federal y de la Prefectura Naval en estaciones de trenes, terminales de ómnibus y puentes de acceso a la ciudad.
Además, en los alrededores de la Plaza de Mayo, del Congreso Nacional y a lo largo de la avenida de Mayo, fueron desplegados más de dos mil efectivos, en patrulleros, motos, cuatriciclos y carros de asaltos, junto con personal de Infantería, de la División perros y de civil en vehículos no identificables.
Como consecuencia de los controles, en General Paz y Alberdi y en General Paz y Rivadavia, en el límite entre Capital Federal y la provincia de Buenos Aires, 30 personas fueron detenidas con bombas molotov, piedras, palos y otros elementos contundentes, informaron fuentes de la Policía Federal.
En tanto, en el Puente Pueyrredón que separa la Ciudad de Buenos Aires del partido de Avellaneda, personal de la Policía Federal con apoyo de la Prefectura, detenía e inspeccionaba a los ómnibus y automóviles que ingresaban a la Ciudad.
En la estación Constitución, efectivos de la Guardia de Infantería y de distintas comisarías de la zona también controlaron a las personas que descendían de los trenes y secuestraron hondas, palos, piedras, pinzas, cuchillos, caños, limones, tuercas y bombas molotov.
Asimismo, en el Puente de La Noria que une Lomas de Zamora con la Ciudad, los efectivos realizaron un embudo a través del cual obligaron a los vehículos a ingresar de a uno para ser sometidos al control. (DYN)
Sindicalistas, desocupados y defensores de derechos humanos marcharon ayer a la Plaza de Mayo, en repudio a la represión policial que causó el miércoles la muerte de dos manifestantes y heridas a 90.
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios