Mundialito: mientras los chicos juegan, los padres se cuelgan del paredón

En el campo del Luis Maiolino los pequeños futbolistas le dan vida con su pasión de pibe tan genuina, a una nueva edición del Mundialito Infantil de Clubes. Lo hacen dentro de un contexto diferente e inusual para un evento siempre tan multitudinario.

Los chicos corren y juegan en soledad con tribunas vacías por la pandemia, pero en los alrededores del estadio pasan cosas. Toda la gente que tiene prohibido ingresar a la cancha, está afuera de ella. Los padres de los niños que están jugando adentro, al no poder ingresar, hacen su vigilia.
Sentados en reposeras, tomando mate o algún refresco dependiendo de la temperatura, la gente allegada a los chicos y sus respectivos equipos montan guardia y buscan que alguien desde adentro les sople como va el resultado.

Las familias de los pequeños futbolistas hacen su vigilia en las afueras del estadio.


Todo ese público que no está en las tribunas del Maiolino, se concentra en 50 metros sobre la calle Belgrano. Allí se ven padres colgados de los paredones, tratando de ver si su hijo hace algún gol y espiando por las rendijas de los portones. Algunos se suben a los árboles y a veces hasta en los techos de los vestuarios, con tal de ver qué es lo que pasa adentro.

Hubo incluso un caso de un papá, que en su afán de ver las acciones del partidos donde su hijo era protagonista, quedó enganchado de uno de los portones de acceso y tuvo que ser auxiliado por personal de la organización.

Dada la amplia capacidad de las tribunas del estadio, ¿no era más conveniente tener al menos un padre de cada chico en las tribunas y no en la calle?
Según pudo averiguar Río Negro, en jornadas como las de ayer son cerca de cien chicos los que tienen actividad en el Maiolino. Si al menos entra un padre por pibe al estadio, quizás se evite que estén incumpliendo la distancia social en las afueras del estadio. Si los chicos ingresar por una puerta y hacen el egreso por otra, el hipotético centenar de espectadores podría seguir el mismo flujo.

La gente espera por los pequeños en una de las esquinas enfrente del estadio.

El torneo dura hasta el 3 de marzo y desde el 28 se concentrará en el Maiolino. Las autoridades de sanidad aún están a tiempo de rever la decisión ya que está claro que ningún padre dejará de velar por sus hijos una vez que termine la jornada, muchas veces ya entrada la noche.


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