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Resultados electorales sorprendentes

El balotaje es una lucha en contra del otro. No se elige quién queremos que gane sino quién queremos que no gane. El que más rechazo cause, ese perderá y el otro será Presidente.


En la noche del 13 agosto la mayoría de los argentinos nos sorprendimos al ver que la fórmula más votada en las internas partidarias abiertas y simultáneas (las PASO) había sido la presidida por Javier Milei, un outsider, cuyo partido no existía hace pocos años y que jamás había logrado sacar siquiera el 15% de los votos a nivel nacional. Es más, todas las encuestas lo daban tercero. En la noche del 22 de octubre la mayoría de los argentinos nos sorprendimos al ver que la Primera Vuelta en la elección presidencial era ganada por Sergio Massa, con cerca de 10 millones de votos, dejando segundo y lejos a la estrella Javier Milei y sacando de la competencia a Patricia Bullrich, cuya coalición había incluso perdido votos respecto de los que había sacado en la interna dos meses antes. Vivimos de sorpresa en sorpresa y es posible que haya otra sorpresa en la noche del 19 de noviembre cuando se conozca el resultado del balotaje.

¿Por qué nos sorprenden los resultados de las elecciones? En principio, porque todos los medios difunden encuestas en las que los electores van expresando a quiénes votarán y los resultados de estas encuestas predecían mayoritariamente un resultado muy distinto del que finalmente ocurrió. En las PASO las encuestas predecían que Milei sería tercero y fue el más votado.

En la Primera Vuelta las encuestas predijeron a Milei vencedor y salió segundo, y lejos del primero (apenas si aumentó los votos que ya había obtenido en la interna de agosto).

Pero no es solo que las encuestas nos engañaron. También nos engaña nuestra percepción de la realidad, tamizada por los análisis de los medios periodísticos. En las PASO ningún analista serio se arriesgó a anticipar que Milei podría sorprendernos. Y lo mismo ocurrió en la Primera Vuelta: nadie se jugó a que Massa conseguiría casi tres millones más de votos que en la elección anterior.

Ante el balotaje se vuelve a producir un fenómeno engañoso: dicen los analistas más serios que está ocurriendo algo extraño que hace imprevisible el resultado. La inmensa mayoría de los consultados, no importa si declara que no irá a votar, que votará en blanco, que pondrá su voto por Milei o que lo hará por Massa, la mayoría dice que está seguro que el próximo presidente será Massa. Muchos aclaran que por eso ni se preocupan en ir a votar o que votan en blanco total no les asusta que gane Milei: Massa ya está asegurado como próximo Presidente de la Nación.

Pero justamente esa conducta puede hacer que gane Javier Milei y nuevamente nos sorprendamos el 19 de noviembre a la noche cuando se sepa el resultado oficial del escrutinio. Está muy estudiado que el exceso de confianza electoral puede acarrear el resultado contrario.

El consultor ecuatoriano Durán Barba, el hombre que hizo que Mauricio Macri -con el que parecía imposible seducir un electorado- ganara la Presidencia de la Nación en 2015, dijo en un programa de TV en esta semana que fue justamente la soberbia y la creencia en que ya habían ganado la elección lo que llevó a Juntos por el Cambio a equivocarse en todo. Empezando por una interna feroz que terminó eligiendo una pésima candidata a Presidenta, que no pudo sostener un discurso que convenciera a una fracción importante de la población.

Según Durán Barba, desde fines de 2021 la gente de Juntos por el Cambio daba por hecho que el próximo Presidente sería de su partido y entonces comenzaron a hacer todo mal: a pelearse a muerte por quién se iba a quedar con el poder, a repartirse los cargos (que no tenían, pero que daban por seguro que obtendrían en la elección) y comenzaron a mostrar que iban a ser impiadosos en el fortísimo ajuste que prometían. El núcleo de la campaña de Patricia Bullrich fue “exterminar” al kirchnerismo (que ya no existe). Es un milagro que hayan sacado 23% de los votos.

Massa viene repitiendo que aunque todo el mundo diga lo contrario la elección no la tiene ganada. Milei sabe que lo tiene muy difícil porque la mayoría del país desconfía mucho de su salud mental y de su capacidad para gobernar. Lo mismo, aunque exacerbado, sucede en el exterior, ya que muchos programas televisivos cómicos muestran videos de Milei y se preguntan si los argentinos votarán por semejante personaje; y se ríen. Ahora ambos candidatos se muestran mesurados en sus expectativas. Los que no son moderados son los electores que creen que Massa ya ganó y no van a votar o votan en blanco. Así ganará Milei.

El balotaje es una lucha en contra del otro. No se elige quién queremos que gane sino quién queremos que no gane. El que más rechazo cause, ese perderá la elección y el otro será el nuevo Presidente.

Dentro de 14 días ya sabremos si otra vez nos sorprendemos (gana el que no creíamos) o al final la gente votó por el que la mayoría hoy cree que será el nuevo Presidente. Faltan solo 360 horas para que develemos el misterio que impactará fuertemente sobre nuestra calidad de vida durante años.


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