Pase histórico
Un repaso por la historia así lo demuestra
zonal
La venta del pase de Valentín Perales a San Lorenzo suena a utopía. Por el presente del fútbol zonal y por los antecedentes a una operación que tiene ribetes históricos. Es que Cipolletti recibirá, en dos pagos, 120.000 dólares que al cambio significarán 720.000 pesos. La negociación por el 70 por ciento del pase también convertirá en socios al club Santo y al Albinegro ante una futura venta del marcador central.
El repaso por la historia permite confirmar una máxima: la negociación de Perales es la mejor que se haya dado por aquí. Pasaron jugadores que se podrían haber “comercializado” mejor, pero las oportunidades casi siempre se esfumaron. En general porque los clubes más importantes sólo ofrecen dinero a futuro y esas promesas se diluyen en el tiempo. También porque los intermediarios aparecen para enmarañar las cosas.
Lo de Perales será de club a club, Cipolletti cobrará la mitad del dinero cuando se rubrique el acuerdo en Buenos Aires (ayer se hizo en Cipolletti) y la otra parte cuando el defensor de 17 años viaje en junio para sumarse al plantel de Juan Antonio Pizzi. Ningún acuerdo fue tan bueno para una entidad zonal. Es más, los mismos dirigentes confiesan sentirse “sorprendidos” ante la rapidez de las negociaciones y la flexibilidad de San Lorenzo para acordar cláusulas y letra chica. Incluso ante la confesión del presidente Matías Lammens, que le dijo a uno de ellos: “No lo vi jugar, no lo conozco, pero tengo las mejores referencias”.
Es cierto, un buen antecedente para el Albinegro se remonta a la venta del pase de Matías Urbano. La misma se realizó en la temporada 2001/2002, con Cipolletti en convocatoria de acreedores y esos 250.000 pesos/dólares sirvieron para solventar la temporada en la B Nacional. Claro, en realidad ese dinero significaba la mitad de la venta, porque el club que lo compró, Brown de Arrecife, en realidad era una sigla, sin estadio, sin sede, sin nada, y en el trasfondo de la negociación había un grupo empresario.
El caso de Luis Alfageme fue aún más grave, porque el jugador, que venía de 25 de Mayo y jugaba en Cipolletti, fue visto y adquirido por Boca en el 2002, que firmó un convenio con la dirigencia albinegra que sonaba bastante bien, al menos en las letras: Cipo recibiría un 20 por ciento ante una futura venta y 30.000 pesos si el jugador pasaba un año en el club xeneize sin ir a préstamo o ser vendido.
Pero sólo duró un puñado de meses, porque en una comitiva de jugadores “desapareció” en Italia. Boca habló de pérdida, de que había quedado libre y demás, pero en realidad el delantero estaba en el Brescia. Pasaron 11 años, Cipolletti sólo cobró algo más de 9.000 euros del club italiano por los derechos de formación pero la entidad de la Ribera aún debe resarcirlo en otros 35.000 euros. Claro, los llamados no se contestan y la historia pasará al ámbito legal. Y, a la vez, si ese pago se hace efectivo, la mitad del dinero le corresponderá al empresario Luis Boschi.
Miguel Caneo, hoy en Quil-mes recuperándose de una grave lesión, es el jugador zonal más ganador de la historia. Sólo en Boca, el roquense obtuvo el título del Apertura 2003 y la Libertadores del mismo año, y también dio la vuelta en Chile y Colombia, antes de volver al fútbol argentino. De su pase mucho se habló, aunque poco es lo que se supo. “Nunca entró un peso por la mayoría de los jugadores. A veces te daban 20 o 30 pelotas”, comentó un allegado, quien aseguró que “ahora eso cambió. Hay un abogado, asesores, por lo que se tratará de hacer valor el patrimonio del club” Deportivo Roca. De la cantera Naranja también llegaron a primera Pablo Batalla, Gustavo Canales y Leonardo Ulloa, aunque poco y nada dejaron en las arcas de esa institución.
Fue una época en que la mayoría de los pases se hacían a cambio de una cláusula con un porcentaje por una futura venta al exterior. En relación a Canales, quien no fue directo al fútbol grande, el Depo hace gestiones para saber si le corresponde un porcentaje por los derechos federativos. Es más, se estaría por realizar una presentación a la FIFA.
“Se complica cuando se habla del pase de un chico o si se va para estudiar. Encima, hay casos que el padre es colaborador del club”, señaló la misma fuente.
Guillermo Rivarola nació en Villa Huidrobo, pero trascendió como futbolista en Cipolletti, donde jugó Nacional B y saltó a River préstamo. Ganó tres campeonatos de primera y una Libertadores estando a préstamo, y el albinegro recién cobró unos 300.000 pesos/dólares cuando el Tiburón, ya grande y consagrado, fue transferido al Pachuca mexicano.
Un camino similar, pero con menos éxito, recorrió el zapalino Rubens Sambueza, que hizo inferiores en Don Bosco de su ciudad, pasó por Petrolero y de ahí saltó al millonario, donde terminó las formativas, jugó en primera y después al país azteca. Claro, Don Bosco recién hace un año, una década después, cobró una pequeña porción por derechos de formación, algo así como 60.000 pesos.
Pablo Parra, para muchos, fue el futbolista más talentoso que dio estas tierras en los últimos 20 o 30 años. Sus desbordes por la franja derecha y sus goles de tiro libre fueron cuestión de culto, pero su campaña en River se disipó porque los clubes nunca llegaron a un acuerdo. El Chala fue goleador de la reserva e incluso estaba por delante del joven Ariel Ortega en la consideración de Daniel Passarella. El acuerdo que se firmó de movida disponía de un préstamo por un año, el millo debía pagar 4 cuotas de 20.000 pesos y había una opción a compra.
River se atrasó en los pagos, la dirigencia de Cipolletti lo inhibió y en Núñez ardieron. Parra tuvo que volver y su sueño de apagó, aunque sí se encendieron muchas elucubraciones que poco tienen de verdad. Años más tarde, dejó de ser ídolo de la hinchada y consiguió la libertad de acción por un mal tramite administrativo realizado por los dirigentes albinegros (mandaron tarde el telegrama). Ahí también quedó libre el Bachi Iachetti, el mejor delantero de ese momento. “Igual, antes me había hecho una ‘jugada’ y se quedaron con 100.000 dólares que Talleres me debía pagar y que tuvo que resignar por el préstamo”, jura Parra.
Uno de los casos más recientes, y que es esclarecedor de cómo las entidades grandes negocian con las chicas, es el de Leandro Marín. El chico hoy está en Boca, donde desembarcó de la mano de un grupo empresario que encabezaban Gustavo Marín y el ex jugador Néstor Craviotto. Ellos tercerizaron Centenario, vieron jugar al pibe (tenía 15 años y actuaba en Argentino B) y al tiempo apareció en La Ribera. Independiente de Neuquén, dueño de los derechos formación, sólo cobrará si el defensor es vendido, y la tajada que le tocará es del 20% del 20% que le corresponde al Marín empresario.
El Ruso Homann, uno de los mentores de Perales, se fue a Racing en 1990, pero antes Cipolletti le vendió el pase a su padre Héctor y a un empresario llamado Rubén Álvarez en unos 30.000 dólares, que a la vez lo ubicaron en la Academia a cambio de 100.000 verdes.
Ayer se firmó la mitad del acuerdo por Perales. Estuvieron el chico, sus padres y los dirigentes albinegros en la oficina del escribano Maximiliano de los Santos. Luego, la comitiva se trasladó al club para la firma simbólica ante la prensa. El contrato será girado a San Lorenzo, donde se hará lo propio. Perales jugará en el Albinegro hasta que termine el actual torneo y el primero de julio deberá estar en Boedo, donde se le formalizará un contrato por tres temporadas. Aquí seguirán hablando de que fue el pase más importante de la historia.
Juan José Thomes
“Nunca pensé que podía darse esto tan rápido. A principios del año pasado sólo pensaba en sumar minutos en Cipolletti”, confesó Valentín en la firma simbólica del acuerdo.
Juan José Thomes
Viene de Pagina 39
zonal
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios