Murió Idea Vilariño, una gran poetisa uruguaya
Integró la emblemática Generación del ´45
MONTEVIDEO (AFP).- La muerte de Idea Vilariño, ayer, a los 89 años implica la pérdida de una de las principales poetisas uruguayas, que integró la emblemática Generación del ´45.
«La poesía de Idea era como un árbol crecido al revés, con las raíces al aire. Ese árbol seguirá estando», dijo el escritor uruguayo Eduardo Galeano, al comentar la muerte de la poetisa. «Idea Vilariño es una de las voces poéticas más importantes no sólo de Uruguay, sino de América Latina», había dicho el escritor Mario Benedetti en mayo de 2005, cuando fue declarada ´Ciudadana Ilustre´ de Montevideo por el entonces intendente Adolfo Pérez Piera. «Es una poeta que tiene algo de misterio y de soledad, pero también muy expresiva en su cuota de amor (…). Yo la quiero mucho, hemos sido compañeros muchos años en varias empresas», agregó el escritor.
Idea Vilariño -que nunca se casó y no tuvo hijos- falleció en la madrugada del martes tras haber sido intervenida por una oclusión intestinal.
Nacida en Montevideo el 18 de agosto de 1920 en el núcleo de una familia de poetas, Idea Vilariño fue poetisa, ensayista y crítica literaria. Integró la denominada Generación del ´45 junto a autores como Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Sarandy Cabrera, Carlos Martínez Moreno, Ángel Rama, Carlos Real de Azúa y Mario Arregui, entre varios otros.
La Generación del ´45, que surgió en el marco de un incipiente proceso de deterioro económico, social y político de Uruguay, con perspectivas intelectuales diversas, fue uno de los movimientos más creativos de la literatura uruguaya, impregnado de un culto al rigor, cierta autosuficiencia y el cuestionamiento a enfoques normalmente aceptados.
Durante muchos años, Vilariño rechazó cualquier tipo de promoción de su nombre y obra, aunque ello no impidió que ganara varios premios y que su obra fuera traducida a varios idiomas. Autora, entre muchas otras, de obras como «La Suplicante», «Cielo cielo», «Paraíso Perdido», «Nocturnos» y «Poemas de amor», Vilariño era además traductora, compositora -había estudiado piano y violín- y docente. Sus traducciones se ganaron un importante reconocimiento. Como compositora se pueden mencionar «A una paloma» (musicalizada por Daniel Viglietti) y la «Canción y el poema» (musicalizada por Alfredo Zitarrosa). Fue profesora de Literatura de Enseñanza Secundaria desde 1952 hasta el golpe de estado en 1973 y tras la reinstauración del sistema democrático en 1985 obtuvo la Cátedra de Literatura Uruguaya en la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad de la República. Además, fundo varias revistas.
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