viedma - 07/04/2019 elecciones a gobernador en rio negro foto marcelo ochoa
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¿Podrán las PASO romper la apatía electoral?

La baja en la participación registrada en elecciones provinciales tiene en alerta a los partidos, ya que HACE MÁS COMPLEJO ANTICIPAR tendencias y afectaría la legitimidad de un futuro gobierno.

La baja participación que se registró en las 17 elecciones provinciales que se realizaron en el último año es una preocupación tanto de los candidatos para estas Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias como para los analistas en general, ya que dificulta tener un panorama preciso sobre las preferencias de la ciudadanía, y es un dato negativo para la legitimidad del sistema político democrático en general.

Excepto Tucumán, que mantuvo una participación superior al 80%, la mayoría de los distritos vio disminuir la concurrencia a las urnas respecto a los comicios presidenciales del 2019, y confirma una tendencia a la baja que se registra desde el retorno a la democracia, cuando en la “primavera alfonsinista” y en el marco del bipartidismo UCR-PJ la participación superaba el 80%. En las elecciones registradas este año, hubo varios distritos que bajaron del histórico promedio y la merma se situó entre el 25 y el 31%, según distintos relevamientos.

La principal causa de esta creciente apatía tiene que ver en primer lugar con la extensión de la crisis económica que siguió a la pandemia, que hace que cada vez más gente esté en el día a día de sus preocupaciones y menos concentrada en la campaña electoral. También las malas gestiones anteriores que generaron descreimiento y una creciente desconexión que parece haber entre los representantes políticos, los candidatos y el ciudadano de a pie. Puede haber factores coyunturales también, como el temporal que complicó la concurrencia a las urnas en las últimas elecciones en Chubut, ganadas por estrecho margen por Juntos por el Cambio.

El padrón rionegrino tiene cerca de 600.000 habilitados a votar. Foto Andrés Maripe.

Sin embargo, no todos los analistas creen que esta desmovilización se traslade automáticamente de las elecciones provinciales. Señalan que históricamente las presidenciales tienen un nivel de motivación mayor, que podría impulsar una suba en la participación. Para otros, en cambio, si la gente no concurrió a definir aspectos más cercanos como los problemas de su provincia o municipio, menos motivada está para acudir a una instancia nacional.

Tampoco hay mucha certidumbre sobre a quién afectaría en mayor medida una retracción en la cantidad de votantes. Es que, según analistas, varios candidatos de las principales coaliciones políticas son vistos por sus propios votantes más como un “mal menor” que como una alternativa de futuro que genere entusiasmo.

Carlos Fara

Ni siquiera quienes plantean opciones más radicales o disruptivas, como el libertario de derecha Javier Milei y la izquierda trotkista en los extremos del arco ideológico, logran captar cabalmente este “malestar de la cultura”, que parece haberse instalado en esta campaña electoral, en palabras del politólogo Carlos Fara.

Este consultor considera que es importante el “clima de apatía” instalado ya en los comicios provinciales y que es muy probable que la tendencia continúe en las PASO. Agrega que por el momento ningún sector político ha podido capitalizar cabalmente este enojo con la política.

“El que más lo está captando obviamente es Milei, pero se desgastó en los últimos dos meses, lo cual le puso techo, y los que se decepcionaron con él, probablemente se vayan más a la abstención o el voto en blanco que a otra opción política. El gobierno no puede capitalizar este malestar por una obvia cuestión de malos resultados de su gestión actual, sobre todo en lo económico, y Juntos por el Cambio tampoco lo logra por tres razones: a) sus peleas internas, b) no pudieron / supieron transmitir una propuesta entusiasmante en conjunto, c) ya estuvieron en el gobierno y terminaron mal”, explica.

Sin embargo, cree que por lo que mostraron los procesos electorales hasta ahora es que una menor concurrencia a votar “va a perjudicar al peronismo sin duda, como ya se vio en 2021 y en las elecciones provinciales; luego debería perjudicar también a los candidatos que dependen más de un voto independiente o despolitizado al que cuesta más movilizar el día de la elección (en teoría)”.

Agrega que, según sus estudios, “para la mayoría de los votantes la culpa de la mala situación actual la tienen tanto el kirchnerismo como el ensayo de Mauricio Macri, por eso Milei abreva de los decepcionados de ambos bandos” explica. Sin embargo, sostuvo que las declaraciones del libertario donde señala que el problema es más Horacio Larreta y no tanto Bullrich “lo han ido desperfilando” un poco.

Por su parte, Gustavo Córdoba, de la consultora Zuban-Córdoba, cree que no se puede hacer un traslado automático de lo que ha ocurrido hasta ahora en las provincias con lo que ocurrirá en los comicios nacionales.

Gustavo Córdoba

“La gente no vota en los esquemas provinciales de la misma manera que lo hace en el escenario nacional. ¿Vos pensás que en Río Negro, donde ganó la provincial JSRN, el voto en blanco o nulo a presidencial va a ser del 45%? O Córdoba, donde el “cordobesismo” gana sistemáticamente a nivel provincial, pero cae muchísimo en las nacionales. Hoy no hay argumentos para sostener que la sumatoria de los resultados provinciales equivalen a los votos que va a sacar una fuerza u otra a nivel nacional. En su provincia, la gente vota agenda y liderazgos regionales y locales. A menudo un tema nacional es más movilizante, yo creo que en la elección nacional se va a activar otro tipo de interés”, agrega.

“En tiempos de campaña, todo el mundo trata de apropiarse de los resultados, pero veamos un ejemplo: el batacazo de Rolo Figueroa, que fue muy importante para Neuquén, ¿cuánto duró su efecto a nivel nacional? Un par de días”, graficó. “En la construcción de un sentido de identidad política nacional, las provincias pasan a un segundo plano”, consideró.

Peronismo “conurbanizado”


Córdoba sí coincidió en que en el marco actual, el principal perjudicado por el malestar de la crisis actual ha sido el peronismo de las provincias. En primero lugar, eso se vio reflejado en el desdoblamiento de los comicios. “En las legislativas de 2021 el peronismo sacó apenas 31 puntos y muchos caciques del interior vieron por primera vez que el agua les llegaba a las rodillas, que la amenaza de una derrota estaba a la vuelta de la esquina. Este año perdieron Chubut, San Luis, San Juan y probablemente pierdan Santa Fe. En Chaco y Santa Cruz tienen una luz amarilla gigantesca, yo diría tirando a roja”, señala.

Córdoba coincide en que el peronismo en muchos aspectos “se ha ‘porteñizado’, ‘AMBArizado’ o ‘conurbanizado’, como se prefiera , porque al tener en el AMBA o el conurbano bonaerense los votos decisivos, han dejado de representar identidades del interior, y eso se refleja, por ejemplo, en la proliferación de fuerzas provinciales: muchos ya no se sienten identificados con las identidades nacionales que proyecta el peronismo actual. Pero eso también le sucede a Juntos por el Cambio” , matiza.

Córdoba no cree que la pobre performance de Javier Milei en provincias, más por temas organizativos que ideológicos, se repita en la nacional. “Uno puede estar a favor o en contra de las ideas de Milei, pero en nuestras mediciones él se mantiene firme cerca del 20% de intención de voto y se consolida cada vez que habla solo de economía, que es el eje central del debate electoral en este momento”, señala.

La “lógica del descarte”


En un reciente artículo para la revista “El Estadista”, Guido Moscoso, analista de la firma Opinaia, destacó que un estudio reciente de esa firma para definir las motivaciones detrás del voto a los principales candidatos, se halló una apatía y un desinterés generalizado. Y que a menudo prima la elección del candidato “menos malo”, en una “lógica del descarte”. Moscoso sostiene que “la baja participación electoral obtenida hasta el momento en varias de las elecciones provinciales de este año puede ser entendida como un indicador de este malestar de la ciudadanía con la política y la clase dirigente, sobre todo cuando la oferta electoral no ofrece candidatos outsiders con un discurso antipolítica” que entusiasme a todos. Por el contrario, en la interna de Juntos por el Cambio, “el votante de Larreta lo termina eligiendo más por descarte que por convicción. La distinción fundamental entre ambos candidatos radica aquí, y este factor puede ser determinante en una interna altamente disputada: el apoyo a Bullrich es más sólido y decidido”, explica. Algo parecido sucede con Sergio Massa en Unión por la Patria (UP): el voto de sus partidarios también se rige más por descarte que por entusiasmo. “Se le reconoce haberse hecho cargo de la economía del país en un momento crítico y se confía más en su capacidad a futuro para controlar la inflación que en su desempeño presente. En contraste, Juan Grabois atrae votantes por tres motivos principales: ideas y propuestas, renovación de la política, y su honestidad y transparencia” destaca Moscoso.

Distintos votos en las tres «vueltas» electorales: visceral, ideológico y estratégico


Uno de los aspectos que se destacan en los análisis sobre el voto en estas PASO tiene que ver con las diferentes intenciones y motivaciones de los electores en cada instancia, ya que una persona no se comporta necesariamente de la misma manera en cada fase del proceso electoral.

Muchos coinciden en que el votante adopta distintas posturas en un sistema que hoy parece de tres vueltas: las PASO, que se han convertido en una “gran encuesta” sobre el panorama político nacional, la general donde se afirman o corrigen preferencias y, de ser necesario, un voto mucho más estratégico en el eventual balotaje.

Para Gustavo Córdoba “cada distancia de voto que tenemos es distinta: la PASO es la primera, allí prima una especie de voto emocional profundo, visceral, en el cual la gente va a descargar tensiones y ahí el votante tiene un gran protagonismo”, sostiene. “En nuestros estudios el 80% dice estar enojado con sus dirigentes , pero los dirigentes no quieren escuchar: entonces este votante va a ir a manifestarse en las PASO”, agrega. “Las PASO determinan el punto de partida de la general: hay una primaria en JxC que todavía no está resuelta entre Bullrich y Larreta. ¿Vos crees que a Milei o a Massa les da lo mismo que gane Bullrich o Larreta ? No. Nosotros tenemos ganando a Larreta por una diferencia mínima, pero aquí yo creo que ahí van a intervenir factores claves y críticos, como el trabajo y los apoyos territoriales”.

En la primera vuelta de la general “ya no prima, tanto la cuestión emocional ni esa descarga de la bronca, sino que intervienen factores más alineados con la identidad política, el sentimiento ideológico. Ahí puede darse la paradoja que votantes de Milei en las PASO elijan luego votar a Bullrich, o por ahí prefieran votar a Massa antes que a Larreta, si éste gana la interna de JxC”, agrega.

En un eventual balotaje, “ se da un voto te diría mucho más táctico y racional, allí aflora el votante que dice en las encuestas ‘ voy a ir a votar para que no gane fulanita o no gane fulanito’. Se trata más de un voto ‘en contra de’ que a favor de alguien”.


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