Plan Frutícola en Río Negro: mucho diagnóstico pero pocas soluciones

Siguen siendo más las incógnitas que las certezas sobre lo que quiere el gobierno provincial modificar en la actividad como para lograr el salto cualitativo en el sistema.

Muchos productores, técnicos de organismos nacionales y empresarios regionales no dejan de categorizar al Plan Frutícola como una de las últimas oportunidades para torcer la inercia que lleva sistema.

Sin embargo, también cuestionan duramente la falta de participación y el errado norte que se busca con este proyecto.

Siguen siendo más las incógnitas que las certezas sobre lo que el Gobierno Provincial quiere modificar en la actividad como para lograr el salto cualitativo que la permita equiparar con sus competidoras.

El proyecto oficial tiene mucho de diagnóstico pero poco de soluciones.

Con el sector productor las principales diferencias están entre los tópicos presentados para el mediano y largo plazo, y la coyuntura que continua expulsándolos del sistema. Muchas son las cámaras que no avalan el trabajo y no están dispuestas a firmar ningún tipo de adhesión si no se contempla la realidad de los chacareros.

Los empresarios han manifestado la necesidad de debatir temas que consideran primordiales para poner en marcha el Plan, pero, según ellos mismos, desde la secretaría de Fruticultura se les ha negado esta posibilidad. Todo indica que no está la instancia de participación, sino sólo la de adhesión. “Es una oportunidad única pero habría que definir una visión con la participación de todos los sectores. Veo un déficit en el acercamiento y aceptación de propuestas”, confió el titular de la CAFI, Pablo Cervi, al ser consultado por el tema. Otros empresarios, fueron aún más duros.

Técnicos del INTA y del área del ministerio de Agricultura de la Nación, también mostraron sus reparos. Pero en estos casos, a la hora de salir públicamente a criticar el proyecto, muchas veces prima la obediencia debida por sobre las convicciones.

El definitiva, los consensos exigidos por el presidente Mauricio Macri a principios del mes pasado, lejos está todavía está de concretarse. La fecha del 15 de diciembre, como límite para llevar a la Casa Rosada las adhesiones de todos los sectores de la actividad al Plan Frutícola, podría llegar a postergarse.

Desde Viedma observan con preocupación la falta de resultados por reunir estos consensos. “Seguimos mostrando un fuerte déficit comunicacional. No puede ser que una buena idea sea fagocitada en tan poco tiempo”, protestaron estrechos colaboradores del gobernador desde la capital rionegrina. Y es cierto; existe conciencia para cambiar la decadente fruticultura del Valle de Río Negro y Neuquén, sin embargo poco se ha avanzado desde los anuncios de noviembre.

Los argumentos del Gobierno Provincial no terminan de convencer. Presionan al sector productor y empresario para trabajar con una nueva forma de manejo para la fruticultura: la gestión a través de Organizaciones de Productores (OP) y una instancia superior con la Asociación de OP (AOP), espacios para coordinar temas de comercialización y competitividad de la cadena de valor.

Según el escrito “esta nueva organización facilitará una mayor especialización en las representaciones tradicionales” como es el caso de CAFI, Cinex y la Federación de Productores.

Todos los desafíos que proyecta el Gobierno Provincial se resumen en “El Libro Blanco de la Fruticultura”, un manual teórico que fue presentado días atrás con las propuestas de acciones para el sector. Pero en todos los sistema desarrollados, como es el caso de Chile, Sudáfrica o Nueva Zelanda, por dar tan sólo algunos ejemplos, el soporte teórico del Estado ha sido sólo un complemento del verdadero negocio frutícola. Sin los aportes de los productores y los empresarios no hay cambio estratégico que pueda ser sustentable en el tiempo. Los tres modelos de países mencionados son hoy exitosos por la impronta que tuvo el sector privado en ellos, cuyo proceso fue acompañando con políticas públicas puntuales. No a la inversa.

“Para comprender lo que pasa en los países altamente competitivos no es necesario hacer tours tecnológicos. El tema es mucho más complejo”, confió un exportador regional.

El dato

“Es una oportunidad única pero habría que definir una
visión con la participación de todos los sectores de la actividad”.

Pablo Cervi,

presidente de la CAFI.

Datos

u$s 100
son los millones que prometió el presidente Macri para la fruticultura en el 2007. Sólo pidió un plan consensuado.
“Es una oportunidad única pero habría que definir una
visión con la participación de todos los sectores de la actividad”.

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