“Para que no les suceda a otros”

El domingo 14 de febrero con mi pareja decidimos comprarle un perrito Caniche a su nieto, que acababa de cumplir dos años. Con el entusiasmo que caracteriza ese momento, compramos el diario y buscamos en los clasificados. De ahí sacamos varios números telefónicos y resolvimos comprarlo en uno donde nos ofrecían un Caniche micro Toy macho a 1.100 pesos. Nos comunicamos con la señora, que atentamente nos atendió. Contentos por la futura compra fuimos hasta allí. La mujer nos recibió en el patio de su casa con una caja con cinco perritos. Elegimos uno que estaba dormido; se lo veía muy dulce, con una carita preciosa. El niño, recontento con su perrito. Pagamos (no nos entregó ninguna factura porque aludía que eran perros sin pedigrí) y, como pensamos que no tendríamos problemas, regresamos a Regina –de donde somos– con la ilusión y la alegría de tener un animalito en casa. Llevamos a cabo todas las recomendaciones que nos dio; el perrito estaba con diarrea producto de que lo estaba desparasitando, pero supuestamente a los 3 ó 4 días se le cortaría y entonces tendríamos que colocarle las vacunas correspondientes (no tenía ninguna y tampoco nos entregó una libreta sanitaria). Grande fue nuestra sorpresa al ver que el animalito no se alimentaba con el alimento que ella nos había recomendado y seguía con diarrea. Ante esto lo llevamos al veterinario, quien nos dijo que el animalito no tenía edad para ser alejado de la madre y destetarlo: era mucho más pequeño de lo que nos habían dicho, puesto que no tenía ni siquiera los dientes. Nos dio una leche especial para cachorros que teníamos que darle cada dos horas. A pesar de todos los cuidados que tuvimos, el perrito murió el sábado, menos de una semana después de haberlo comprado. Cuando llamamos a esta señora para decirle lo que había pasado, puso en duda la palabra del profesional que lo había atendido, no nos quiso dar la dirección del criadero del cual decía que provenían los perritos y nos solicitó que le enviáramos por mail fotos del perro muerto y el certificado del veterinario. Desde entonces hasta este momento no tenemos noticias suyas. Esta carta es para que no les suceda lo mismo a otras personas que, confiadas, quieren tener una mascota. A todos los que lean esta carta les pido, por favor, que no sean confiados; exijan una factura por la compra, no fue un peso sino 1.100 que no tienen retorno. Señora, con los sentimientos de las personas no se juega. Beatriz Sala, DNI 18.139.505 Villa Regina N. de la R.: este diario se reserva el nombre de la persona mencionada en la carta y su dirección y localidad.

Beatriz Sala DNI 18.139.505 Villa Regina


El domingo 14 de febrero con mi pareja decidimos comprarle un perrito Caniche a su nieto, que acababa de cumplir dos años. Con el entusiasmo que caracteriza ese momento, compramos el diario y buscamos en los clasificados. De ahí sacamos varios números telefónicos y resolvimos comprarlo en uno donde nos ofrecían un Caniche micro Toy macho a 1.100 pesos. Nos comunicamos con la señora, que atentamente nos atendió. Contentos por la futura compra fuimos hasta allí. La mujer nos recibió en el patio de su casa con una caja con cinco perritos. Elegimos uno que estaba dormido; se lo veía muy dulce, con una carita preciosa. El niño, recontento con su perrito. Pagamos (no nos entregó ninguna factura porque aludía que eran perros sin pedigrí) y, como pensamos que no tendríamos problemas, regresamos a Regina –de donde somos– con la ilusión y la alegría de tener un animalito en casa. Llevamos a cabo todas las recomendaciones que nos dio; el perrito estaba con diarrea producto de que lo estaba desparasitando, pero supuestamente a los 3 ó 4 días se le cortaría y entonces tendríamos que colocarle las vacunas correspondientes (no tenía ninguna y tampoco nos entregó una libreta sanitaria). Grande fue nuestra sorpresa al ver que el animalito no se alimentaba con el alimento que ella nos había recomendado y seguía con diarrea. Ante esto lo llevamos al veterinario, quien nos dijo que el animalito no tenía edad para ser alejado de la madre y destetarlo: era mucho más pequeño de lo que nos habían dicho, puesto que no tenía ni siquiera los dientes. Nos dio una leche especial para cachorros que teníamos que darle cada dos horas. A pesar de todos los cuidados que tuvimos, el perrito murió el sábado, menos de una semana después de haberlo comprado. Cuando llamamos a esta señora para decirle lo que había pasado, puso en duda la palabra del profesional que lo había atendido, no nos quiso dar la dirección del criadero del cual decía que provenían los perritos y nos solicitó que le enviáramos por mail fotos del perro muerto y el certificado del veterinario. Desde entonces hasta este momento no tenemos noticias suyas. Esta carta es para que no les suceda lo mismo a otras personas que, confiadas, quieren tener una mascota. A todos los que lean esta carta les pido, por favor, que no sean confiados; exijan una factura por la compra, no fue un peso sino 1.100 que no tienen retorno. Señora, con los sentimientos de las personas no se juega. Beatriz Sala, DNI 18.139.505 Villa Regina N. de la R.: este diario se reserva el nombre de la persona mencionada en la carta y su dirección y localidad.

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