Perú: miles de partidarios de Pedro Castillo descienden sobre Lima en una jornada con dos muertos

Desde la Cordillera de los Andes llegaron a la capital del país para una gran manifestación contra el gobierno de Dina Boluarte.

La desértica capital de Perú congregó el jueves a miles de personas provenientes de zonas remotas de los Andes para protestar contra la presidenta Dina Boluarte y apoyar a su antecesor Pedro Castillo, cuya destitución en diciembre desencadenó manifestaciones letales y sumió al país en el caos político. La Defensoría del Pueblo elevó la cifra de fallecidos en las manifestaciones a 55.


Miles de manifestantes caminaron por la tarde por las calles del centro histórico de Lima con letreros que decían «el Gobierno roba, la policía mata y la prensa miente». Llegaron hasta la icónica plaza San Martín, donde tradicionalmente por décadas se han reunido los manifestantes, pero la policía desplegó cientos de agentes antimotines que rodearon e impidieron el ingreso a la plaza.


Entonces los manifestantes se detuvieron en una calle cercana y de forma pacífica. La policía comenzó después a arrojar bombas lacrimógenas en el cruce de dos avenidas que llevan en dirección hacia el Parlamento nacional en el centro histórico. También desalojó a manifestantes de un parque aledaño a esa zona de protestas.


El número de víctimas en las manifestaciones subió por la tarde con la actualización de cifras de la Defensoría del Pueblo, que reportó 55 y confirmó el fallecimiento de un hombre en enfrentamientos con los policías en la región Arequipa, al sur del país.


La Defensoria dijo en un mensaje a través de su cuenta de Twitter que la muerte se produjo en el puente Añashuayco. Añadió, que durante el choque quedaron 10 personas heridas, que fueron trasladadas a los centros de salud Ciudad Municipal, Zamacola y al Puesto de Salud Perú Arbo.

Gases lacrimógenos y enfrentamientos con la policía en la calles de Lima.


Los partidarios de Castillo, el primer presidente de origen rural en 200 años de república, esperan que la protesta abra un nuevo capítulo en las movilizaciones que comenzaron hace más de un mes y exigen la renuncia de Boluarte y un cambio estructural en el país. Castillo fue destituido tras un intento fallido de disolver el Congreso.


Hasta ahora las protestas se habían registrado principalmente en el sur de los Andes. En total, 54 personas han muerto en los disturbios, la mayoría en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.

Manifestantes buscan un nuevo impulso en su lucha


Al dirigir la protesta a Lima los manifestantes esperan dar un nuevo impulso al movimiento que comenzó cuando Boluarte, que entonces era vicepresidenta, juró el 7 de diciembre en sustitución de Castillo pese a haber prometido exactamente un año antes que si el mandatario era cesado ella renunciaría al cargo.


«Cuando hay tragedias, baños de sangre, fuera de la capital no tienen la misma relevancia política en la agenda pública que si ocurrieran en la capital», dijo Alonso Cárdenas, profesor de Políticas Públicas de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya de Lima.


«Los dirigentes lo han entendido y dicen ‘nos pueden masacrar en Cusco, en Puno y no pasa nada, hay que llevar la protesta a Lima'», agregó citando dos ciudades que han sido escenario de violentas protestas.


Perú es un país muy centralizado y alrededor de un tercio de sus 33 millones de habitantes vive en la región metropolitana de Lima.

Gases lacrimógenos y enfrentamientos con la policía en la calles de Lima.


«En mi propio país, las voces de los Andes, las voces de la mayoría han sido silenciadas», dijo Florencia Fernández, una abogada que reside en Cusco. «Hemos tenido que viajar a esta ciudad agresiva, a esta ciudad centralista, y decimos ‘Los Andes han descendido'».


El campesino Samuel Acero, presidente del comité de lucha regional de Cusco, dijo a The Associated Press mientras caminaba por el centro histórico de Lima que el pueblo «ahora sale a las luchas, sale a reclamar los justos derechos».


Agregó que en Cusco, «en la tierra del gas natural, no tenemos gas natural y nos cuesta caro el gas licuado de petróleo… En cambio aquí en Lima, en este desierto, traen el gas nuestro».


Acero se quejó de que Machu Picchu, el Valle de los Incas y otras riquezas arqueológicas son visitadas por turistas de todo el mundo pero «los que ganan el dinero del turismo son unos cuantos que ni siquiera viven en el Cusco… El millón de electores hábiles que tiene Cusco no recibe nada del turismo, eso nos da demasiada rabia».


La concentración en Lima es también un reflejo del aumento de las movilizaciones antigubernamentales que ha registrado la capital en los últimos días.


«Lima, que no se había sumado para nada a las protestas en la primera fase en diciembre, decidió sumarse después de la masacre de Juliaca», dijo Omar Coronel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Católica de Perú, en referencia a las 18 personas muertas en esa ciudad el 9 de enero.
Los manifestantes tienen previsto marchar desde el centro de Lima hasta el distrito de Miraflores, uno de los más bellos y emblemáticos barrios de la élite económica del país.


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