Qué es la traición, según el MPN

Federico Aringoli

Editor responsable. Nació en 1982 en General Roca, Río Negro. Es licenciado en Comunicación Social por la Universidad Nacional del Comahue (UNCo). Realizó tareas de investigación académica entre 2005 y 2007 como becario de la UNCo. Luego se formó en periodismo digital. En RÍO NEGRO fue editor de la sección Energía (2017-2018), jefe de la agencia Neuquén (2018-2022) y Prosecretario de Redacción (2020-2022). Reside actualmente en Neuquén capital. En Diario RÍO NEGRO desde 2005.

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Como se sabe, el MPN vive de las internas. Es la fuente de la juventud para un partido que cruje pero que logra reinventarse.


Las acusaciones por traición, en la historia reciente del MPN, son moneda corriente y cualquiera puede leerlas de un lado y del otro. Basta con usar un buscador en internet para recodar que el petrolero Guillermo Pereyra acusó de “traidor” a Jorge Sapag en la interna partidaria de 2014 para enrostrarle que había mandado a votar por el Frente de Todos. En 2018, en otra interna partidaria, el ahora vocero del MAPO y por entonces de la lista Violeta, José “Pino” Russo, usó la misma calificación contra Omar Gutiérrez y Sapag por supuestas irregularidades en la elección. Ahora, el apuntado es Rolando Figueroa.

Pereyra, que esta semana oficializó una nueva alianza con los entonces “traidores”, es quien suele tener el verbo fácil, pero esta vez el tono no lo elevó él ni Sapag, que ventilaron supuestas conversaciones personales con Figueroa, sino que fue el gobernador quien utilizó una frase, desafortunada para la opinión pública pero algo habitual para el glosario emepenista, invitando al diputado nacional a irse de la provincia.

Si alguien utiliza con violencia simbólica del chauvinismo de “ellos y nosotros” es el MPN. Cuántas veces se escuchó hablar de las familias que ingresan por día a la provincia: un hecho relatado en apariencia como positivo, pero que esconde la culpa de los indicadores negativos de la provincia que, pese a Vaca Muerta, los tiene como lo demuestra la toma de deuda en períodos récord de recaudación por regalías.

Sin embargo, el casi grotesco circo de descalificaciones contra Figueroa por parte de los líderes de la Azul -del que mantuvieron al margen a Marcos Koopmann- no solo desnudó la intención política sino que también, por el tono, mostró algo de desesperación.

Como se sabe el MPN vive de las internas. Es la fuente de la juventud para un partido que cruje pero que logra reinventarse. Cuanto más ruidosa la interna, más efectivo será el resultado. Pero la herida que arrastra el partido gobernante es tal que los fuegos artificiales de las internas cada vez deben escalar más y solo ellos saben hasta qué punto pueden llegar.


Figueroa deberá dar señales claras a sus equipos para demostrar que ésta no es una versión mejorada de la estrategia que ahora termina en las generales.


Ahora bien, Figueroa deberá dar señales claras a los equipos que logró conformar para demostrar que ésta no es una versión mejorada de la estrategia de internas donde, ahora, el gran escenario montado no estaría en la previa sino en las generales. Está claro que la traición en el MPN no es una sentencia sino una advertencia, que luego se supera tomando de la vieja copa doctrinaria que reza: “los agravios en política caducan a los 60 días”.

De todos modos el gobierno neuquino atraviesa problemas sustancialmente más relevantes y que parecen no resolverse con una chicana política. Esta semana el ministro de Desarrollo Social, Abel Di Luca, quedó en la cuerda floja por la alianza entre el sector Azul y los petroleros de la Azul y Blanca que tiene a Pereyra como conductor y que fue quien pidió su salida al conocerse el escándalo de la estafa con los planes sociales.

La falta de respuestas políticas del gobernador Gutiérrez y la clara intencionalidad de su gabinete de entorpecer la verdad, que desde el día que se conoció públicamente el hecho trató de sembrar dudas, por ejemplo, sobre sí el dinero de los planes era de Nación o Provincia pese a que a las maniobras se ejecutaron en cajeros y con tarjetas del BPN, suman desgaste sobre una sociedad que demasiado tiene con los niveles de desigualdad que soporta.

La lamentable muerte de tres operarios en la explosión de la refinería de New American Oil abrió otro espacio de reflexión. El titular de Petroleros Privados, Marcelo Rucci, quedó atado de manos para ampliar el pedido de mayor seguridad de las empresas al gobierno provincial, tras el acuerdo político interno. Como el sindicato sabe que las bases petroleras se inquietan con estos hechos, van 14 en cuatro años solo en yacimientos y plantas, metió por la ventana la eliminación de un ítem laboral denominado contratos on-call que se implementaron en los últimos años y que el sindicato buscaba quitar.

En esta línea, si el oficialismo no ordena prioridades es probable que las respuestas empiecen a surgir de abajo hacia arriba.


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