El rebelde y federal arma su épica
La gestión de Gutiérrez finalizará atravesada por un nuevo femicidio y un indicador alarmante que obliga a pensar en serio qué está pasando en Neuquén.
Los equipos del gobernador electo de Neuquén, Rolando Figueroa, le darán esta semana la pincelada final al acto de asunción y jura de ministros que preparan para el domingo que viene. Al gobernador electo le interesa marcar una diferencia desde el día cero y por eso tiene varias sorpresas que incluyen desde la presentación de la Orquesta Sinfónica en el hall de la Legislatura para tocar los himnos hasta el contacto con militantes del interior de la provincia vía conexión satelital.
“Rolo quiere que la transmisión de lo que pase en la Legislatura sea federal”, aseguraron quienes están a cargo del armado, que viene con impronta de festejo por los 40 años de democracia argentina.
En principio, se definió que habrá una pantalla en tres puntos geográficos de la provincia para seguir en vivo la asunción del gobernador, su vice Gloria Ruiz y los 35 diputados provinciales. Estarán ubicadas en Plaza Huincul, en Junín de los Andes y en Chos Malal, tres ciudades con intendencias ahora a cargo de Comunidad.
En las tres habrá presentaciones de artistas locales y se espera que el propio Figueroa pueda hacer contacto vía móvil con los militantes que participen desde el interior. “Va a haber feedback”, anticiparon.
El de la Legislatura será el acto más relevante, porque implica la jura de las nuevas autoridades, pero habrá otro capítulo. A las 12, en el mismo horario en que Javier Milei asumirá la presidencia frente a la Asamblea Legislativa, Figueroa se moverá a la Casa de Gobierno para firmar el acta de traspaso con Omar Gutiérrez y tomarles juramento a sus ministros. Cadillac no habrá: posiblemente se apueste a una caminata, siempre que el calor permita los más de 2 kilómetros que demanda el recorrido hasta Roca y Rioja.
Figueroa entretuvo a todos durante noviembre lanzando nombres y cargos a cuentagotas y el viernes ya ingresó en la recta final con dos designaciones clave: la de Rubén Etcheverry en Infraestructura y la de Soledad Martínez en Educación.
El gobernador electo cuidó el mensaje con anuncios a uno y otro lado de la grieta en proporciones equivalentes. El futuro ministro de obra pública, que se acercó al búnker del ganador el mismo 16 de abril a la noche, había sonado para la cartera de Energía, una vacante que Figueroa pareciera querer guardarse hasta el 10 de diciembre.
Si finalmente tomara forma de Secretaría, no sería extraño que termine quedando bajo el ala de Etcheverry. El viernes, antes de que se hiciera pública su designación, fue uno de los que estuvo en la reunión con representantes de las operadoras hidrocarburíferas. Quienes participaron aseguran que hubo pocas pistas sobre quién su próximo interlocutor o interlocutora.
En el tren de despedida, Gutiérrez ya anticipó una agenda con inauguraciones y festejos de aniversarios en el interior. Su gestión finalizará atravesada por un nuevo femicidio, el de Rosana Artigas, y un indicador alarmante que obliga a pensar en serio qué está pasando con la violencia machista en Neuquén.
La Legislatura sesionará el martes y miércoles por última vez con la composición actual, pero para sancionar dos leyes para el gobierno de Figueroa. Una será la que crea el plan provincial de becas que prometió en campaña y que defendió esta semana la futura ministra de Educación, y otra la ley de ministerios que definirá la estructura del próximo gabinete.
Otra vez los diputados se irán con históricos pendientes: la reforma del Código Procesal Civil y de Familia, la reglamentación del Defensor del Pueblo, la emergencia por violencia de género. La lista es casi la misma año tras año.
Lo que no será igual es el regalo que recibirán cuando se despidan de sus bancas. Las medallas de oro de 18 kilates que eran uso y costumbre, y que entregó por última vez Figueroa cuando era vice, no van más. Se optó por un regalo “más austero”, acorde a los tiempos que vienen, y a un presupuesto legislativo que se va haciendo cada vez más chico.
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