El domingo hay referéndum en México, con pocas expectativas de cambio presidencial
La convocatoria busca ratificar o revocar el mandato del actual presidente, pero en realidad pretende relanzar el Gobierno de López Obrador. Se teme que haya escasa participación.
En medio de los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador a las autoridades electorales, las denuncias sobre participación de funcionarios en la campaña y los llamados a boicot de la oposición, los mexicanos irán el domingo a las urnas para participar en el primer referendo revocatorio de mandato presidencial.
Bajo este polémico contexto, los mexicanos se estrenarán en un referendo revocatorio impulsado por López Obrador, quien según los analistas buscará revalidar su gestión a la mitad del sexenio para darle un nuevo impulso a su proyecto político de la «Cuarta transformación» y a su partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) de cara a las elecciones regionales que se realizarán en junio y el próximo año, y las presidenciales de 2024.
Sobre la inédita consulta, en la que se preguntará a los mexicanos si quieren que se revoque el mandato a López Obrador o que continúe hasta el final de su sexenio, no se esperan mayores sorpresas. Con una popularidad presidencial que ronda el 60% y el debilitamiento de la oposición, los analistas ya dan por descontado que la opción de revocatoria de mandato no triunfará.
Entre quienes están confiados en que no habrá cambios políticos en México luego de las elecciones del domingo está María Hernández, una ama de casa de 70 años que es beneficiaria de un programa estatal de ayudas económicas a los ancianos, quienes reciben cada dos meses un monto equivalente a 150 dólares.
Pese a la polémica y los llamados a boicot de la oposición, que ha planteado que el referendo implicará el gasto de millones de pesos para un proceso que no genera cambios políticos, Abel Medina, propietario de una pequeña fábrica de tortillas en el centro de la capital, dijo que la votación «servirá para legitimar al presidente. Tenemos un buen presidente diferente a esa gente del pasado que nos enterró vendiendo las compañías estatales, y por eso queremos que siga».
La única incógnita que ha surgido en torno al referendo es sí habrá o no participación considerable de electores. Algunos analistas apuntan a que los seguidores del gobierno y los beneficiarios del programas estatales podrían acudir masivamente a las urnas para expresar su respaldo al mandatario.
Al respecto Rubén Salazar, director la firma local Etellekt Consultores, que se dedica al diseño de estrategias de comunicación, análisis de riesgos y políticas públicas, dijo a la AP que algunas encuestadoras han proyectado una participación del orden del 50%, situación que atribuyó «al aparato propagandístico del propio gobierno que ha hecho una campaña muy intensa con el uso de recursos públicos», y la «coacción de los electores que reciben programas sociales», a quienes aseguró que les han infundido miedo al decirles que si el presidente es destituido podrían perder sus beneficios.
Por el contrario, otros analistas como el académico del Tecnológico de Monterrey, Patricio Morelos, consideró que el desconocimiento que hay sobre la votación y el desinterés del electorado pesarán en la participación. Morelos indicó que el evento electoral podría correr con la misma suerte que el referendo que se realizó en agosto pasado, también promovido por López Obrador, en el que se preguntó a los mexicanos si estaban a favor de que se enjuiciaran a los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. La consulta tuvo una participación de 7% y no logró el porcentaje mínimo de 40% (unos 37 millones de votantes) exigido por la legislación mexicana para ser vinculante para los poderes públicos.
Esta es la opción a la que está apostando la oposición, que ha llamado a los mexicanos a dejar las urnas vacías el 10 de abril para no avalar la iniciativa de López Obrador.
Marcos Aguilar, vocero del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Acción Nacional (PAN) —la principal fuerza opositora mexicana— afirmó que la organización no prevé que en el referendo se alcance una participación del 40% de los electores.
«Participar en este proceso de revocación de mandato implica participar en la simulación», dijo Aguilar a la AP al asegurar que desde el inicio del proceso se incurrió en una «simulación de lo que establece nuestra constitución» porque las firmas requeridas para activar la consulta fueron recolectadas por «la estructura del partido oficial y los servidores de la nación», y no por participación ciudadana.
El político precisó que durante la campaña electoral también se registraron otras desviaciones, como la participación de funcionarios públicos en actos de proselitistas y el uso de fondos públicos en la campaña. Uno de los casos que alcanzó notoriedad fue el ocurrido el pasado fin de semana en el estado norteño de Sonora, donde el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, intervino junto a otros funcionarios y miembros de Morena en un acto político en el que pidió a los habitantes apoyar al presidente el 10 de abril.
Al preguntarle al respecto, López Obrador expresó en su conferencia matutina que el secretario estaba visitando los estados «para cumplir con su responsabilidad, no para promover la consulta, no va a mítines. Él está ayudándome con la transformación». (AP)
En medio de los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador a las autoridades electorales, las denuncias sobre participación de funcionarios en la campaña y los llamados a boicot de la oposición, los mexicanos irán el domingo a las urnas para participar en el primer referendo revocatorio de mandato presidencial.
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