Alarma en San Martín de los Andes: las plantas depuradoras están al límite

La Cooperativa de Agua Potable avisó que este verano no darán abasto para procesar los efluentes y tendrán que verter líquidos crudos a la cuenca del Lácar. Cautela de la intendencia.

La falta de inversiones y el aumento continuo de la población y también del turismo puso al límite al sistema de tratamiento de líquidos cloacales de San Martín de los Andes, donde las dos plantas que atienden el área urbana podrían quedar superadas en su capacidad durante la próxima temporada de verano.

La alerta surgió de la Cooperativa de Agua Potable y Otros Servicios de San Martín, que tiene a su cargo la concesión, y que advirtió sobre el riesgo de saturación del sistema, lo que obliga a realizar “by pass” que deriven líquidos sin tratar al arroyo Pocahullo, con destino final en el lago Lácar.

Ese extremo genera gran preocupación entre los sanmartinenses y en especial entre los prestadores turísticos, porque hay normativas municipales que obligan a cerrar la playa céntrica para cualquier uso recreativo en caso de volcado de líquidos cloacales que no cumplan con los parámetros de depuración establecidos.

Uno de los ingenieros a cargo del servicio, Gabriel Iñíguez, reconoció que hay “una preocupación a corto plazo y un riesgo cierto de que la planta no alcance a cubrir la demanda” cuando la ciudad se colme de turistas o también “en un día de diluvio”, ya que hay pluviales conectados en forma irregular que sobrecargan la red.

Explicó que la única opción ante una emergencia de ese tipo sería disponer un “by pass”, al menos para derivar una pequeña cantidad del fluido sin el tratamiento habitual.

San Martín de los Andes tiene dos plantas depuradoras en el casco urbano, una cerca del lago y otra en tierras del Ejército, más una tercera en el área Chapelco. Iñíguez dijo que hoy da abasto, pero “con 7.000 u 8.000 personas más” como las que recibe la ciudad cuando la ocupación turística está al tope, el sistema de saneamiento podría entrar en crisis.

Dijo que la segunda planta se inauguró en enero de 2014 y que las obras de ampliación proyectadas para 2018 “nunca se hicieron”. Hoy demandarían una inversión millonaria que se planifica y ejecuta “en años” y que no solucionan el problema en lo inmediato.

Una de las piletas de oxidación de los líquidos crudos, que forman parte del proceso de depurado. Foto: Patricio Rodriguez

Desde el municipio no compartirían del todo ese diagnóstico. La responsable del organismo de control que fiscaliza la concesión, Mónica Napal, solo dijo que tienen miradas “diferentes” sobre la situación del sistema de saneamiento, pero por ahora no lo harán público. Antes esperarán un informe técnico del EPAS.

Según Iñíguez, la planta 1 tiene tres módulos en funcionamiento y lugar solo para uno más, también tiene tres sedimentadores y debería sumar un cuarto. Mientras que la planta 3 (ubicada en los barrios) funciona con dos módulos y necesita otros dos.

“Es un tema de planificación, les pasa a muchas ciudades del país, donde los sistemas se colman y no se prevé con tiempo. Pero aquí se agrava porque el crecimiento de población fue notable en los últimos dos años y lo mismo pasa con el turismo -argumentó el ingeniero-. Es algo que vemos también con el servicio de agua, que es otra de las concesiones de la cooperativa”.

Recordó que la última vez que se produjo un volcado de líquidos cloacales al Lácar y hubo que cerrar la playa “fue en 2005 y 2006”. El interés principal de todos en San Martín es evitar que se repita esa pesadilla.

Iñíguez dijo que podría ocurrir ante una situación de colapso que el municipio les prohíba “bypassear”. En ese caso la primera alternativa es “poner en carga la red y usarla como un embalse, lo cual no es bueno, pero se podría apelar a eso en un caso de urgencia”, refirió. Después solo queda “llevar al reactor a su límite de capacidad hidráulica, lo cual puede provocar una salida de régimen, como ya ocurrió una vez. En ese caso todo el efluente se sale de los parámetros de vertido” y el perjuicio sería mayor.

Evalúan soluciones

El técnico insistió en que las plantas “hoy trabajan perfectamente bien”, pero no estaría garantizado lo mismo “con la llegada de 8.000 turistas o más”.

La inquietud por la falta de inversiones también fue expuesta por la Asociación Hotelera Gastronómica de San Martín de los Andes, que se quejó porque “las depuradoras locales en ciertos momentos deben ejecutar bypass por no dar abasto”.

Iñíguez señaló que la semana pasada tuvieron una reunión con funcionarios del EPAS para evaluar opciones. Según detalló, una posibilidad es “alquilar un sistema de aireación para el módulo aeróbico” y aplicar también una tecnología distinta para la “retención de sólidos” en caso de by pass, lo cual mejoraría la calidad del vertido. En ambos casos la prioridad sería mantener abierto el uso recreativo del lago.

Los barros que quedan como residuo del tratamiento. Foto: Patricio Rodriguez

En cualquier caso son decisiones a tomar en pocas semanas, dijo Iñíguez, y las inversiones necesarias “no están al alcance de la Cooperativa”.

Explicó que en el mediano plazo -y sin las obras de fondo- la prestación del sistema se podría mejorar con una renovación del equipamiento, nuevas bombas y “agitadores”, cuya compra ya estaría encaminada mediante una gestión del municipio ante el Enohsa. Esa inversión demandará alrededor de 100 millones de pesos, pero en cualquier caso se concretaría recién “después del verano”, aclaró Iñíguez.

Napal dijo en nombre del municipio que la semana pasada participaron de la recorrida por las plantas 1 y 3 con técnicos del EPAS y que la decisión del intendente Carlos Saloniti es esperar el informe de ese organismo, que estará disponible la próxima semana, para exponer luego su postura sobre la presunta crisis y las soluciones que hagan falta.


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