No conforma a nadie en Bariloche la política de tierras de Gennuso
El funcionamiento del Instituto Municipal de Tierras y Viviendas de Bariloche está en la mira. El organismo se creó en 2008 pero no encuentra una salida a la problemática habitacional.
En la gestión del intendente Gennuso pasaron cuatro presidentes diferentes al frente del Instituto Municipal de Tierras y Vivienda. Archivo
La política habitacional aplicada a través a través del Instituto Municipal de Tierras y Viviendas (IMTV) es uno de los temas más cuestionados de la gestión del intendente Gustavo Gennuso, al punto de que resulta difícil encontrar miradas favorables sobre lo actuado en esa área, tanto desde el oficialismo como desde la oposición.
Las opiniones van desde las que califican el desempeño del Instituto como un fracaso rotundo y proponen disolverlo, como dijo la concejal Julieta Wallace (Frente de Todos); hasta las que admiten que hoy “no brinda respuestas” y por lo menos haría falta “reformularlo”, según observó Pablo Chamatrópulos, de Podemos Bariloche.
El concejal oficialista Gerardo Ávila (JSRN) tampoco salvó a la gestión del IMTV. “A la luz de los resultados obtenidos desde su creación, no ha podido cumplir las expectativas de cara a solucionar las dificultades de acceso a la tierra de los vecinos que lo necesitan”, se sinceró.
El Instituto de Vivienda fue creado hace 14 años, durante el gobierno de Marcelo Cascón, y su primer presidente fue Enrique Mogensen. Gennuso, antes de acceder a la intendencia en 2015, también había presidido el IMTV durante un breve período, como funcionario de su antecesor Omar Goye.
A lo largo de la gestión Gennuso pasaron cuatro nombres por la presidencia del Instituto, algo que no ocurrió con ningún otro cargo político de importancia durante su gobierno, lo cual habla de las dificultades para brindar respuestas en un área tan sensible. La actual titular, desde hace tres meses, es Paula Meira.
Ávila admitió que hacen falta cambios inmediatos en el ente responsable de la política habitacional, pero “su eliminación o reforma -dijo-, debe responder a un diagnóstico integral, que resulte en una alternativa superadora”.
Para Wallace, la actual situación es irreversible y los déficit son múltiples. Consideró que hace falta “un ente que se maneje con otra jerarquía, acorde con el tema del que se ocupa”. En su opinión hay que eliminar el IMTV porque “no funcionó” y sus funciones deberían ser absorbidos “tal vez por una secretaría, con un manejo más transparente”.
Criticó por ejemplo que no exista rendición de cuentas de lo que recauda el Instituto por el repago de lotes sociales. También dijo que hace ocho años que no presenta balances, a diferencia de lo que ocurre con otros entes autárquicos del municipio.
Respecto de la inacción del organismo, Wallace puso como ejemplo “la subejecución del presupuesto”, a pesar de la cruda necesidad habitacional que padece Bariloche. Señaló que llevan aplicados a esta altura del año “no más de 35 ó 40 millones de los recursos del programa Hábitat Bariloche”, que fue aprobado por el Concejo el año pasado luego de largo debate y que le asignó al instituto un presupuesto anual de 140 millones de pesos.
Para la concejal del FdT, “urge revisar el esquema actual” en el que no hay siquiera funcionarios “comprometidos”. Recordó que a la actual presidente las organizaciones de la Mesa de Tierras debieron pedirle varias veces una reunión y cuando la lograron “quedó demostrado que está muy desinformada y no sabía ni siquiera cuánto presupuesto tiene el programa”.
Wallace subrayó que el IMTV no es un organismo mixto (como el Ente Catedral o el Emprotur, donde hay presencia de la oposición y de organizaciones sectoriales), ya que su directorio es enteramente nombrado por el Ejecutivo municipal. Según su opinión, el intendente actual “terminó de dilapidar” el instrumento creado bajo la gestión Cascón por iniciativa del exconcejal Claudio Otano, hoy funcionario de Gennuso.
Articulación entre lo público y lo privado
El concejal Chamatrópulos consideró que “las buenas intenciones cuando se crean comisiones, entes u organismos se diluyen rápidamente si no aportan soluciones”. Se pronunció por un Instituto que “permita articular la política pública en materia de la nueva oferta de tierra y vivienda con los privados”.
A su juicio, hace falta “un cambio conceptual de misiones, de funciones y operativo muy importante” en el Instituto. Se pronunció por “desburocratizarlo, modernizarlo y sobre todo ponerlo a liderar el aluvión de inversiones inmobiliarias que necesita la ciudad”.
Chamatrópulos subrayó que hace falta en ese terreno “una gestión audaz” y opinó que “no se va a resolver la carencia de alquileres, terrenos y casas de la mano de regulación o de normas restrictivas”.
El concejal opositor no es partidario de eliminar el Instituto, pero sí de darle un perfil drásticamente distinto al actual “Bariloche es muy atractivo para los inversores -afirmó-. Lo que nos falta en materia de oferta responde a las condiciones de la institucionalidad local, no hay ningún secreto”.
Desde el oficialismo, el concejal Ávila, admitió que la gestión pública en materia de tierras y viviendas no es un terreno amable y la situación se agrava “por las recurrentes situaciones de conflictos y ocupaciones que a lo largo de los años claramente han alterado” cualquier posibilidad de solución.
No descartó que una posibilidad sea eliminar el Instituto bajo su formato actual y que sus funciones “pasen a ser parte de Planeamiento municipal, coordinando las políticas de tierra y vivienda con el IPPV a nivel provincia y organismos vinculados al hábitat a nivel nacional”.
Recordó que la Carta Orgánica asigna al Concejo la posibilidad de adjudicar y brindar derechos sobre la tierra a los vecinos y esto “claramente no se ha cumplido”.
Ávila abogó por desarrollar “la discusión y el mecanismo de asignación de precio a la tierra social”, en el objetivo de brindarle “mayor progresividad al sistma actual” y lograr los recursos “que permitan al municipio tener una política activa de acceso al suelo urbano con destino social”.
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