Pesar por la muerte de Esteban Rodrigo
El ex legislador y ex ministro de Gobierno falleció en Bariloche mientras se sometía a estudios cardíacos. Vivía en su ciudad natal, Jacobacci, donde dirigía el club Huahuel Niyeo.
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La muerte de Esteban “Pájaro” Rodrigo sorprendió anoche y produjo profundo dolor en sectores políticos y sociales de la región. Tenía 67 años. Ex diputado nacional del radicalismo, ex legislador provincial y ex ministro de Gobierno de Río Negro, Rodrigo murió ayer al caer la tarde en San Carlos de Bariloche, mientras le efectuaban una ergometría (electrocardiograma durante un esfuerzo controlado). Era el último de una serie de estudios generales que se realizó tras experimentar semanas atrás un malestar con síntomas cardíacos. A última hora de ayer se descompensó y falleció, sin que los profesionales lograran reanimarlo. De extensa trayectoria política y social, Rodrigo se había afincado en su ciudad natal, Ingeniero Jacobacci, donde atendía su estudio contable sin abandonar la actividad política. Estaba alineado a la corriente de Fernando Chironi y aspiraba a la intendencia de la localidad. También ejercía actualmente la presidencia del club deportivo Huahuel Niyeo. Fue diputado provincial en dos períodos entre 1983 y 1991, lapso en el cual participó de encendidos debates en la definición de normas como la ley del Indígena y la declaración de necesidad de la reforma de la Constitución. Luego, entre 1991 y 1995 fue diputado nacional y, a su regreso a la provincia, se desempeñó como ministro de Gobierno durante la gestión de Pablo Verani. De trato jovial y profunda formación política, Rodrigo se caracterizó siempre por su espíritu conciliador y por su capacidad para rematar con un toque de humor los más encendidos debates políticos. Pertenecía a una familia tradicional de Jacobacci. Tenía tres hermanos: Pilar, profesora de matemáticas; Rodolfo Rodrigo, conocido abogado de Bariloche y vinculado también a la actividad política, y José Luis, ingeniero que vive en Bahía Blanca. Combinaba la dirigencia deportiva con su otra gran pasión: amansar caballos hablándoles, con la vieja y extraña ciencia de la comunicación, habilidad para la que era requerido en campos de la Región Sur. Con sus hermanos Pilar y Rodolfo mantenía el campo familiar. Compartía su vida con Elsa, su compañera de muchos años, y tenía –de su primer matrimonio- tres hijos. Una de ellas, abogada, casada con el juez Penal de Viedma Carlos Reussi. Al cierre de esta edición, sus restos eran trasladados desde Bariloche hacia Jacobacci, donde era esperado por sus allegados para su velatorio en la Cooperativa de Agua.
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