Tensión nuclear: ¿Puede escalar el conflicto en la península coreana?

W.G. Dunlop, Cat Barton y Claire Lee/AFP


Una mayor cooperación entre sus archienemigos, Washington y Seúl, podría preocupar al régimen de Kim Jong Un y podría demostrarlo con más lanzamientos de misiles, según expertos.


(AP Photo/Ahn Young-joon)

El acuerdo entre Estados Unidos y Corea del Sur para reforzar la capacidad de disuasión ante Pyongyang desalentará a Seúl de buscar armas nucleares, pero también pone de manifiesto la casi ausencia de formas viables de eliminar la amenaza del arsenal de Corea del Norte.

Durante años, Estados Unidos y la comunidad internacional no han logrado que Corea del Norte renuncie a sus armas nucleares, un peligro persistente que ha llevado a muchos en Corea del Sur a creer que necesitan sus propias armas nucleares.

Para evitar algo así, Washington acordó el miércoles profundizar la cooperación con Seúl en temas nucleares y el despliegue regular de activos estratégicos en Corea del Sur.

Durante una visita de Estado a Estados Unidos, el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol reafirmó el compromiso de su país con la no proliferación nuclear.

Como resultado del acuerdo conjunto, «Corea del Sur se involucrará más en conversaciones sobre la parte nuclear de la disuasión, no solo sobre la disuasión convencional», dijo Naoko Aoki, politóloga de la RAND Corporation, una institución global de investigación.

Pero el «entorno geopolítico y el plan de modernización militar en curso de Corea del Norte, entre otros asuntos, hacen que sea poco probable que Corea del Norte se siente pronto en la mesa de negociaciones», agregó.

Corea del Norte ha desafiado años de sanciones para seguir trabajando en sus programas nucleares y de misiles prohibidos, y no ha mostrado señales de estar dispuesto a renunciar a armas que considera una salvaguarda contra un cambio de régimen.

Pyongyang llevó a cabo una serie récord de lanzamientos que desafiaron las sanciones este año, incluido el lanzamiento de prueba del primer misil balístico de combustible sólido del país, un avance técnico clave para el ejército del líder norcoreano Kim Jong Un.

Posible respuesta de Corea del Norte


Las encuestas muestran que una mayoría de surcoreanos cree que el país debe desarrollar su propio arsenal nuclear, una opción que Yoon había insinuado que Seúl podría tomar.

El nuevo acuerdo «se trata ante todo de dar seguridad a Corea del Sur y demostrar a Seúl que el paraguas nuclear estadounidense es creíble», afirmó Kelsey Hartigan, experta en cuestiones nucleares del CSIS, un centro de estudios con sede en Washington.

«Las perspectivas de un gran avance en la desnuclearización siempre han sido escasas», apuntó. «La pregunta no es si Corea del Norte va a renunciar a sus armas nucleares, sino si Corea del Sur va a desarrollar las suyas en respuesta».

Para entender el conflicto


La Declaración de Washington fortalece la sombrilla nuclear estadounidense sobre Corea del Sur.

Contempla el envío regular de un submarino nuclear estadounidense a Corea del Sur, algo que no se ha hecho desde los años 1980, junto a otras medidas, como compartir información en caso de un ataque norcoreano.

Pero no hay planes de instalar armas nucleares de Estados Unidos en Corea del Sur, y algunos analistas dudan del valor práctico de la declaración.

«Es dudoso que el Norte tema a un submarino nuclear estratégico equipado con un SLBM (misil balístico lanzado desde un submarino) con un alcance de más de 7.400 kilómetros», comentó a AFP Cheong Seong-chang, del Centro de Estudios Norcoreanos del Instituto Sejong.

El alcance «demasiado largo» de los misiles del submarino podría implicar que no pueda alcanzar a Corea del Norte si estuviera en aguas surcoreanas, explicó.

¿Es significativo?


La visita de Estado «representa un nuevo punto alto en las relaciones de Estados Unidos y Corea del Sur, con una profunda cooperación de seguridad, económica y cultural plenamente expuesta», dijo a AFP Leif-Eric Easley, profesor de la Universidad Ewha en Seúl.

Funcionarios estadounidenses compararon el nuevo acuerdo con lo que hizo Washington cuando vigilaba la defensa de Europa ante la Unión Soviética.

Yoon ha buscado tranquilizar al consternado público de su país sobre el compromiso estadounidense con la llamada «disuasión ampliada», en la que recursos estadounidenses, incluyendo armas nucleares, sirven para evitar ataques contra sus aliados.

Una mayoría de surcoreanos cree ahora que el país debe desarrollar sus propias armas nucleares, según encuestas. Yoon ha sugerido que Seúl podría hacerlo.

¿Seúl recibirá armas nucleares?


Absolutamente no. Y esto podría causar problemas, según expertos.

«Una cosa quedó clara: hay un entendimiento implícito de que Seúl no será nuclear», sostuvo Soo Kim, jefa de prácticas políticas de LMI Consulting y ex analista de la CIA.

«Se ha puesto un límite a las ambiciones nucleares de Seúl», afirmó.

Gi-Wook Shin, experto en Corea y profesor de sociología en la Universidad de Stanford, dijo a AFP que la declaración es «un paso adelante».

Sin embargo, «no creo que sea suficiente para apaciguar al público surcoreano, que cada vez más exige que Seúl desarrolle armas nucleares propias», agregó Shin.

¿Qué hará Corea del Norte?


Una mayor cooperación entre sus archienemigos, Washington y Seúl, podría preocupar al régimen de Kim Jong Un y podría demostrarlo con más lanzamientos de misiles, según los expertos.

Públicamente, «Corea del Norte bajará el tono al mensaje estadounidense de asegurar la disuasión nuclear», indicó a AFP Chun In-bum, un general retirado del ejército surcoreano.

Pero a puerta cerrada «entenderán el mensaje: si utilizan armas nucleares, será el fin del régimen», acotó Chun.

Tras pasar décadas -y gran parte del PIB del país empobrecido- en el desarrollo de programas nucleares, Kim no está inclinado a cambiar de rumbo, según los expertos.

«Es poco probable que Corea del Norte renuncie a sus armas nucleares debido a estas amenazas», señaló a AFP Yang Moo-jin, presidente de la Universidad de Estudios Norcoreanos en Seúl.

¿Y Trump?


El principal problema de la Declaración de Washington no es el texto mismo, sino la disfuncionalidad política de Estados Unidos. El pacto podría quedar sin valor después de la próxima elección presidencial, advirtió a AFP Karl Fiedhoff, del Consejo de Chicago sobre Asuntos Globales.

El potencial retorno al poder del expresidente estadounidense Donald Trump podría generar «discusiones muy serias» en Seúl, anticipó.

Para la relación de Estados Unidos y Corea del Sur, «el mayor desafío es algo que la alianza ni siquiera puede controlar: la política interna estadounidense», sostuvo.

«Hay gran preocupación en Seúl sobre el regreso de los republicanos, en especial Trump, a la Casa Blanca. Si él gana las elecciones de 2024, podría desencadenar un giro muy impredecible en la relación».


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