Nuevos comercios cambian la cara de La Angostura

Es explosivo el crecimiento dentro del sector.

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA) – Vidrieras con onda urbana, coquetas peluquerías, chocolaterías de tentadora presentación, nuevos ciber, son algunos de los rubros elegidos dentro del explosivo crecimiento del sector comercial que se verifica en esta localidad. Ciento catorce nuevas habilitaciones en los siete primeros meses del año dan la idea de que a fin de este 2004, la cifra total superará holgadamente a las 132 que se concedieron en 2003. En esta semana, hay en trámite una decena de solicitudes más.

Galerías de numerosos locales o grupos de ellos recientemente inaugurados, otros aun en construcción, dan fe de que no únicamente lo turístico florece en esta villa vacacional y también cada vez más, residencial.

Para obtener precisiones, la entrevista con Nora Montaner, directora de Comercio del municipio, permitió confirmar el fenómeno que de todos modos es fácilmente perceptible con sólo recorrer la avenida principal y calle aledañas de la zona céntrica.

«Entre el 90 y el 98 se gestionaban entre 60 y 70 licencias anuales», informa la funcionaria; pero ya en el 99 fueron 120, o sea el doble. A la debacle delarruísta, le sucedieron, en 2002, 142 nuevos comercios.

El 2003 tuvo una leve baja, 132. Pero la explicación no es la falta de interés en abrir negocios, sino todo lo contrario: la escasez de locales en alquiler que limitó drásticamente a muchos que venían decididos a emprender algo.

Tanto fue así -cuenta Montaner- que los interesados iban primero a sus oficinas para consultar a ver dónde podían conseguir el espacio físico para sus proyectos.

Como suelen decir los economistas clásicos, a semejante demanda insatisfecha, la reacción no se hizo esperar y este año, ya desde el verano, innumerables construcciones de galerías comerciales o locales comenzaron a surgir. Esto trajo aparejado también una tendencia que modificará sustancialmente el aspecto del microcentro, la expansión del sector hacia la calles laterales y transversales a la avenida Arrayanes.

Colmada prácticamente la capacidad de esta última para albergar más instalaciones, los emprendimientos empiezan a radiarse a Las Retamas, Las Fucsias, Los Maquis, Cerro Bayo y Cerro Belvedere; también el bulevar Pascotto. En otros sectores, como la YPF Norte, la «villa» propiamente dicha (puertos) y Puerto Manzano, pese a las limitaciones en el uso del suelo, también es evidente que la presión comercial se abre paso. En los dos últimos casos, con establecimientos vinculados especialmente al consumo del turista.

En cuanto a los rubros, Nora Montaner destaca que marcha a la cabeza el de indumentaria, pero también internet, chocolaterías, aserraderos móviles, talabarterías, restaurantes, confiterías y zapaterías.

El alojamiento turístico es otro factor de fuerte incidencia en la cantidad de licencias otorgadas, si se tiene en cuenta que en lo que va del año hay más de 12.000 metros cuadrados de construcción con planos aprobados en Obras particulares.

Lo exclusivamente comercial importa en ese área alrededor de 4.500 metros cuadrados autorizados a levantar, lo cual equivale para darse una idea, a la superficie de casi 5 escuelas similares al secundario CPEM 17.

Cada local

El promedio de superficie de cada local ronda los 60 metros cuadrados, según estima la directora de Comercio, aunque consigna que hay asimismo de mucho mayor tamaño.

Otras de las particularidades que señala respecto a este auge de negocios es que anteriormente se daba en coincidencia con la alta temporada turística de invierno y verano, pero que ahora el movimiento es todo el año.

Interrogada sobre si hay también muchas bajas dijo que, en realidad, se trata de «bajas ficticias» porque son más bien ventas de fondos de comercio que continúan operando, aunque con otro propietario al frente.

La voluntad de instalarse por lo visto está; habrá que ver si el éxito corona las inversiones y se traduce en una actividad económica permanente que contribuya al afianzamiento de la Angostura como conglomerado humano en el extremo sur de la provincia del Neuquén.

La atención, un eslogan

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA) – La mayor parte de los nuevos empresarios o comerciantes apuesta a diferenciarse por el lado del servicio y la atención al cliente -cosas diferentes ambas-. Parecen conscientes de que la localidad todavía es chica y que los picos de las temporadas turísticas no alcanzarán para mantener un negocio durante todo el año.

Apuntan, por tanto, a captar la preferencia de los residentes ya que tampoco es secreto que es enorme la cantidad de nuevas viviendas que se construyen y eso, en muchos casos, son familias que llegan con sus hijos y demandan productos y servicios.

Sin embargo, más allá de la expresión verbal no es mucho lo que se ve en materia de capacitación del personal o mejora en sus condiciones de trabajo, factores de incidencia clave cuando se está cara a cara con el cliente, sea vecino o turista. El trabajador en negro prolifera y también los interminables horarios de labores o la falta absoluta de descansos, sobre todo en temporada.

Los propietarios o titulares de negocios tampoco se educan demasiado a sí mismos y la presencia de los órganos de control nacionales o provinciales es nula o escasa. Cuando la AFIP desembarca con sus inspectores, la discreción que utilizan no alcanza para evitar que muchos hagan lo posible para ocultar las operaciones.

Cómo es el trámite de habilitación

VILLA LA ANGOSTURA (AVLA) – El trámite de habilitación de un nuevo comercio está sujeto al cumplimiento de los requisitos por parte del solicitante, y a las intervenciones de otras dependencias municipales en la verificación de que todo esté en orden.

El equipo que acompaña a Nora Montaner es de una agente y dos inspectores en la oficina del palacio municipal, más tres personas en la sección de Laboratorio, que tienen injerencia sobre todo en negocios de gastronomía o donde el aspecto sanitario es importante.

Los requisitos generales incluyen, entre otros, planos aprobados y final de obra y libre deuda del solicitante y del inmueble.

Además, contrato de locación, comodato o concesión, sellado ante la DGR y firmas certificadas; fotocopia de escritura, boleto de compraventa o cesión; certificación de inscripción en rentas, número de CUIT o formularios respectivos.

Por último, abonar las tasas correspondientes, poseer un matafuego de 5 k tipo ABC cada 60 metros de superficie o fracción menor y libreta sanitaria en los casos que sea necesario.

Las tasas son de alta o baja de licencia (16 pesos); de habilitación del local, depende del tiempo solicitado y la superficie (se debe abonar también al renovar); y la de inspección, seguridad e higiene, que es anual y cuyo monto depende del rubro y de la superficie.

Otros requisitos

Requerimientos específicos son: la precategorización de turismo de la provincia, para el caso de los alojamientos. Habilitación de Educación para los establecimientos educativos; o de Salud, en consultorios médicos, radiológicos, laboratorios, etc.

Un estudio acústico, efectuado por profesional competente, es lo que se pide para locales de espectáculos públicos, «pubs», bar, confiterías bailables, etc.

Las inmobiliarias deben contar con un martillero público matriculado en la provincia.


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