Otoño frente al mar

Fresca y misteriosa, como de un pueblo blanco, esta casa se integra en el territorio de un modo armonioso y se hace partícipe del paisaje en el balneario Las Grutas.

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Esta casa ubicada en Las Grutas está inspirada en la peculiar arquitectura de las costas del sur europeo. “Si le agregamos un molino de viento, bien podría ser una típica morada de la costa jónica o egea”, comenta Silvia Sirotich, la dueña de casa a “eh!”. Es una construcción cúbica con techos planos -para protegerse de los vientos- y terrazas que buscan las mejores vistas al mar. Está toda pintada de blanco porque ayuda a reflejar los rayos del sol y así la hace más fresca. “Elegimos este estilo porque era coincidente con la elección realizada por otros vecinos que también tenían la intención de unificar todo tras la idea y la imagen de un verdadero pueblo blanco. En ese momento también el municipio de San Antonio realizó la característica costanera con morros blancos. Esa fue la idea que rigió a la arquitecta Ana María Muller de Grisanti cuando realizó el proyecto para la construcción de esta casa”, continúa diciendo. La casa tiene seis niveles. Dos dormitorios y un baño en la planta más baja; un garaje y lavadero en la siguiente; dos dormitorios y un baño en el tercer nivel; living-comedor y cocina en el cuarto nivel; dos terrazas con la parrilla en un quinto nivel y el último es una gran terraza. Tiene un jardín importante y cochera bien cómoda. Cuenta Silvia en el recorrido: • El mar dentro de casa… “La vista más importante es sin duda la sudeste, desde donde vemos la infinidad del mar de este maravilloso Golfo Azul. El área del comedor y estar, en la planta superior y el dormitorio principal en una planta inferior tienen esta orientación. La altura de la construcción permite que desde una de las terrazas se pueda ver el golfo desde el puerto de San Antonio Este hasta El Fuerte Argentino. Hacia el oeste la meseta alberga los mejores ocasos ya que podemos observar (desde la terraza) hasta su punto más bajo, cuando el sol nos deja. La vista al norte, que es el frente de la casa, permite ver el crecimiento de este pueblo marino que año tras año se construye escalonado, buscando siempre con la altura de sus casas las mejores vistas al mar”. • El azul y blanco, una combinación que nunca falla, ¿no? “Es un mix que nace con el individuo: cielo-nubes; mar-olas; luna-cielo; nubes-mar. Es bello siempre. Un contraste perfecto. En la decoración, además de todo el abanico de proyectos que se puede realizar en las zonas marinas, es muy común ver muebles laqueados en blanco con accesorios azules, principalmente en Inglaterra, que hasta la vajilla tiene estos colores”.

• ¿Y ese ventanal, en la cocina? “Tiene tres partes: un paño fijo entero en el medio y acompañan dos ventanales laterales con paño fijo. Tiene un postigo que abre simulando la proa de un barco. Debido a su forma es la vista más amplia que tenemos. Por ello es el alma de la casa”. • Un detalle deco, la mesa de caracoles “Es una vieja mesa de cocina a la que le corté las patas y puse un anexo arriba para formar una vitrina que se complementa con un vidrio de apoyo. Aquí guardo conchillas y caracoles que traigo de viajes y que también junto por aquí. Le agregué piedritas de vidrio para lograr tonos azules y verdosos”. • De tantos viajes por ahí… “…siempre traigo algún objeto pensando en esta casa que tanto amo. Para destacar hay un objeto que es de Providencia, una isla ubicada cerca de San Andrés, caribe colombiano, donde utilizan trozos de balsas viejas para luego darle forma de pescado cubriéndolo con juncos y una pincelada de cal. Lo confeccionan los mismos pescadores mientras esperan para salir al mar. También me gusta una artesanía que imita una trampa para pescar que tiene unos pescaditos de madera; la hacen los hijos de los pescadores con redes de pesca viejas. Fue de una viaje a una isla muy pequeñita, Anguila, cerca de St. Barth, Antillas”. CONTACTO: deco-dessin-silviasirotich@hotmail.com

FOTOS MARTÍN BRUNELLA

NATURALEZA INSIDE Una mesa ratona con caracoles, una estantería, un rincón… todos son posibles escenarios de detalles que marcan la presencia creativa de la dueña de casa, que se apasiona por el arte étnico global.


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