Murió el hombre que se había prendido fuego

El chapista que desde el dos de agosto se encontraba internado en gravísimo estado, con quemaduras en gran parte de su cuerpo al quemarse tras resistir un desalojo, murió ayer.

NEUQUEN (AN).- «Mi marido ya no está, me lo sacaron, me lo robaron, lo mataron ¿porqué no me dieron la oportunidad de salvarlo? ¿Porqué no esperaron a que llegara? Quiero que sepan que esto no termina acá; esto se va a terminar cuando haya justicia», afirmó ayer Mirta Molina, la esposa de Raúl Pili, el hombre que se quemó a lo bonzo cuando la policía quiso desalojarlo de la casa en la que vivía en el barrio Don Bosco II de esta ciudad.

Pili murió ayer a las 15.15 en uno de los quirófanos del hospital Castro Rendón como consecuencia de los graves problemas respiratorios que lo aquejaban desde que decidió prenderse fuego ante el inminente desalojo.

El chapista se transformó en la segunda persona que se incendia a lo bonzo durante un desalojo en esta ciudad. En 2001, el canillita Rubén Arias hizo lo mismo cuando la Policía quiso sacarlo de una casa que había ocupado en el barrio Confluencia. Arias también falleció después.

«Los daños al sistema respiratorio fueron más graves que las propias quemaduras, murió mientras le hacían las curaciones de la quemaduras por una insuficiencia respiratoria», afirmó ayer José Russo, el director del nosocomio capitalino ante una consulta de «Río Negro».

Al cierre de esta edición, un equipo forense de la policía de Neuquén practicaba una autopsia en el cadáver de Pili y era muy cercana la entrega de los restos a los familiares.

El mecánico de 48 años será velado hoy en la capilla Cristo Redentor de Don Bosco II donde se espera una gran afluencia de familiares y vecinos.

«Nunca hubiera imaginado algo así, yo sé la persona que era mi marido: cuando nos conocimos él tenía 16 y yo 13; pasamos toda una vida juntos, construimos una familia y ahora me la destruyeron sin darme ninguna oportunidad. Tengo dolor y tengo angustia porque no me dieron la oportunidad de salvarlo», afirmó la viuda que inició acciones penales contra la municipalidad de Neuquén.

Pili ocupaba un espacio que corresponde a una calle pública. Con el objetivo de que se retire afrontó media docena intimaciones durante otros tantos años. Su familia ha esgrimido documentación con la que probarían que Pili compró el terreno y con ello fundamentaría su asentamiento.

En ese conexto fue que el miércoles 2 de agosto la policía llegó dispuesta a hacer cumplir la orden judicial para que se retire. Hubo amenazas que no se dimensionaron y Pili -que estaba rociado con nafta- se prendió fuego. Tras ese y otros incidentes, las máquinas viales demolieron la construcción mientras que Raúl Pili era conducido al hospital Castro Rendón, donde permaneció en terapia intensiva hasta ayer a las 15.15, cuando murió.

La casa de la polémica se ubicaba en Domene y Gatica, en la margen derecha al arroyo Durán. En ese lugar, hace una semana, unos 200 familiares y vecinos reclamaron justicia y criticaron el accionar de la justicia.

La orden de desalojo la libró el juez Federico Gigena Basombrío y llegó luego de múltiples acciones por parte de la municipalidad de Neuquén.

A partir de un pedido del Deliberante, ayer el subsecretario de Tierras de la comuna, Carlos Di Camillo elevó un informe en el que se les detalla a los ediles todos los antecedentes del caso que derivó en el desalojo de la familia Pili.

En tanto, Yanina Pili, hija de la víctima, dijo ayer que volverá a construir la casa en el mismo lugar donde estaba


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