La historia de las familias que se fueron de la toma de Casimiro Gómez de Neuquén
El jueves se terminaron de ir quienes vivían en el lugar hacia la zona de reubicación, en el lote 34. Quedan casillas de familias que deben hacer el traslado pero ya no habitaban la toma y también un grupo que se resiste a dejar el terreno que pertenece al Foro de la Meseta.
Patricia tiene 51 años, cinco hijos y dos últimos años complejos y duros por vivir en una casilla precaria en Casimiro Gómez y la autovía, donde colectó pertenencias que ayer cabían en la parte de atrá de una camioneta.
“Hasta hoy teníamos tiempo”, dijo en referencia al traslado masivo que se activó silenciosamente el lunes 4 de julio y que continuaba con algunas familias remisas el miércoles en la zona de la meseta, la que está en el ocupado distrito VI, un terreno privado que frenó la acción de desalojo judicial con una mediación en la que intervino la Defensoría del Pueblo, la justicia y en último tiempo con Marco Zapata, el presidente del Instituto Municipal de la Vivienda y Urbanismo (IMUH) que trató con los grupos de mayor resistencia a la mudanza.
En estas semanas, deben irse las personas que firmaron acuerdos mutuos con la municipalidad, pero que no estaban viviendo ya en la toma. Mientras eso ocurre, las autoridades buscan convencer a los que no se quieren retirar del lugar.
“Fue muy duro pasar frío y necesidades; pero valió la pena el esfuerzo de luchar acá en el piquete. No había que tener nada de material, porque ésos perdieron todo ahora para la mudanza; fue lindo y malo, porque hasta el agua tuvimos que comprar porque todo el gobierno nos cerró las puertas; provincias, Nación y el municipio, ni leña conseguimos”, describió.
La máquina hizo feroces zurcos en la tierra de barda bajo cada casilla que se fue deshabitando, para evitar el ingreso de nuevos ocupantes esta semana. Según el IMUH, el traslado es de 100 familias hacia el lote 34, un terreno de unas 7 hectáreas ubicado detrás del Complejo Ambiental Neuquén (CAN) y que ya tiene luz y agua. En algunos casos, también una platea.
En el distrito VI, donde quedan aún algnos habitantes de la toma Casimiro, la policía custodia con un móvil en permanencia continua.
Según los ocupantes, hay “50 que se van y otros 50 que se quedan, pero acá ya les dijeron que no habrá nada y que no esperan más, tienen un plazo más largo para irse nomás”, reveló Patricia.
El lote 34 fue el lugar diagramado por la comuna para la reubicación de quienes firmaron acuerdos de asentamientos como el de Confluencia, Casimiro y otros sectores que fueron desactivando.
Los discolos de Casimiro Gómez que exigen la regularización donde están. El miércoles marcharon y el jueves estaba prevista una reunión con Zapata.
“Nosotros nos vamos por la mesa de negociación a la que se llegó con el municipio. Ibamos a arrancar en enero, pero luego se atrasó todo el tema. Ya fuimos a conocer el terreno los que habíamos firmado, nos llevaron en un colectivo y vimos que allá estaba todo iluminado, hay agua y tambien un piso de cemento. Acá una vez que te vas, vienen las máquinas del municipio y llena todo de montículos, para que no vengan otro. Los que habían hecho algo de material, lo perdieron”, sostuvo.
En su caso el traslado involucró una cocina, una heladera, ropa y algunos otras cosas personales. “Me llevo lo que me compré para hacer la casilla de madera; hoy es el último día que tomo mate acá, me llevo un buen recuerdo y las gracias a Dios por luchar por un terreno. Allá vamos a pagar el que nos dieron, es propio: tengo número de manzana, de lote y una tenencia precaria”, sostuvo.
Patricia es madre soltera y decidió ingresar a la toma porque “le dieron el dato”. Desde 1987 está anotada en los registros de vivienda del gobierno pero nunca llegó el momento. Vivía en Progreso, trabajando todo el día sólo para pagar el alquiler, dijo. “Cuando tenés criaturas, tenés que luchar por ellos; soy madre soltera, de mis cinco hijos me quedan dos conmigo: uno de 6 y otro de 10; una vez que estemos allá y que vamos a tener la provisoria, puedo hacer los trámites legales para el gas, el agua y las cloacas”, proyectó.
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