Obra de Picasso genera debate en Sudáfrica
Actualizado a las 12:50
Johannesburgo (dpa) – La exposición «Picasso en Africa» pretendía mostrar la influencia del arte africano en las obras de uno de los artistas más importantes del mundo. Pero, en vez de eso, hizo estallar acalorados intercambios públicos en Sudáfrica, país en el que se está exhibiendo, en medio de la afirmación de que Pablo Picasso robó su inspiración a desconocidos artistas africanos. «La verdad está a la vista: Picasso no habría sido el reconocido genio creativo que fue si no hubiera robado y readaptado el mundo de artistas anónimos», escribió hace poco Sandile Memela, un portavoz del departamento de arte y cultura de Sudáfrica.
Su opinión, expresada en una carta al diario «Star» de Johannesburgo, incluía la afirmación de que el artista, que murió hace 33 años, «no tuvo el coraje suficiente» para admitir la influencia del arte africano sobre su consciencia y su creatividad y no reconoció cómo «reimpulsó» su «talento cuando éste languidecía». Miles de personas visitaron la exhibición de 84 trabajos originales de Picasso y 29 máscaras y esculturas tribales de desconocidos artistas africanos, similares a las que inspiraron el trabajo del artista. Entre la inauguración el 10 de febrero y pasado 2 de marzo, más de 24.000 personas acudieron a la Standard Bank Gallery en el centro de Johannesburgo, donde la muestra se presenta en cooperación con el gobierno francés.
El interés fue tan grande que los prganizadores se vieron obligados a prolongar la exhibición. Mientras algunas personas opinan que el ataque de Memela a la «canonización de Pablo Picasso en Sudáfrica» fue apropiado, la mayoría de los sudafricanos interesados en el arte despreciaron sus opiniones en declaraciones públicas o cartas a periódicos y otros medios. «La idea de que Picasso debe su genio creativo a su robo de artistas africanos es producto de la imaginación de Memela», dijo Marilyn Martin, directora de la colección de arte del Museo Iziko de Ciudad del Cabo y co-curadora de la exposición «Picasso en Africa».
Martin añadió que Picasso tenía una comprensión profunda, no sólo del arte africano a nivel metafísico, conceptual y formal, sino también de la «explotación colonial que colocó al arte africano bajo el dominio de la cultura francesa». «Su reacción me recuerda a la de los fascistas negros que criticaron a Paul Simon cuando colaboró con el grupo Ladysmith Black Mambazo para difundir un género musical», comentó un lector en una carte al diario «Star». El lector comparó el caso al de los pintores impresionistas como Van Gogh, Gaugin, Monet y Lautrec, que se inspiraron en obras japonesas, «pero los japoneses nunca afirmaron que robaron su genio artístico de Japón». Añadió que los «artistas, invariablemente, son internacionalistas y utilizan diferentes cosas independientemente de su origen para expresarse y difundir su arte». Memela, un ex periodista cultural, no defendió sus puntos de vista.
En la actualidad, «Picasso en Africa» es la colección más importante del artista español que se exhibe en el continente. La última exposición del malagueño en Africa se celebró a principios de los 70 en Senegal. Entre otras, se exhibe un boceto que Picasso hizo para «Les Demoiselles d'Avignon», la famosa pintura en la que muestra a prostitutas parisinas con figuras geométricas similares a las que presentan las máscaras del oeste y centro de Africa. Los expertos consideran que el artista español, que se trasladó a Francia a comienzos del siglo XX, fue quien le dio un lugar al arte africano en Europa al incorporar sus características y temas al cubismo, uno de los movimientos más influyentes del arte moderno.
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