Paisanas y gauchos revalorizaron la tradición con música, danzas y un desfile
Las agrupaciones desfilaron por la calle Onelli, luciendo sus trajes.
«Cantando una chacarera, de esas que te hacen llorar». La canción comenzó a sonar en la calle Onelli a media mañana, muchas personas empezaron a aplaudir y eso marcó el inicio del desfile criollo por el Día de la Tradición.
«Pedimos autorización para dar comienzo al desfile en el que se revalorizan las costumbres ancestrales que nos han legado nuestros abuelos. Abrimos con Mía y Tiziano, los paisanitos electos ayer. ¡Viva la Patria!«, gritó el locutor.
El desfile abrió con un grupo de niños, vestidos como paisanas y gauchos, con la bandera argentina. Más atrás, parejas tomadas de la mano. Las mujeres alzaban un extremo de sus polleras. Más allá, gran cantidad de jinetes.
«Venimos casi siempre que podemos porque estamos lejos. Esto no se tiene que perder. Somos gente de campo. Nuestros chicos andan a caballo antes de caminar. Tenemos que defender nuestras costumbres», resumió Ernesto Rozas, de Villa Llanquín.
El hombre vestido de gaucho señaló orgulloso a su nieto de 8 años. «Él es Tiziano y fue elegido paisano de la fiesta. Pertenece a la agrupación Valores de mi tierra que se conformó hace 3 meses«, enfatizó Rozas.
El 26 de febrero, Alén Kryslowski y Matías Huinchaqueo conformaron la agrupación Nehuén en Bariloche que también desfiló hoy a la mañana. «Lo armamos con el objetivo de que no se pierdan las costumbres que es algo que está ocurriendo. En la música, en las escuelas, ya no hay más folclore. Ya no hay peñas ni fiestas gauchas en Bariloche y a la gente le gusta mucho», expresó Alén.
A esa agrupación concurren chicos a partir de los 4 años y adultos. «Solemos hacer varios eventos para costearnos los trajes, desde la tela hasta el armado. Estamos muy contentos de estar acá: hay muchas familias, primos, hermanos», agregó la mujer.
La escuela de folclore Quiñilhué (en homenaje a «la Mutisia Naranja», la flor oficial de Neuquén) también abrió sus puertas este año para chicos de 3 a 12 años. «Los padres que se acercan buscan que sus hijos aprendan sobre el compañerismo y nuestras danzas. No solo lo bailamos, se les explica qué es esto de la tradición», resumió Claudia Lemunao.
«Mucho Halloween y se olvidan de nuestras costumbres. Por eso, estamos acá», agregó.
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