La escuela privada de Bariloche en el centro de la polémica, que funciona en contenedores
Es administrada por una fundación y se creó hace 8 años. Ahora está envuelta en una polémica por la cesión de tierras por parte del intendente sin autorización del Deliberante.
La escuela privada «El colibrí azul» se conoció a partir de una polémica. El gobierno de Gustavo Gennuso le cedió en comodato un lote de 718 metros cuadrados en el oeste de la ciudad, donde se emplazaron varios contenedores que funcionan como aulas. Sin embargo, el trámite nunca fue aprobado por el Concejo Municipal.
La escuela comenzó a funcionar 8 años atrás, con una sala de jardín de infantes y un primer grado y hoy cuenta con 93 alumnos. «Surgió por la necesidad de tres familias fundadoras de pensar en una educación diferente para los chicos. A medida que las clases fueron avanzando, esas familias contaban su experiencia a otras que tenían necesidades similares», relató Javier López, secretario de la Fundación Cielo que administra la escuela.
Explicó que había muchos chicos que se aburrían en la escuela y no aprendían. «En muchos casos, no encajaban socialmente con otros grupos por bullying. Con ese movimiento, la escuela fue tomando más volumen de estudiantes. De 3 pasamos a 6, de 6 a 9, luego a 12 y hoy son 93«, aclaró López.
Carolina Rozas, una maestra Waldorf, dirige la escuela junto a otros 4 docentes. También se sumó personal «idóneo» que brinda talleres de ecología, ajedrez y artes marciales, entre otros.
El colegio funciona a través de «multigrados», es decir que se reagrupan algunos grados en función de la cantidad de alumnos. Primero y segundo grado trabajan solos, tercero y cuarto están integrados, quinto también trabaja solo; mientras que sexto y séptimo trabajan juntos.
«Nos dimos cuenta que había un común denominador: esos pibes que venían y tenían dificultades de adaptación o de comportamiento, mejoraban su rendimiento escolar. ¿Por qué? Porque se reían mucho. Era un ambiente donde la pasaban bien, se divertían y perdían el miedo a hacer preguntas o a decir no entiendo. Se animaban a pasar al frente y exponer. Se sentían más seguros, se comunicaban más con sus familias», indicó López.
Aclaró que la escuela trabaja por «trayectorias escolares». No se basa en una pedagogía alternativa y se trabaja con un marco de enseñanza basado en la construcción del conocimiento social, el trabajo en grupo y la fe.
«Apostamos a que todos los maestros confíen en que el chico va a aprender y va a estar bien. Hemos recibido a chicos ‘violentos’ y nos negamos a leer los informes previos. Queremos ver al chico primero», aclaró.
La escuela privada de Bariloche que funciona en contenedores: Proyecto pedagógico
Tres años atrás, los integrantes de la fundación presentaron el proyecto de oficialización ante el Ministerio de Educación de Río Negro. López aseguró que el año pasado la iniciativa pedagógica fue aprobada.
«En ese mismo momento, no nos renovaron el alquiler. Por eso, tampoco pudimos terminar de oficializar -porque no teníamos un lugar físico-. Iniciamos los trámites en la municipalidad que nos dio un acta de intención y autorización para ingresar a un predio municipal en Brazo Huemul y Cullín Manzano donde estamos hoy», contó López.
Actualmente la escuela funciona en containers que costaron 120 mil dólares. «Todavía los estamos pagando. Conseguimos financiación externa a través de la fundación. Son de excelente nivel. Tenemos cinco baños», resaltó.
López explicó que dos camadas de 15 chicos ya egresaron de séptimo, con un promedio de 9 y 10. Los estudiantes rinden en la escuela pública. «Eso no está permitido pero sí en nuestro caso porque tenemos el proyecto aprobado y estamos en proceso de oficialización. Llegamos a ser finalistas en el Mundial de Escritura con los chicos de séptimo», recalcó.
En la última reunión legislativa, la presidenta del Concejo, Natalia Almonacid, cuestionó la cesión del predio por parte del municipio sin el aval del cuerpo ya que ahora deberán avalar la entrega del lote o precipitar el cierre de la escuela.
«Aspiramos a regularizar la situación con los concejales. Quedamos en medio de una situación que no esperábamos y nos afecta a padres y estudiantes. Cuando el comodato finalice queremos entregar el predio y seguir creciendo en otro lugar. Queremos comprar un terreno y hacer un edificio más grande. Estamos en un predio de 718 metros cuadrados. Hoy tenemos una lista de espera para el año que viene», expresó.
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