¿El seguro escolar es por reintegro en Río Negro?
Un formulario de Horizonte que llegó a las familias en caso de accidentes personales en las aulas generó preocupación. Educación asegura que se trata de un error y explicó como es la cobertura y el procedimiento habitual.
Un caso reciente en Cipolletti en el que la familia de una alumna de una escuela pública debió costear los gastos de un estudio médico tras un accidente dentro de la escuela -gestionando posteriormente el reintegro- puso la mirada en qué cobertura tienen los miles de estudiantes de todas las edades en la región por siniestros ocurridos durante el horario de clases, un servicio que está normado, es obligatorio y que para algunos tiene reglas poco claras.
En Río Negro y Neuquén, al igual que en cualquier punto del país, el seguro de accidentes personales escolares es la cobertura integral que ofrece el Estado (en el caso de las escuelas públicas) o la institución (para el sector privado) para proteger a los estudiantes y brindarles una cobertura médica en caso de ocurrir un accidente en el ámbito escolar, algo habitual por las caídas y golpes que puedan ocurrir ya sea en el transcurso de una materia o en los recreos.
El propio Código Civil y Comercial de la Nación impone que los establecimientos educativos tienen la obligación de responder “por el daño causado o sufrido por sus alumnos menores de edad cuando se hallen o deban hallarse bajo el control de la autoridad escolar” y agrega en su artículo 1.767 que “el establecimiento educativo debe contratar un seguro de responsabilidad civil”.
A diferencia de lo que ocurre con los seguros destinados al ámbito laboral, como es el caso de los docentes que tiene asegurado también el trayecto al lugar de trabajo, la cobertura para los estudiantes es dentro del establecimiento, no en la calle, en el camino o en la vereda, solo dentro del perímetro. Solo en el caso de alumnos con discapacidad motriz que hagan uso de silla de ruedas, tienen una extensión de la cobertura desde que son descendidos del transporte escolar hasta el ingreso al edificio.
El caso particular de Cipolletti ocurrido en marzo (al igual que otro hecho en Roca) despertó preocupación entre los docentes y las familias porque detectaron que el formulario de “accidentes personales” de la aseguradora provincial Horizonte Seguros tenía un elemento desconocido hasta el momento y es que indica que la “asistencia médico farmacéutica” es bajo la “modalidad por reintegro” (la última palabra aparece en mayúsculas y resaltada con tipografía negrita). La planilla es oficial, entregada por el establecimiento educativo a la familia para la cobertura del siniestro, e incluso está incluida entre los formularios de Salud Escolar disponibles en la web oficial.

La seccional Cipolletti de Unter de inmediato intervino y presentó una nota al Consejo Provincial de Educación advirtiendo que el formulario de la ART provincial “impone a las familias de los estudiantes la aceptación de la modalidad por reintegro o la nada misma” y pidió que se modifique esa cláusula eliminando la modalidad de reintegro “a los fines de no incurrir en un incumplimiento de sus obligaciones y un cercenamiento de los derechos a la salud de los estudiantes de las escuelas públicas de la provincia”.
La nota fechada el 20 de marzo, hasta ayer no había tenido respuesta, según indicó el secretario general de Unter Cipolletti, Fabián Oliva, quien remarcó que con esta cláusula “se obliga a las familias a costear estudios complementarios o medicinas que prescriba el médico que atienda al estudiante ante un accidente escolar”. Remarcó que en uno de los casos detectados, en una institución médica se le exigió a la familia el pago de 100.000 pesos por una tomografía, con la promesa de que Horizonte abonará por reintegro, sin plazo preciso.
Para Oliva es un “recorte” de Educación en un servicio que debería garantizar para todos los estudiantes.
En el ministerio de Educación no se habían enterado del caso ni de ninguna denuncia vinculada a esta disposición y señalaron un posible “error administrativo” en el formulario de la aseguradora, por lo cual -tras la consulta de RÍO NEGRO– se realizaría una reunión con la empresa para abordar este punto.
Qué dice Educación del procedimiento y el reintegro
Fernando Orellano, coordinador del departamento de Salud en la Escuela del ministerio de Educación, explicó a este diario cómo es el procedimiento del seguro escolar. A su entender el único caso en el que podría haberse cobrado y gestionar el reintegro es si la familia lleva al alumno a la consulta médica por un incidente en la escuela y no cuenta en el momento con el formulario de “denuncia” que debe realizar el directivo del establecimiento, acreditando el hecho en el horario de clases y en el interior del edificio.
Ese formulario requiere de los datos personales del alumno, el número de póliza que le corresponde, fecha del accidente y autoridad a cargo.
En esos casos se realiza un procedimiento particular para gestionar el reintegro, con otra planilla que requiere anexar los comprobantes de gatos.
Según Orellano, si el responsable del menor acude al centro médico que realiza la práctica por la cobertura de la ART con la planilla de denuncia del accidente escolar ninguna asistencia se le cobra, allí “la institución médica factura directamente a Horizonte”.
Otro caso es el que la familia rechaza recibir la cobertura de la aseguradora ofrecida por la escuela, para lo cual se debe firmar el desistimiento. Esto puede ocurrir si los padres deciden llevar al niño a su médico de cabecera o atenderlo a través de su propia obra social.

Orellano aseguró que hasta el momento con una cobertura de casi 200.000 estudiantes en la provincia “no han existido demandas judiciales ni reclamos por falta de cobertura médica en las escuelas” e insistió en que la atención por reintegro si se realizó con el formulario como corresponde, se trata de un error.
Además, detalló que “la póliza de cobertura es por un millón de pesos por alumno”. Es decir que dentro de este tope se cubren todas las prestaciones médicas por un accidente escolar, en lo que se llamaría la “primera atención” y también las prestaciones de una segunda instancia cuando por ejemplo el médico prescribe una radiografía, tomografía, resonancia u otro estudio.
La práctica habitual ante un accidente escolar es que el directivo realiza la planilla de “denuncia”, se convoca a los padres que son quienes llevan al menor al centro de salud que trabaja con la aseguradora oficial y el resto de la tramitación la continúa la institución médica con la ART y el área de Seguro Escolar, que tienen una dinámica fluida en estos trámites.
En Neuquén, el servicio lo brinda Sancor a través del BPN
En la provincia de Neuquén la cobertura de seguro escolar la presta la empresa Sancor Seguros, según informaron desde el ministerio de Educación.
El procedimiento se realiza en cumplimiento del Decreto 2748/96 que establece que todas las contrataciones de seguro para la Provincia se realizan por intermedio del BPN. “Este envía a cada ministerio una propuesta que incluye tres o cuatro compañías, acorde al riesgo a asegurar, se evalúa la propuesta tanto por el costo como por la cobertura y se procede a la solicitud y contratación”, detallaron ante la consulta de este diario.
Cuando ocurre un accidente en una escuela, el establecimiento lo informa a la Dirección de Seguros del CPE, que lo remite a la aseguradora y al BPN.
“De existir reclamo de reintegro o económico, se solicita la documentación correspondiente y luego se realiza un convenio entre el seguro y la familia”, puntualizaron.
La falta de guardias pediátricas, otro problema
La atención de los siniestros escolares a través de la cobertura de aseguradoras muchas veces deriva en que todos confluyan en los hospitales públicos, ya sea para el caso de escuelas estatales o privadas, porque no existen otras guardias pediátricas o asistencia específica para las infancias.
De las ciudades grandes o cabeceras en servicios de salud ese es el caso de General Roca y Viedma. En ambas localidades hay dos clínicas privadas que trabajan con las aseguradoras, pero ninguna tiene guardia pediátrica y por lo tanto no se puede garantizar una atención de emergencia que surja en un ámbito escolar, excepto que se realice por guardia general.
En las dos ciudades todos los chicos confluyen en el sistema público a pesar de que en algunos casos se les ofrece el seguro escolar como parte de los servicios arancelados que se abonan con la matrícula.
En Bariloche y Cipolletti existe en el ámbito privado el servicio específico de guardia pediátrica a donde derivan las aseguradoras que ofrecen sus servicios a las escuelas del ámbito privado y también público.
Un caso reciente en Cipolletti en el que la familia de una alumna de una escuela pública debió costear los gastos de un estudio médico tras un accidente dentro de la escuela -gestionando posteriormente el reintegro- puso la mirada en qué cobertura tienen los miles de estudiantes de todas las edades en la región por siniestros ocurridos durante el horario de clases, un servicio que está normado, es obligatorio y que para algunos tiene reglas poco claras.
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