“Respeto a la guerrilla”

— Por su actuación en Malvinas, recibió la condecoración por herido en combate, y el Congreso de la Nación le otorgó la condecoración como excombatiente. Pero devolvió al gobierno nacional, concretamente al entonces presidente De la Rúa, la condecoración que le acreditaron por La Tablada. ¿En estos años, pudo hablar con él sobre este tema?

— No. Fui condecorado “por la Nación Argentina”, pero cuando me entero de que De la Rúa se dispone a liberar a los terroristas que atacaron al regimiento de La Tablada, le envió una carta en un intento de evitar esa decisión y le pido una audiencia. Fue una carta abierta y me cuesta 15 días de arresto. Luego le envié otra carta diciendo que dejar en libertad a los terroristas, desacreditaba la condecoración que nos había otorgado la Nación Argentina. Reiteré mi pedido de hablar con él. Los dejaron en libertad y entonces yo entregué mi condecoración en mesa de entrada de la Casa Rosada…

— Lo vimos en la Feria del Libro, en una mesa redonda con un exmontonero y un exmiembro del aparato de inteligencia cubano y combatiente del ERP. ¿Qué rescata de esos contactos?

— Sí, me he reunido con Labraña, que militó en Montoneros; con Massetti, hijo del jefe del Ejército Guerrillero del Pueblo, hombre de confianza del Che y su hijo que durante años estuvo en la lucha armada… también me he reunido con la esposa de Firmenich, María Elpidia Martínez Agüero; con un hermano de ellas que fue montonero… Y sí, yo también estuve en los ´70, y en un lado bien definido. No compartí las ideas de los grupos armados. Hoy participo de una Mesa de la Concordia que busca encontrar las partes que se enfrentaron, reflexionar sobre lo que nos pasó… Yo no comparto sus ideas ni perdono lo que hicieron. El mismo Labraña sostiene que él no se arrepiente de nada de lo que hizo… A mí me asesinaron amigos. Me intentaron secuestrar una de mis hijas —muy chiquita en ese momento—, cuando estaba destinado en Mar del Plata, donde ellos asesinaron a mi jefe de unidad, el coronel Reyes y a mi amigo el teniente Cativa Tolosa. Pero nunca los odié. Los respeto por todo lo que entregaron en función de sus ideas. Tal vez sea fuerte decir que no perdono… pero hay que cerrar heridas. El kirchnerismo colocó en un solo lado toda la culpa de lo sucedido en los trágicos ´70 y esto no es bueno… genera rencor, no favorece una verdad clara.

— ¿Cómo se llevó con Balza en el combate?

— Bien. Desde lo técnico, es muy buen artillero y no tanto como jefe. Después de la guerra trabajamos juntos con un grupo de oficiales reflexionando sobre la guerra. En el ´90, cuando se sublevó Seineldín, yo era jefe del grupo de artillería de Ciudadela. Varios de mis suboficiales se unieron al hecho y entonces perdí el mando con Balza como Jefe del Estado Mayor, por no prever una situación así. Me designó jefe de un distrito militar, pero pedí el retiro.

— ¿Habla con él?

— No. No me gusta su doble discurso. Por ejemplo: tras la autocrítica que hizo sobre lo hecho por el Ejército en la lucha contra el terrorismo, enviarle notas de reconocimiento a Videla…


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios