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IA y derechos de intérprete: el territorio creativo de la voz

El imparable avance de la inteligencia artificial en todas las facetas de nuestra vida plantea una encrucijada ética y legal: ¿hasta dónde llega la autonomía creativa de una máquina? Este dilema se hace más evidente cuando consideramos la capacidad de la IA para emular voces y comportamientos artísticos de manera casi idéntica a sus inspiradores humanos.

Desde la reproducción de las entonaciones y tonos musicales de cantantes hasta la creación de imágenes digitales de actores, la IA nos permite reinterpretar obras y realizar colaboraciones que antes parecían imposibles. Sin embargo, este avance también abre la puerta al debate sobre la originalidad y el derecho del intérprete.

En este enfrentamiento de posturas, encontramos a los puristas o conservadores, preocupados por preservar la integridad y la memoria de los artistas originales, y a los creativos o innovadores, ávidos de explorar nuevas fronteras y expandir los límites de la creatividad.

El debate no solo trasciende lo artístico, sino que también se adentra en lo económico y lo jurídico. ¿Quién se beneficiará de las utilidades generadas por las nuevas creaciones? ¿Cómo afectará esto a los admiradores y familiares de los artistas originales, que podrían sentirse incomodados o incluso ofendidos por estas reinterpretaciones?

En última instancia, el desafío legislativo y legal asociado con la IA y los derechos de intérprete nos invita a reflexionar sobre el equilibrio entre la innovación y el respeto por la obra original, así como sobre la responsabilidad de salvaguardar la memoria y el legado y honor de los artistas.

Habida cuenta que los artistas son únicos e inéditos en cada una de sus interpretaciones, se estaría vulnerando en lo que han trabajado toda su vida, en su desarrollo profesional y económico, violentado su individualidad ya que la IA cantaría como ello.

Entonces dónde va a parar todos esas horas de ensayo que lo diferencia del resto y le permitir el crecimiento económico. Fue por ello que más de 200 artistas, incluidos Billie Eilish y Nicki Minaj, firmaron carta dirigida a desarrolladores, servicios musicales y compañías tecnológicas solicitando se utilice con responsabilidad y no remplazar el trabajo de los artistas.

En conclusión, cuando hablamos de la voz, sabíamos que nos referíamos a Frank Sinatra

Abogado. Miembro del Instituto de Derecho e Inteligencia Artificial del Colegio de Abogados y Procuradores de Neuquén.


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