“Nunca es tarde”: Duquesa de Alba se casa por tercera vez con 85 años

Nunca es tarde”. A sus 85 años, la duquesa de Alba, Cayetana Fitz-James Stuart, cumplió hoy un sueño: en el Palacio de las Dueñas de Sevilla, en el sur de España, la aristócrata con más títulos del mundo dio el “sí, quiero” a Alfonso Díez, un funcionario del Ministerio de Trabajo 25 años más joven.

Fue la boda del año en España no sólo por la notoriedad de la duquesa, uno de los personajes más mediáticos del país, sino sobre todo porque esta aristócrata dos veces viuda y nada convencional en su estilo de vida y en su vestuario ha tenido que luchar contra viento y marea para poder casarse con alguien a quien muchos consideraban un “cazafortunas”. La gesta fue seguida minuciosamente por los medios españoles durante los tres años de noviazgo.

Cayetana, con un vestido rosa pálido de estilo romántico diseñado por los modistos sevillanos Victorio y Lucchino, y Díez, con chaqué negro, se convirtieron hoy en marido y mujer poco antes de las 13:30 horas, en una ceremonia católica celebrada en la capilla del Palacio de las Dueñas, uno de los edificios históricos más importantes de Sevilla, residencia habitual de la duquesa.

Cientos de personas, entre periodistas y curiosos, se agolparon durante horas a la entrada del palacio en el que nació el poeta Antonio Machado y que fue construido entre los siglos XV y XVI.

“ÑDuquesa!”, gritaron algunos. Mientras, otros cantaban y bailaban sevillanas en honor de Cayetana. Hasta 8.000 euros llegó a pagar una productora por un balcón frente a la entrada. Al final, la espera mereció la pena. Marido y mujer salieron a saludar.

Con el tradicional ramo de novia en las manos, Cayetana lanzó besos a los congregados y, antes de disfrutar de un bufet con platos típicos como el gazpacho o la tortilla española, se arrancó a bailar un poco por sevillanas.

Apenas 40 personas fueron invitadas a la ceremonia íntima: sus seis hijos, sus parejas, las ex parejas de algunos de ellos, dos hermanos del novio, un sobrino y un grupo muy reducido de amigos. A Cayetana la llevó al altar su hijo mayor, Carlos, duque de Huéscar y heredero de la Casa de Alba. La madrina fue su íntima amiga Carmen Tello, esposa del torero Curro Romero.

“No estamos de acuerdo (con la boda), pero estaremos con ella”, dijo hace unos días Cayetano, uno de los seis hijos de la duquesa. Finalmente, al enlace faltaron dos vástagos: Eugenia, ingresada en un hospital de Madrid con varicela, y Jacobo, a cuya esposa calificó la duquesa hace unos días de “mala y envidiosa”.

Los hijos de Cayetana, fruto de su matrimonio con el aristócrata Luis Martínez de Irujo, con el que se casó a los 21 años, pusieron durante mucho tiempo trabas al enlace por temor a que el objetivo del funcionario del Ministerio de Trabajo fuera el dinero de su madre.

Su patrimonio oscila, según diversas estimaciones, en entre los 600 y los 3.500 millones de euros (850 y 4.900 millones de dólares). Repartidos por toda España tiene palacios, mansiones, fincas, obras de arte, empresas…

Sus amigas, al principio, tampoco vieron bien la relación. Hasta la familia real era reticente. Según medios españoles, la reina Sofía llegó a llamar a la duquesa al Palacio de la Zarzuela para decirle que no era necesario casarse. En los medios, aún hoy se seguía debatiendo si esta boda ha tenido lugar realmente por amor.

Pero Cayetana no cejó en su empeño. “Alfonso no quiere nada, ha renunciado a todo. No me quiere más que a mí”. En julio repartió su herencia anticipadamente entre hijos y nietos para allanar el camino a su tercer matrimonio. El rey Juan Carlos dio hace unos días su beneplácito al enlace, un trámite entre la nobleza desde hace siglos.

“Soy católica y lo ejerzo; por eso me caso una tercera vez. Por desgracia murieron mis dos maridos anteriores”, dijo hace unos días la novia. “Nunca es tarde” para ser feliz.

Cuando en 1978 se casó con su segundo marido, Jesús Aguirre, seis años después de la muerte de su primer esposo, Cayetana tampoco lo tuvo fácil. El nuevo duque de Alba era un ex sacerdote jesuita conocido como el “cura rojo” por sus vínculos con la izquierda. De él, Cayetana siempre dijo que fue el amor de su vida.

Su tercer marido es hermano de un íntimo amigo de Aguirre, muerto en 2001. Al parecer, Díez se enamoró de la duquesa hace 30 años. Después de mucho tiempo sin verse, en 2008 se encontraron por casualidad en un cine e iniciaron su historia de amor. “Quiero sacar a Cayetana por la puerta grande”, dijo en una ocasión Díez, que asegura que su ya esposa es “la pera” y destaca la fuerza vital que tiene a sus 85 años. “No es fácil seguirle el ritmo”. Ahora, al parecer, se van de luna de miel a Tailandia.

DPA


Exit mobile version