¡Bien por estudiantes!

El pueblo pincharrata se alineó tras su club, no solo por amor a la camiseta, sino por una defensa de ciertos valores, como la libertad de expresión y el disenso fundado.

Santiago Ascacibar, capitán de Estudiantes, levantando el trofeo ante la atenta mirada de Chiqui Tapia. (Clarín fotografía)

Estudiantes de La Plata es el nuevo campeón de la Liga. Y ello es una bendición para lo poco que le queda de deporte en el fútbol profesional.

Debo comenzar diciendo, para aventar suspicacias, que lejos estoy de acordar con la transformación de clubes en Sociedades Anónimas Deportivas o de defender alguna ideología política. Tampoco de bajar el precio a Rosario Central porque se lo haya reconocido como “campeón retroactivo” o de desconocer la notable campaña de Racing Club a lo largo de todo el año 2025.

Estoy hablando de otra cosa. De encontrar un equipo de fútbol que se sobrepuso a una gran cantidad de adversidades y así y todo alzarse victorioso.  Estudiantes arribó a los Play off de la Liga rozando el milagro, en una fase regular sembrada de sospechas sobre el favoritismo arbitral y dirigencial hacia otros equipos con claros vínculos políticos como Barracas Central, Deportivo Riestra o Central Córdoba y otros como Banfield o San Lorenzo, ayudados económicamente por la AFA.

Y es en esta fase de eliminatorias, con más garra que juego, donde el equipo se agiganta, venciendo en fila a Rosario Central 1-0, Central Córdoba 1-0, Gimnasia y Esgrima La Plata 1-0 siempre de visitante y en el partido final 1-1 versus Racing (5-4 en los penales).

Pero más allá de los resultados de los partidos, el León se coronó mientras afrontaba una serie de sanciones insólitas y arbitrarias, con motivo del “espaldazo” del Gigante de Arroyito.

Su presidente, Juan Sebastián Verón, figura emblemática y motor de la institución, debió presenciar la final desde las tribunas del Madre de Ciudades de Santiago del Estero, cumpliendo una suspensión para ejercer su cargo dirigencial de seis meses, solo por manifestar un disenso fundado.

Su capitán Santiago Núñez, fue castigado con una pena de tres meses, que le impide portar el brazalete y el plantel completo fue notificado de una pena de cumplimiento diferido de dos fechas, que pende como una espada de Damocles para el próximo torneo.

Salvo en la final, no contó con la presencia de Guido Carrillo su goleador, por haber sido penado por cuatro fechas tras su expulsión contra Tigre.

Sin embargo, el León se puso toda esta carga sobre sus hombros y técnico Eduardo Domínguez con con absoluta sobriedad focalizó su tarea solo en jugar sus cartas aun flacas, dentro del campo de juego.

El fervor con el que el pueblo pincharrata se alineó tras su club, no fue solo por amor a la camiseta, sino por una defensa de ciertos valores, como la libertad de expresión y el disenso fundado.

La toma de medidas sin conformidad y la posterior sanción a quienes osaron disentir, el traslado de miles de hinchas de La Plata o Avellaneda a Santiago del Estero (cuando se podría haber llenado el Monumental o un Estadio más cercano) y las acciones judiciales iniciadas por presunto lavado de dinero que tocan de cerca de una financiera íntimamente vinculada con la AFA, son motivos suficientes para que alguien levante sus banderas.   Y Estudiantes de La Plata lo hizo.

Para aquellos que valoramos la garra en el juego y la doctrina de no bajar los brazos hasta el último respiro, presenciar cómo este equipo, empata a falta de tres minutos del pitazo final, se levanta luego de ir abajo en una tanda de penales y festeja con su presidente en las tribunas como un hincha más, es una secuencia digna de ser destacada en la crónica tanto deportiva como social.

Este triunfo es la prueba fehaciente de que la mística, la convicción y la nobleza del esfuerzo, pueden doblegar a las maquinarias más aceitadas. Un ejemplo para mostrar a los chicos que no siempre gana quien corre con el caballo del comisario y de que hay otros caminos para poder llegar a un objetivo.

Estudiantes no solo ganó un título, también, una batalla por la dignidad.

*Abogado. Prof. Nac. de Educación Física. Docente Universitario. angrimanmarcelo@gmail.com


Santiago Ascacibar, capitán de Estudiantes, levantando el trofeo ante la atenta mirada de Chiqui Tapia. (Clarín fotografía)

Estudiantes de La Plata es el nuevo campeón de la Liga. Y ello es una bendición para lo poco que le queda de deporte en el fútbol profesional.

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