Madre fue golpeada por un hombre en el centro neuquino

Sucedió ayer por la tarde. El agresor se encuentra en situación de calle y tiene problemas con el consumo de drogas.

A través de las redes sociales comenzó a circular un video en el que se puede divisar a un hombre golpeando brutalmente a una madre que caminaba, con su bebé en un carrito, por el centro de Neuquén.

El hecho ocurrió ayer sobre la calle Sarmiento al 700, alrededor de las 16:40. La mujer agredida fue asistida por el Sien en el lugar y el agresor fue detenido en las cercanías por personal de la comisaría Primera. Fuentes policiales confirmaron que se trata de un sujeto en situación de calle, de apellido Orellana, y agregaron que tiene problemas con el consumo de drogas.

Desde la institución policial indicaron que el hombre suele merodear por el centro de la ciudad y que ya fue demorado en reiteradas oportunidades, pero que luego recupera su libertad por instrucción del poder judicial.

Fuentes judiciales indicaron que la mujer no sufrió lesiones de gravedad y que el sujeto se encuentra internado en el hospital Castro Rendón donde se analizará su situación para definir su ingreso a programas de contención social.

MYaIyOGv


Los centros de salud convertidos en albergues improvisados. No hay registros oficiales de hombres y mujeres en situación de calle.

“Si yo tuviera enemigos, ni al peor de ellos le desearía esto. Vivir en la calle es lo peor que le puede pasar a una persona. Es muy triste y es muy frustrante saber que no tenés un lugar donde dormir o algo que comer”. La voz rebota entre las paredes de los interminables pasillos del hospital Heller.

Orlando Rosales tiene 53 años, pero la crudeza del frío, el desamparo y una enfermedad de la cual se está recuperando le han curtido la piel, parece mucho mayor. Hace tres meses que deambula por el oeste de la ciudad y sus noches se vuelven eternas en la guardia del hospital. A veces duerme sentado ahí y otras se queda en lo de una hermana que vive a pocas cuadras, pero a la cual no acude mucho porque “es mi familia y me acompaña, pero uno no quiere molestar”.

Los problemas del hombre comenzaron con un incendio en la toma 7 de Mayo, no recuerda bien si fue en abril o en marzo. Si repite con exactitud que fue por un cortocircuito: “se recalentaron las lineas, se prendió fuego todo y yo quedé con lo puesto. Perdí la ropa que tenía y la bicicleta”. La casilla no era suya, él alquiló un tiempo ahí y después el dueño del lugar se la ofreció para que viviera, mientras le cuidará el terreno.

Pese a la que le toca vivir, Orlando mantiene el buen humor, saluda con un fuerte apretón de manos y se le escapan algunos chistes. En el Heller todos lo conocen y lo saludan con simpatía, saben quién es y también su historia. Todos le devuelven una mirada amistosa, desde el personal hasta los vendedores ambulantes que tratan de ganarse el mango instalados cerca de las puertas de acceso.

Una changa

Subsiste con lo que la gente le da, alguna ropa de abrigo, un poco de comida y algunos pesos, pero también trabaja: “hago changuitas, trabajitos que voy consiguiendo, también soy albañil. Yo me despierto todos los días a las cinco de la madrugada, pero no tiene sentido ahora, con estos días no se puede salir a trabajar, porque el frío me cala los huesos”.

“Hoy tenía dos baldíos para limpiar pero no pude ir, la mujer que me lo encargó me dijo que no vaya por el clima”, explicó mirando por la ventana la espesa neblina con la que amaneció el Valle del miércoles.

Durante el incendió también perdió los documentos. Eso le complica aún más las cosas porque para poder acceder a la asistencia del gobierno provincial, a través del ministerio de Desarrollo Social, necesita sus identificaciones.

“Hice los trámites en un Registro Civil móvil y no tengo novedades, no me mandan el documento. Me recorrí todos los registros civiles”, reclamó.

Vínculos peligrosos. Drogas o alcohol agravan los cuadros.
Leonardo Petricio

Buen humor. Rosales está instalado en el Heller.
Leonardo Petricio

Sin cifras

Una población difícil

Carlos Duhourq, de la parroquia Inmaculada Concepción de Neuquén, afirmó que “nadie tiene cifras exactas de la cantidad de gente que hay en esta situación, porque es difícil poder ubicarlos y también que quieran ser ayudados”.

“Muchas veces la gente se acostumbra a vivir en estas condiciones y, a pesar de que sufren por ello, no hay forma de hacerlos cambiar de parecer. Sólo se puede colaborar con frazadas o comida para que estén un poco mejor”, dijo. El problema es que “no se aborda a estas personas antes de que lleguen a la calle”.

Hay una carencia de dispositivos para dar resguardo a las personas en situación de calle. Son lugares que no siempre funcionan, no hay albergues para mujeres o no se respetan las normas de convivencia”.

Adelaida Goldman, subjefa del servicio de Emergencias del hospital Castro Rendón


Temas

Neuquén

Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios