Argentina fue incapaz de derribar la muralla

Argentina no supo cómo perforar el muro islandés y no pasó del empate 1-1 en el debut del Mundial. Tuvo serias falencias en el funcionamiento y esta vez Messi no fue el salvador: erró un penal.

La frustración por el decepcionante empate ante Islandia acalló la euforia típica de un comienzo de Copa del Mundo, pero, más allá del sentimiento obvio de un pueblo por demás futbolero, todo se diluye cuando el baño de realidad deja al desnudo las imperfecciones de un equipo desangelado.

La desilusión emerge porque la Selección no estuvo a la altura de las expectativas. Un sentimiento lógico. Sin embargo, Argentina ya hace rato que no juega bien y fue incapaz de resolver una situación que conoce desde el mismo día que supo que Islandia iba a ser su rival en el estreno del Mundial.

Argentina no tiene un plan. Y si lo tiene, lo ejecuta mal. O tiene los ejecutantes equivocados, gentileza de Jorge Sampaoli. El DT de la Albiceleste supone un equipo con integrantes capaces de derrumbar el muro de Islandia, pero no sólo falla en el propósito sino que además ubica a un equipo con una endeblez defensiva alarmante.

Ayer en Moscú, Argentina tuvo una posesión del 72%, con 718 pases contra 189 de su adversario, y sin embargo cada vez que Islandia se animaba a atacar dejaba en evidencia que tampoco atrás la Selección es confiable. En ofensiva sólo tuvo la pelota y muy pocas veces supo realmente qué hacer con ella.

Cuando un candidato como Argentina empata en el debut con un seleccionado que hace su estreno en una Copa del Mundo, es inevitable hablar de nombres. El 1-1 ante un rival supuestamente fácil y digerible se traduce en una cosecha exigua y tal situación obligará a Sampaoli a escoger otros apellidos para jugar el próximo jueves ante Croacia.

Marcos Rojo en el centro de la defensa y Lucas Biglia en la mitad de la cancha, al lado del gran Mascherano (perdón por dudar de vos, Jefe), eran mirados de reojo en la previa. Consumado el hecho, quedó a la vista que ambos son número puesto para dejar el equipo ante los croatas.

Biglia lució perdido y jamás encontró su lugar en el campo. Su reemplazante Banega revitalizó el ataque, pero no tanto como el ingreso de Cristian Pavón, quien en los 20’ que jugó hizo más que Ángel Di María, cuyo crédito con la gente sufrió un nuevo desgaste.

A la Argentina ayer nada le salió bien. No hubo magia y Lionel Messi esta vez olvidó el traje de salvador. Con su penal marrado hizo famoso a un tal Halldorsson (el arquero islandés jugó el partido de su vida) y también se topó con el polaco Marciniak, un árbitro en cuyo pragmatismo no existen las tarjetas (no sacó ninguna), ni tampoco el VAR, lo que le hubiera permitido enmendar su error al no cobrar un claro penal a Pavón.

No fue el estreno esperado ni mucho menos, pero si Argentina vira el timón a tiempo estará a salvo del hundimiento. Tiene con qué y ese es su gran salvavidas. Sampaoli deberá usarlo antes de que sea demasiado tarde.

Mascherano: “No está permitido caerse”

Messi se agarra la cabeza. Igual que al equipo, a la Pulga no le salió nada ayer.

Datos

“Hicimos todos los méritos para ganarlo y lamentablemente no pudimos. Nunca es fácil jugar el primer partido de un Mundial, aunque hay que seguir. Esto recién empieza, no está permitido caerse”, declaró Javier Mascherano, la figura ayer ante Islandia.
“Tuvimos situaciones pero no las pudimos concretar, y les dimos una opción y media de gol y ellos anotaron. Ahí se hizo más cuesta arriba”, añadió el jugador con mayor cantidad de presencias en el seleccionado. “Cuando no tenés el día bueno, cuesta. Pero hay que seguir. Gracias a los hinchas, y que nos sigan apoyando, los vamos a necesitar”.

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