Vecinales de Neuquén capital definen el reparto de los fondos para obras

Cada comisión analiza las prioridades para el uso del presupuesto participativo en la capital. En su mayoría se destina a mejoramientos y reparaciones, según las necesidades de cada sector. Ya se realizaron 14 asambleas.

Cuatro asambleas barriales se realizaron en Neuquén capital esta semana, previo al feriado del 1 de Mayo, y en puntos tan distantes de la ciudad como distintivos del crecimiento metropolitano: Nueva Esperanza, Valentina Sur Rural, Alta Barda- Gamma y en Ciudad Industrial, Jaime de Nevares. Se trata de los llamados de las comisiones vecinales para decidir qué se hará en cada sector con los fondos del presupuesto participativo.

En total, para los 45 barrios (son 48 sectores organizados, pero hay tres que no lograron tener vecinal) se prevé para este año un prorrateo de 4,5 millones de pesos.

Ese dinero recaudado en 2023, con destino a los barrios organizados, cada junta de vecinos determina mediante la consulta en asamblea, los arreglos que requieren atención en la zona.

No corresponden ni asfalto, ni entubamiento de canales ni servicios u obras públicas que debe ejecutar o que están en el plan de trabajo del municipio.

En algunos casos se plantean los fondos para ampliaciones en la vecinal, para mejoramientos en un espacio comunitario o la compra de bienes registrables, como mobiliario o equipamiento deportivo. Todo tiene obligación de rendición de cuentas.

En mayo, el cronograma prevé que se realicen las asambleas barriales en los barrios Belgrano, Villa Florencia, Villa María , Santa Genoveva, Mariano Moreno, Bardas Soleadas y Esfuerzo.

En marzo comenzaron con las asambleas que se organizaron por las peticiones de Unión de Mayo, barrio Limay y Altos de Limay.

“Todas las sociedades vecinales realizan una asamblea obligatoria anual, luego pueden hacer todas las asambleas extraordinarias para los temas que definan, pero en éstas, enviamos veedores y colaboramos con lo que se requiera, como por ejemplo, las actas”, dijo el director municipal de Asociaciones Vecinales de la comuna, Nicolás Julián.

En la fecha prefijada, se aprueban los balances o cuentas que se deban rendir y se analiza el destino del presupuesto participativo.

Un total de 14 barrios de Neuquén hicieron las peticiones o ya tienen fecha de asamblea.

Al igual que en las elecciones, participan los vecinos que estén empadronados. El padrón vecinal está abierto todo el año y sólo se cierra unos 10 días antes del comicio. Si no forma parte, no puede tener ni voz ni voto en la asamblea.

Con 20 vecinos empadronados, además de los que integran la comisión directiva del barrio, se puede iniciar el debate.

Hasta ahora, las asambleas se realizaron con un promedio de más de 40 vecinos activos (empadronados) presentes.

Mientras en Cumelén se definió la compra de materiales para un espacio verde que hay frente a la vecinal, reparación de juegos y pisos de goma para algunos sectores de plazas grandes, en otras comisiones se optó por cambiar puertas y vidrios de la vecinal, realizar ampliaciones o mejoras en espacios comunitarios.

Hay poblaciones como las de Villa Ceferino que tiene más de un edificio propio en el que funcionan asociaciones de adultos mayores, o una posta policial o delegaciones institucionales de la provincia, municipio o Nación.

Otras vecinales plantean mejoras de pinturas, reparaciones o facilitación de espacios donde funciona la promoción comunitaria.

En el caso de la vecinal de Limay, por ejemplo, está en proceso la construcción de un salón de usos múltiples y ha destinado los fondos participativos a diferentes etapas de esa obra.

En Unión de Mayo se requería la reparación de una oficina y el quincho en el que realizan actividades comunes y en Altos del Limay se necesitaban aberturas nuevas y bienes inventariables.

“Todos los espacios de las vecinales están ocupados con actividades: capacitaciones, actividades deportivas internas, muchas veces solicitan áreas del municipio que acercan actividades al lugar como por ejemplo atención del 147, o turnos para las licencias de conducir. Se organizan con la provincia para llevar al personal de Rentas, el área de tierras por regularizaciones o el registro civil por tema de documentación, es el primer contacto con el vecino”, sostuvo Julián.

Una demanda continua es la problemática de la inseguridad y por ello también las gestiones guardan relación con iluminación en sectores específicos.


Necesidades y demandas


Por fuera de lo que se adquiere con los fondos participativos, las comisiones vecinales se comunican con la dirección municipal por necesidades puntuales como atenuadores de tránsito, iluminación, bacheo, demarcaciones de sendas peatonales, cambio de luminarias viejas por las led o sugerencias relativas a los recorridos del colectivo.

Otras demandas mayores son atendidas por otra vía, como la conducción de cloacas, asfalto o el entubamiento de canales, por ejemplo.

El cambio de autoridades barriales derivó en mayor demanda de situaciones complejas, como la movilización en el barrio Limay por un puente a media ejecución en Leguizamón al fondo con continuos problemas, o la preocupación en Río Grande, en rechazo del cambio de indicadores que se debate en comisión en el Concejo Deliberante, porque se podría poblar la costa del río con grandes edificios, a contramano de las normativas vigentes y con empeoramiento del colapso cloacal en la zona.

Esa gestión planteada ante las autoridades en el Deliberante, sigue en proceso de análisis.

Algunas demandas de las comisiones son oídas y otras deliberadamente quedan en el fondo de los cajones de las preferencias.

Los tráilers de Unión de Mayo que fueron gestionados por la vecinal. Van a funcionar como vestuarios de las canchas de fútbol. Foto Cecilia Maletti.

Así ocurrió con los planteos que hicieron vecinales como la de Provincias Unidas, que junto con Sapere, Villa Farrel y Centro Sur, entre otras del sector nor-este de la ciudad, lograron con un año entero de gestiones, reuniones, junta de firmas y peticiones, que se instalara en la zona este de la ciudad, una sede del centro de emergencias, luego de donar un terreno.

Tras esa experiencia, similar a como existe en Villa Ceferino, dispusieron de un terreno (evitaron una toma del lote en el proceso) para lograr una posta policial o destacamento que cubra las necesidades de prevención y patrullaje en el sector.

Luego de meses de intervenciones en la comisión que los convocó al Concejo, consultas entre los mismos vecinos y de renovar peticiones y opiniones, los concejales no dieron respuesta, bajo el argumento de que hubo un cambio de gobierno y no se tenía opinión de la nueva administración.

Pero así como algunas vecinales son activas en actividades internas y movilizadas por problemáticas del barrio, otras quedaron acéfalas tras varios llamados al reempadronar y a que presenten comisiones: Confluencia rural, La Sirena y Centro Sur.


El barrio del microcentro bancario no tiene autoridades


Sólo quedan tres barrios que no lograron regularizar la renovación de autoridades o activar una comisión de vecinos, tras tres llamados a la conformación de la junta vecinal.

La Sirena, Confluencia rural y la vecinal del Centro sur han sido reticentes a responder ante las convocatorias de las autoridades.

Tampoco activaron cuando se fueron conformando las primeras elecciones y se hacían dos y tres llamados para insistir en la regularización de una representación de vecinos.

Paradójicamente, es el sector en el que nació la actividad institucional de la ciudad. Allí se asentaron los primeros pobladores, surgieron los primeros grupos de vecinos interesados en ser parte de la vida política, artística o comercial de la capital.

La mayoría de las casas de antaño hoy son frentes de comercio.

Los dueños se fueron, se cansaron de participar y sus hijos viven en otros barrios alejados del microcentro.

Son los que viven en el epicentro bancario, hotelero, gastronómico e institucional que se denomina el microcentro neuquino.

La mayoría de los frentistas son comerciantes que no viven en el sector Centro Sur y tienen participación en actividades comunitarias o de organizaciones mercantiles, deportivas o sociales en otro lado.

“Es el segundo periodo que ese barrio está acéfalo”, afirmó Santiago Galíndez, ex funcionario municipal y ahora concejal del MPN.

En en 2023 integró la Junta Electoral que coordinó las elecciones barriales.

Todos tienen la obligación de hacer una rendición de cuentas. Foto Cecilia Maletti.

Tras varios años de comisiones acéfalas, mandatos prorrogados en algunos barrios y otros sectores con buen funcionamiento, se llamó en todas las vecinales, con compulsas de listas en más de un 40% y listas únicas actualizadas en el resto.

En el centro hay tres: la vecinal del Centro Este, Centro Oeste y la del Centro Sur, que corresponde al sector entre la avenida Argentina y Nordestrom y desde la Mosconi (vieja ruta 22) hasta Juan B Justo.
“La dinámica cambió, los primeros vecinos que avanzaron mucho en esa vecinal hace años que van rotando de secretario a presidente, o a tesorero, hubo un desgaste”, dijo Galíndez.

Agregó que las viviendas dieron paso a los comercios, que tienen potestad de participar “pero como no son del barrio, no ven la necesidad de involucrarse”, opinó.

Destacó la importancia del proceso de validación de mandatos vecinales. “Incluso en barrios nuevos, como en Colonia Nueva Esperanza, hubo tres listas”, destacó.

Después del primer llamado en diciembre hubo otra convocatoria para las siete comisiones que no habían presentado listas: allí regularizaron Santa Genoveva, Gran Neuquén norte y Valentina Norte Urbana.


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