Opinión publicada

Compartimos dos artículos publicados en La Nación y Clarín. El primero fue redactado por Fernando Laborda. Mientras que el segundo le pertenece a Julio Blanck.

Fernando Laborda, en La Nación, considera que “según se desprende de las palabras de no pocos candidatos y funcionarios kirchneristas, existe algún convencimiento de que todavía les queda margen para sostener la actual política económica por dos años más, aunque sea aplicando parches. Dejarle tierra arrasada al próximo gobierno, un escenario parecido al que Carlos Menem le legó a Fernando de la Rúa, parece ser hasta ahora la estrategia del kircherismo, con la esperanza de que, cuando todo estalle, alguien se anime a gritar “Volvé, Cristina, te perdonamos”. Se trata de una estrategia muy propia del peronismo: gastar todo lo que se pueda mientras se es gobierno y, eventualmente, entregarle el Banco Central al futuro gobierno con la misma cantidad de dólares de reservas que recibió Néstor Kirchner en 2003 -alrededor de 12 mil millones-, con el argumento de que el excedente que tuvieron las reservas en esta década (llegaron a superar los 52 mil millones de dólares y hoy se sitúan en algo más de 34 mil millones) es del gobierno y no del país. La fiesta la pagará el que venga después. De ahí que la reciente revelación de Daniel Scioli en el coloquio de IDEA, donde admitió que “el camino para luchar contra la inflación no ha dado resultados” y “hay que ver cómo lo abordamos”, implicara patear el tablero kirchnerista. Como si el gobernador estuviera decidido a jugar en el bosque mientras el lobo descansa en Olivos”.

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Julio Blanck en Clarín, opina que “la operación de propaganda que involucró a Juan Cabandié podría haber durado un suspiro, 24 horas como máximo, si no hubiese sido por la inestimable colaboración del propio Cabandié. Pero Cabandié habló y habló, sin poder contenerse. Mintió, se desdijo, aceptó la verdad a medias, se disculpó también a medias, buscó culpables cuando el culpable era él mismo y nadie más. Todo con la misma incontinencia y soberbia con las que el todavía joven diputado y candidato mostró al prepotear a la agente de tránsito de Lomas de Zamora, episodio que fue oportunamente filmado y más oportunamente aún difundido.Sucede todo a las puertas de la elección del domingo 27. Y es un regalo inesperado para Sergio Massa en la Provincia y para Pino Solanas en la Capital, los candidatos que pugnan por ocasionarle al kirchnerismo el mayor perjuicio electoral posible.No se sabe si asombra más el traspié incontenible de Cabandié o la repetición del daño autoinfligido por el kirchnerismo en la víspera de una elección”.

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