La familia del ingeniero asesinado en el country dice que aún no se pudo determinar móvil del crimen

El abogado de la familia de Roberto Eduardo Wolfenson, encontrado muerto en su casa en Pilar, espera que la justicia esclarezca el crimen mientras se investiga si fue un robo.

El caso del ingeniero electrónico jubilado, Roberto Eduardo Wolfenson, encontrado muerto en su residencia del country La Delfina en Pilar, provincia de Buenos Aires, generó conmoción y un intenso trabajo investigativo por parte de las autoridades pertinentes.

El abogado representante de la familia, Tomás Farini Duggan, aseguró hoy que la investigación aún no pudo determinar cuál fue el móvil del homicidio, aunque afirmó que confía en el trabajo de la Justicia para poder identificar a los asesinos.

«A la fecha no es posible determinar el móvil del homicidio. Con ese propósito he ofrecido distintas medidas probatorias, cuya naturaleza y contenido no puedo referir en este momento, para no alterar su resultado. Sin embargo, confío que a través de esa prueba se logrará identificar a él o los autores materiales de la muerte del señor Wolfenson Band«, señaló Farini Duggan, quien desde ayer se constituyó como el letrado del particular damnificado en representación de los dos hijos de la víctima.


El crimen de Wolfenson:


El cuerpo sin vida del jubilado de 71 años fue descubierto por su profesor de piano en circunstancias impactantes: ahorcado y con señales de violencia en su rostro y manos.

La única pertenencia reportada como desaparecida fue su teléfono celular. Este macabro hallazgo tuvo lugar en su hogar ubicado en el country La Delfina, donde residía junto a su esposa, ausente en el momento del crimen.

Inicialmente, se especuló con la posibilidad de un fallecimiento natural debido a problemas cardíacos preexistentes en el hombre. Sin embargo, el informe de la autopsia posterior reveló que se trataba de un homicidio. Las autoridades, en este contexto, están explorando la hipótesis de un crimen perpetrado durante un intento de robo.

En la morgue, concluyeron que Wolfenson había sido asesinado y que su muerte se dio por asfixia en el marco de una maniobra de «estrangulamiento a lazo» con un elemento compatible con un cordel, cable, soga o hilo muy delgado, que le dejó un surco de ahorcadura y hasta unos cortes en la parte posterior del cuello, sobre la nuca.

En sus manos, el forense también detectó signos de defensa, entre ellos, marcas en los dedos que podrían indicar que luchó para intentar aflojarse del cuello el cordel con el que lo estrangularon.

El elemento con el que fue ahorcado el jubilado aún no fue hallado ni identificado en la escena del crimen, por lo que se cree que el asesino tuvo la precaución de llevárselo consigo o de descartarlo en algún sitio.

«Había algo de sangre que el médico justificó con el infarto, no vio el surco de ahorcadura ni los signos de defensa. Que haya dicho que era una muerte natural nos hizo perder valiosas horas para esclarecer el caso», afirmó a Télam una fuente judicial.

Con información de Telam.


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