Podrían detener al comisario que viajó a España

NEUQUEN (AN)- El comisario inspector Néstor Figueroa, quien viajó a España para un curso de capacitación pese a tenerlo expresamente prohibido, podría ser detenido cuando regrese al país. Su situación genera máxima preocupación en la Jefatura y en el ministerio de Gobierno, donde estarían los responsables de permitirle su salida de la Argentina.

Ayer el fiscal Rolando Lima, quien pidió la captura internacional de Figueroa, dijo que cuando regrese al país podría meterlo preso. «Esto (por el viaje del alto oficial a España) tiene consecuencias, por ejemplo puede revocársele la libertad provisoria de la que goza ya que no cumplió con la orden de avisarle al juzgado que se ausentaría de su domicilio», dijo el fiscal a la radio LU5.

Como informó «Río Negro» el sábado, Figueroa está imputado en dos causas: una por peculado y la otra por encubrimiento, delitos que habría cometido mientras se desempeñaba como jefe de la comisaría 23 de San Martín de los Andes. Ahora revista como segundo jefe de la dirección Seguridad de Cutral Co.

El inspector fue indagado por esos presuntos delitos y se le permitió seguir en libertad bajo la condición de que no se ausente de su domicilio por más de 24 horas y que le avise al juez si viajaba fuera de la ciudad.

«Él firmó esa resolución en la que consta que su libertad queda supeditada a que no se ausente del domicilio», recordó ayer el fiscal Lima.

Pese a ello, Figueroa viajó a Barcelona junto a otros siete oficiales para participar de un curso de capacitación en la «policía de proximidad», una doctrina que está en las antípodas de la «tolerancia cero».

Cuando el fiscal se enteró del viaje, la semana pasada, le pidió al juez que verifique dónde se encontraba Figueroa «y le pedí que ordene su detención» por haber quebrantado la disposición judicial, explicó Lima.

El jefe de la Policía, Juan Carlos Lezcano, «me informó que lo va a hacer regresar», agregó. «No quiero opinar sobre la actitud de la Jefatura, no me compete es algo de otra institución», dijo Lima. «No sé si la Jefatura tenía conocimiento de que Figueroa no podía salir del país, él sí lo sabía», agregó.

El pedido de captura del comisario provocó un revuelo de proporciones en la Jefatura y en el ministerio de Gobierno. «Es inexplicable que lo hayan dejado viajar sin que nadie detectara que tenía prohibida la salida del país», dijo una fuente que conoce los entretelones del episodio.

Figueroa es investigado por presunto peculado y encubrimiento. La primera de las figuras hace referencia a la sospecha de que utilizó vales oficiales de nafta en beneficio propio.

La segunda avanza en torno de un hecho ocurrido en San Martín de los Andes en noviembre de 2001, para determinar si el entonces comisario encubrió a un sospechoso de robo, con cuyo padre tendría relación de amistad y camaradería.

El sujeto en cuestión -de 25 años- era vigilado por la brigada de la comisaría 23, pero inexplicablemente logró eludir los controles.

Se presumía su participación en el asalto armado a una farmacia, y en otros hechos similares ocurridos por entonces. Por su modus operandi, aquellos episodios resultaban infrecuentes para San Martín.

Una pieza clave de la pesquisa es una llamada telefónica entre Figueroa y el progenitor del joven, con quien el jefe policial comparte afición por el tiro. La comunicación se produjo en el mismo momento que se desarrollaban las actuaciones policiales.

El comisario negó entonces todas las acusaciones. Por el contrario, dijo a este diario que su intervención y aquella llamada habían servido a la colecta de pruebas para caer sobre el sospechoso, aunque luego este lograra darse a la fuga.