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La obra pública en Río Negro con recursos nacionales y su continuidad

Después de transitar periodos de renovado endeudamiento en divisas desde 2016 y dificultades financieras y económicas, las provincias se encuentran inmersas en un cuadro de incertidumbre inédita en virtud del panorama abierto por el proyecto de ley ómnibus que aún se debate en el Congreso. La anunciada suspensión de la obra pública nacional y las inexistencia de canales de interlocución entre la jurisdicción nacional con las provincias configura un horizonte inescrutable e incierto.


Como es bien sabido, la ejecución nacional en obra pública (junto a la provincial), contribuyó y contribuye a definir el perfil de las provincias patagónicas, cuya organización estatal se concretó recién a fines de los años 50. Desde entonces, y a pesar de la inestabilidad institucional hasta 1983 y los ciclos hiperinflacionarios y de crisis recurrentes; se llevaron a cabo, con relativa continuidad, importantes obras de infraestructura, de larga vida útil y difundido uso social y económico. Se trata de obras energéticas, hidráulicas, viales, de desarrollo urbano y saneamiento y como especificidad provincial, obras que consolidaron el complejo de CyT asentado en Bariloche. El conjunto de obras afianzaron regiones productivas y centros urbanos y de servicios y marginaron otros que carecieron de dichas dotaciones.


En cualquier caso y sin desconocer el patrón congénito de disparidad territorial que caracteriza al país, la obra pública constituyó uno de los aspectos cruciales que definieron el perfil de Río Negro y las condiciones que facilitaron su desarrollo y sus limitaciones. Pero el referido papel estructurador de territorios y relaciones sociales y económicas podría verse seriamente socavado frente a las inciertas perspectivas surgidas de los anuncios del propio gobierno nacional.


En dicho contexto y después de revisar la ejecución (crédito devengado) del presupuesto nacional en su agrupación anual en obras públicas según la ubicación geográfica correspondiente a la Provincia de Río Negro para el período 2015/2023, es posible identificar las principales obras, sus características e inversiones respectivas.


Se observa la continuidad de las inversiones en los años analizados y en períodos correspondientes a gobiernos nacionales de diferente orientación política. Aunque este aspecto revela también los extensos períodos de ejecución que ya se cuentan en décadas. Y aun así, están lejos de su concreción definitiva, como es el caso de la autopista RN 22.


Dos obras dominan las inversiones de recursos nacionales: la pavimentación de la RN N° 23 y la Autopista RN N° 22 incluyendo accesos y obras menores en las localidades adyacentes.


Solo dos organismo presentan inversiones ininterrumpidas en infraestructura entre 2015 y 2023. Se trata de la Dirección Nacional de Vialidad con un notorio predominio y la Comisión Nacional de Energía Atómica. La Administración de Parques Nacionales con una presencia significativa en los años iniciales, redujo su participación al final del período.


Las obras relacionadas al complejo de ciencia y tecnología (CyT) de Bariloche constituyen otro de los principales objetos de la ejecución del presupuesto nacional. Toma cuerpo a partir de 2007 y desde entonces se sostiene. Cabe suponer que el lanzamiento del Plan Nuclear en 2006 y la creación del MINCyT en 2007 actuaron como disparadores del incremento de recursos invertidos en las instituciones de CyT asentadas en Bariloche.


Se observa también como objeto de inversión un conjunto de obras de mejoramiento urbano, vial y saneamiento en la ciudad de Bariloche, relacionado en parte al ENOHSA. Entre las principales mencionamos la ampliación de Planta de Tratamiento Desagües Cloacales (BID), Colector Costanero (BID) y la construcción de la Planta de Tratamiento de Camiones y Acondicionamiento de Lodo y en la ciudad de Catriel, la construcción de Sistema de Desagües Cloacales (BID) y otras obras en otras localidades. En el año 2023 el 49 % de la ejecución total en obra pública en Río Negro correspondió al ENOHSA ($ 2703,44 millones).


Aunque solo reseñamos en breves comentarios las principales obras de infraestructura y organismos ejecutores, resultan suficiente para dimensionar los alcances sectoriales y territoriales en la provincia. Y aunque el modelo de gestión de la obra pública requiere variadas mejoras, la suspensión del envío de fondos seria gravoso y provocaría efectos perjudiciales difíciles de remontar como sucedió en los ciclos anteriores de fundamentalismo de mercado y privilegio corporativo en los que la provincia de Río Negro, lentamente, perdió capacidades y protagonismo regional.

Luis Bardeggia

ex diputado provincial, ex interventor de IPPV


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