Nada de miel para los más chiquitos

Corren peligro de padecer botulismo. La enfermedad tiene incidencia regional.

Escena 1: El bebé llora. La mamá le da el chupete. El bebé lo rechaza. La mamá coloca una pequeña cantidad de miel en el chupete y se lo vuelve a dar.

Escena 2: El bebe está gravemente enfermo.

Estas escenas de ficción ocurren en la realidad. Es una costumbre bastante arraigada la de endulzar el chupete. Y los pediatras la rechazan, no sólo porque puede interferir con el amamantamiento o dañar los dientes, sino porque la miel de abeja y la de caña (y se sospecha que el jarabe de maíz también) en algunos casos contienen el agente causante de la intoxicación llamada “botulismo”, que si no se trata a tiempo puede ser mortal.

Sucede que una bacteria, el Clostridium botulinum, libera esporas (unas células reproductivas que además sobreviven en ambientes que le son adversos). Estas pueden entrar al sistema digestivo del bebé y causar el botulismo. Y tan resistentes son, que incluso pueden soportar el calor de la cocción de alimentos. Están presentes en algunos suelos y pueden contaminar alimentos o incluso entrar al cuerpo por una herida.

Estas esporas, además, fueron detectadas en miel de abeja o caña, en tés de hierbas, especias e incluso en verduras (tan importante es lavarlas bien antes de ingerir). Por este motivo, no se debe dar ningún tipo de miel o tés de hierbas, ni preparaciones con ellas, a bebés menores de 1 año –ni siquiera en pequeñas cantidades–, ya que su sistema digestivo no es capaz de rechazar la presencia de las esporas. Se han presentado casos en niños un poco más grandes, aunque se sospecha que tenían alguna otra enfermedad que impidió que su cuerpo se defendiera.

(*) Periodista especializada en ciencias

Jordana Dorfman (*)

jordanajd@gmail.com

Dispersión de esporas

La “Guía de prevención, diagnóstico, tratamiento y vigilancia epidemiológica del botulismo del lactante” del Ministerio de Salud de la Nación, indica que Argentina se encuentra segunda en el mundo –luego de EE. UU.– en incidencia de esta intoxicación. Además, la guía señala que en cantidad de casos –cada 100.000 nacidos vivos–, la mayoría provienen de Neuquén, le siguen La Pampa, San Luis, Mendoza, Río Negro y el sur de provincia de Buenos Aires. Si bien la enfermedad se presenta en otras zonas del país, se considera que se dan más cantidad en las provincias mencionadas porque cuentan con zonas de pocas lluvias y ventosas, lo que ayudaría a las esporas a diseminarse. Se han localizado en ropa y polvo de aspiradoras, por ejemplo.

Según un informe del Ministerio de Salud de Río Negro, entre 2011 y 2014 se confirmaron 15 casos de botulismo del lactante en la provincia.

• El Ministerio de Salud de Neuquén señala la confirmación de 8 casos entre 2012 y 2014. La gravedad de la enfermedad determinó que, desde 1999, sea de notificación obligatoria ante el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Se calcula que entre el 3 y 5% de fallecimientos de lactantes por muerte súbita responde a posibles casos de botulismo.

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