Estafa con planes sociales en Neuquén: «los sistemas no fallan, las personas sí»
Declaró una ex funcionaria con 37 años de experiencia en el Estado de Neuquén, que fue ministra y contadora general de la provincia. Su nombre no se puede publicar. Firmó al menos un expediente que luego se comprobó está repleto de falsedades. Dio las explicaciones.
La ex Contadora General de la provincia de Neuquén dijo que en el caso de la estafa con planes sociales no falló el sistema sino las personas y deslindó su responsabilidad por haber firmado expedientes que -según se descubrió después- están plagados de irregularidades. «Yo no desconfío de mis auditores. Si tuviera que trabajar suponiendo que todos están haciendo mal su tarea, los echo», aseguró.
La exfuncionaria, que también fue ministra de Hacienda en el primer gobierno de Jorge Sapag (2007/11), explicó que después de 37 años en el Estado de Neuquén «estoy jubilada desde diciembre, chocha estoy«. Hizo un pedido expreso al tribunal del juicio para que prohíba la publicación de su nombre y su imagen, como muchos otros funcionarios públicos. Fue la testigo central de la vigésimo quinta audiencia, en la sexta semana de juicio.
La Contaduría General de la Provincia es la que le pone a los expedientes la firma con la cual se cierra un proceso. Explicó en la audiencia de este martes que cuando estalló el escándalo con los planes sociales, en agosto del 2023, «decidimos volver a revisar lo revisado para ver dónde el proceso permitió que se hicieran cosas que no correspondían».
Cruce de bases de datos
«Empezamos a mirar secuencias para ver dónde estaba el error y cruzando bases nos dimos cuenta de que había empleados públicos que percibían subsidios», señaló.

Según otra testigo que declaró en el juicio, eran alrededor de 900.
Aunque dijo que «los sistemas no fallan, fallan las personas», cambiaron las dos cosas: al auditor que había aprobado los expedientes y los procesos para que algunas irregularidades se detecten automáticamente.
«Para nosotros el proceso no era permeable, era correcto, no detectábamos errores», en aquel entonces. La maniobra que se está investigando demostró su altísima vulnerabilidad.
La firma de la ex Contadora General cuyo nombre no se puede publicar figura en un expediente junto a la de Julio Arteaga, el auditor acusado de aprobar las irregularidades a cambio de un pago mensual. La exfuncionaria tuvo que explicar el motivo, y dijo que en su momento asumió que la información que había en el legajo era correcta.
Principio de confianza
«No desconfío de mis auditores. Si tuviera que trabajar suponiendo que todos están haciendo mal su tarea, los echo. Los cambio. Se trabaja en confianza», afirmó.

Gonzalo Rodríguez, defensor del exministro Abel Di Luca, le pidió que profundizara el concepto. Lo hizo de la siguiente manera: «Asumimos que somos todos funcionarios probos, que trabajamos en equipo, que vos estás ayudándome en mi trabajo. Eso es confiar».
La explicación coincide con la teoría del caso del abogado, quien niega la existencia de una asociación ilícita como acusa la fiscalía.
Con bombos y quema de cubiertas
En otro tramo de su declaración dijo que en una época del mes desarrollaban su tarea bajo presión. «Llegaba el expediente (a la Contaduría) y llegaban los manifestantes con bombos y quemas de cubiertas». Eran los grupos controlados por los punteros políticos, algunos de los cuales respondían en forma directa a Ricardo Soiza según se supo durante el juicio oral.

La exfuncionaria explicó: «No es lo mismo trabajar con un expediente que uno lo puede mirar hoy, la semana que viene, el mes que viene, o no mirarlo, a que te avisen ‘va a llegar un expediente y hay que pagar planes hoy a las 4 de la tarde’. En la vereda quemaban cubiertas hasta que salía el expediente de la Contaduría, la Tesorería pagaba raudamente, salían los fondos y empezaba el pago».
Los cheques globales
Una parte de la declaración que interesó a la fiscalía y a las defensas fue cuando se habló de los pagos con «cheques globales», una denominación que según la exministra «no existe, aunque puede ser que algún funcionario le haya dado ese nombre».
Recordó una charla que tuvo con Tomás Siegenthaler, ex Coordinador Provincial de Administración (imputado en este juicio): «le dije tenés que bancarizar todo, porque el cheque es muy permeable con la cadena de endosos que no llegue al destinatario».
Señaló que «quedaron muy pocos cheques, unos 50, que se les entregaban a funcionarios y éstos tenían que rendir con la nómina de los subsidiados a los que se les pagaba«.
Es decir: el funcionario convertía el «cheque global» en efectivo, distribuía los billetes entre un grupo de subsidiados no bancarizados, les hacía firmar un recibido y hacía la rendición.
Sin respaldo
El abogado e imputado Alfredo Cury le preguntó en qué norma se sustentaban los cheques globales, y la ex Contadora General respondió: «en la urgencia y en la carencia».
Puso como ejemplo el caso de «una contadora» que un sábado «me llama y me dice ‘acá hay una familia con tres chiquitos y hace cuatro días no tienen para comer’, y yo le dije ‘meté la mano en tu cartera, pagale un café con leche a los pibes y después pedí el reintegro».
«Existen procedimientos que son excepcionales, recalco excepcionales, que permiten que un funcionario reciba un fondo, un cheque, lo cobre y resuelva una situación puntual», agregó.
Quién firma la rendición
Ante una pregunta de Pablo Gutiérrez, abogado de Siegenthaler, respondió que el exdirector de Planes Sociales, Ricardo Soiza, era el funcionario que debía rendir los pagos a subsidiados no bancarizados.
Le consultó luego quién tenía que conservar los recibos. «Aquel que armó la rendición -contestó la testigo-, en este caso la unidad de gestión de Planes Sociales (Soiza), que la mandaba a la dirección de Administración (bajo la órbita de Siegenthaler), de ahí a Contaduría (o sea, a su área), nosotros se la devolvíamos, y la dirección de Administración no sé si se la devolvía a Planes o qué».
El fiscal jefe Pablo Vignaroli le preguntó si los cheques que cobraban empleados del Ministerio de Desarrollo Social -como los imputados en esta causa- eran «cheques globales». La ex Contadora General, después de algunos tironeos, respondió que sí aunque los llamó «anticipos de fondos».
La ex Contadora General de la provincia de Neuquén dijo que en el caso de la estafa con planes sociales no falló el sistema sino las personas y deslindó su responsabilidad por haber firmado expedientes que -según se descubrió después- están plagados de irregularidades. "Yo no desconfío de mis auditores. Si tuviera que trabajar suponiendo que todos están haciendo mal su tarea, los echo", aseguró.
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