Otro ataque a balazos dejó un muerto y 4 heridos en la Araucanía, en el sur de Chile

El trabajador forestal de origen mapuche recibió un proyectil en la cabeza durante una emboscada a un colectivo que lo trasladaba, cerca de Lumaco, XIX Región. El gobierno de Boric prometió investigación y más rigor.

Un trabajador forestal murió y otros 4 resultaron heridos esta tarde, en un nuevo ataque en la región de la Araucanía en el sur de Chile, donde existe un duro conflicto territorial con grupos mapuches radicalizados y rige el estado de excepción desde la semana pasada, con militares desplegados en las principales rutas.

El Presidente Boric reafirmó ayer que “la violencia no es el camino. No vamos a tolerar que la violencia se imponga como método de la resolución de conflictos en nuestro país, ni en las escuelas, ni en La Araucanía, ni en el norte ni aquí. En ninguna parte, eso quiero decirlo con mucha firmeza”.

Los trabajadores de una empresa forestal se trasladaban en un pequeño autobús por una ruta rural cuando un grupo de personas comenzó a dispararles, hiriendo a uno de los trabajadores en la cabeza. 

El trabajador fue trasladado en un helicóptero policial «hacia un centro asistencial» de Temuco, capital de la región de la Araucanía, informó la Policía en su cuenta oficial de Twitter.

El herido, identificado como Juan Segundo Catril Neculqueo, de 66 años, murió horas más tarde «producto de la grave lesión provocada en la zona craneana derivada de un impacto de proyectil balístico», indicó un comunicado del Hospital Dr. Hernán Henríquez Aravena, de Temuco.

«No existe justificación alguna para una expresión de violencia de esta naturaleza. Vamos a llegar hasta el fondo, buscando dar con los responsables», indicó Izkia Siches, ministra de Interior y Seguridad, tras confirmarse la muerte del trabajador.

Carabineros informó que un grupo de trabajadores que viajaba en un minibús a una faena forestal en la carretera entre las localidades de Capitán Pastene y Tirúa, en la región de La Araucanía (800 kilómetros al sur de Santiago), fue emboscado por encapuchados.

Paralelamente a en la vecina región del Biobío, unos 60 desconocidos atacaron con balas al aire un campamento policial que resguarda por orden judicial a los trabajadores de una finca forestal que ha sufrido atentados, cortes de rutas y amenazas.

La Coordinadora Arauco Malleco (CAM) se desligó “categóricamente” del ataque contra el vehículo de la Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC). “La CAM realiza sabotajes a faenas forestales, maquinarias e insumos del gran capital. No ataca a trabajadores y menos a mapuche”, dijo. La referencia es porque el fallecido es de ese origen.

En La Araucanía y el sur de Chile se producen casi a diario ataques incendiarios a maquinaria y predios y cortes de ruta, así como tiroteos con víctimas mortales y huelgas de hambre de presos indígenas. Allí existe desde hace décadas una disputa territorial entre el Estado, grupos radicales mapuche y empresas forestales que explotan tierras consideradas ancestrales por los indígenas.

Pese a que prometió que no lo haría y criticó a su predecesor por hacerlo, el presidente de Chile, Gabriel Boric, decretó el pasado 17 de mayo el estado de excepción por 15 días en La Araucanía y Biobío.

El presidente había optado inicialmente por anteponer el diálogo y retirarlos del lugar.

Pero el incremento en 122% de los ataques incendiarios desde el retiro de los militares el 27 de marzo -según la Multigremial de La Araucanía, que agrupa los principales sectores productivos de la región- hicieron que retornaran otra vez a la zona, aunque los atentados prosiguen.

El estado de emergencia con funciones limitadas, vigente desde hace ocho días, fue la alternativa del mandatario luego que las colectividades oficialistas –el Partido Comunista y el izquierdista Frente Amplio– le negaron los votos para aprobar un estado de excepción especial que restara a los militares las facultades para restringir los derechos de reunión y movilización.

Empresarios piden más despliegue militar

Empresarios reclamaron ayer al presidente Gabriel Boric ampliar el estado de emergencia que le permitió usar a militares en el resguardo de rutas de la zona. La medida fue decretada por Boric a regañadientes, luego que partidos oficialistas le negaron los votos en el Congreso para un estado de excepción especial .

“Si bien lleva una semana, este tipo de ataques terroristas vienen a demostrar la necesidad de que el estado de excepción no sea acotado”, señaló la Multigremial de la zona. “Creemos que es imperioso que las fuerzas armadas tomen el control completo de toda la macrozona sur”, agregó.

Cerca del 20% de la población de La Araucanía y el Biobío son indígenas mapuche, que en gran mayoría demandan pacíficamente la restitución de tierras ancestrales, aunque también hay pequeños grupos armados que reivindican atentados incendiarios y armados con el mismo propósito.

Junto a la nueva militarización, el gobierno relanzó la política de compra estatal de tierras, paralizada en los cuatro años de la gestión previa del conservador Sebastián Piñera (2018-2022), doblando el monto anual asignado. Además, llamó al diálogo a las comunidades.

Una región dividida


Pero como Carolina Soto, gran parte de los mapuches desconfían de la propuesta.

«Mientras no se nos reconozca como pueblo-nación mapuche, no se va a poder dialogar», sostiene Soto.

«Con este gobierno la esperanza estaba en que se iba a enfrentar el tema de forma distinta», declara a la AFP, Juan Paillafil, alcalde de Puerto Saavedra, una pequeña localidad con un 80% de población mapuche.

Paillafil advierte que Boric «gobierna con las mismas leyes que han gobernado todos» y mientras eso no cambie ve difícil un cambio. Volver a sacar a militares a las calles indudablemente que «radicaliza aún más las posiciones», agrega.

Pero también hay un sector importante que aplaude el retorno de los militares, en un despliegue centrado en el resguardo de carreteras.

«Acá se necesita mejor seguridad. Yo echaría (desplegaría) a los ‘milicos’ directamente. Ya han sido muchos años y no pasa nada», dice Raúl Jara, un camionero de 55 años, con 20 en la ruta.

La inseguridad y los constantes ataques a camiones y maquinaria forestal hacen imposible el paso por ciertas rutas y los conductores prefieren volver a sus hogares antes de que anochezca.

Mafias operando


Para el diputado opositor Mauricio Ojeda, la gente hoy «vive con miedo» porque en la zona operan grupos de carácter terrorista y especializados en el robo de madera.

«El gran problema aquí es lo que se denomina conflicto (mapuche) se transformó en un negocio», sostiene, alegando que a diario circulan por la región de La Araucanía más de 200 camiones con madera robada.

Humberto Toro, delegado de la provincia de Arauco, en el Biobío, también afirmó el lunes que hay grupos que «ocultan el negocio ilícito del robo de la madera» y (el tráfico de) la droga «detrás de la causa mapuche».

La violencia en el sur del país y una oleada inflacionaria se encuentran entre las principales preocupaciones de Boric, que asumió el pasado 11 de marzo.


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