Río Negro no escapa al recorte en ciencia: menos becas de Conicet y postulaciones
Trabajadores del organismo nacional, de la UNRN y la UNCo advierten que la disminución en el presupuesto destinado a los estipendios compromete la continuidad de proyectos y debilita el vínculo entre ciencia y desarrollo regional.
La desfinanciación del sistema científico y tecnológico argentino también impacta en Río Negro, una provincia con amplia producción de conocimiento que atraviesa desde la zona Andina hasta el Valle y la Costa. La caída de becas, el ajuste en el Conicet y la paralización de proyectos generan incertidumbre entre investigadores y becarios de la provincia.
Las becas son una herramienta que permite garantizar la igualdad de oportunidades en el acceso a la ciencia. “Permiten que todo estrato económico social pueda dedicarse a la producción de conocimiento, que no esté restringida solo a las clases altas”, señaló Iván Capurro, paleontólogo y becario de Conicet en diálogo con Diario RÍO NEGRO, y agregó que la posibilidad de dedicarse de manera exclusiva a la investigación permite generar mayor conocimiento y generar proyectos de calidad.
Además, Capurro sostuvo que el objetivo de la ciencia y de investigar es la generación de conocimiento para entender mejor el mundo en el que vivimos, «muchas veces ese conocimiento termina generando una mejora de la calidad de vida de nosotros como personas, pero antes de esa mejora hay un montón de investigaciones que no son inmediatamente productivas económicamente, pero sí lo son para nosotros como seres humanos, para conocer el territorio donde vivimos», afirmó el investigador.
«Lo que no se conoce, no se puede cuidar, no se puede trabajar, ni potenciar»,
Sara García, licenciada en Paleontología y becaria de Conicet.
Sin embargo, los cupos de ingreso a la carrera científica vienen en caída. Según la Red de Autoridades de Institutos de Ciencia y Tecnología, de los 845 puestos comprometidos en la convocatoria de ingresos a la carrera del Investigador Científico y Tecnológico (CIC) 2023, solo se otorgaron 400. “Se reduce en más del 50% el cupo de ingresantes. Además, no se abrieron concursos para 2024 y 2025”, advirtió el organismo.
Por su parte, Verónica Trpin, directora del Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales perteneciente a Conicet y la UNCo, e investigadora de Conicet, sostuvo que gran parte de la formación de posgrado -especialmente los doctorados- se sostiene con la presencia de becarios y becarias del Conicet. «Su participación no solo aportaba al desarrollo académico, sino que también fortalecía los equipos y las líneas de investigación en curso», afirmó la investigadora.
Asimismo, advirtió sobre el impacto del ajuste en el sistema científico, especialmente en la región de la Patagonia Norte. La caída en las postulaciones a becas doctorales y de finalización de doctorado es uno de los síntomas más visibles. Esta región, que incluye siete institutos de doble dependencia entre Río Negro y Neuquén, y dos en La Pampa, ha visto una disminución alarmante en el número de aspirantes. En 2023 se presentaron 51 personas; en 2024, 31; y en 2025, apenas 15. Se trata de becas de cinco años que permiten realizar estudios doctorales con dedicación exclusiva.
Becas doctorales 2025
- 15
- son las postulaciones a becas doctorales de Conicet en Patagonia Norte que incluye Río Negro, Neuquén y La Pampa, según la directora del IPEHCS-Conicet-UNCo.
Trpin atribuyó esta caída principalmente a la incertidumbre que enfrentan los jóvenes respecto al futuro de la carrera científica. “Hoy resulta poco atractivo pensar en una trayectoria científica en un contexto donde la ciencia está atravesada por la incertidumbre y el desfinanciamiento”, señaló.
En Río Negro también se han registrado renuncias, tanto de personal administrativo como de becarios. “Con estipendios tan bajos, muchos optan por buscar otros trabajos. La ciencia está perdiendo a sus jóvenes, y con ellos, el futuro del conocimiento”, concluyó.
Precarización y pérdida de conocimiento regional en Río Negro
La reducción de financiamiento no solo limita nuevas investigaciones, también genera la llamada “fuga de cerebros”. Investigadores formados en universidades públicas terminan emigrando a otros países que sí cuentan con políticas de incentivo. “Si la situación sigue así con los recortes en becas, con la disminución de monto, con el número cada vez más cerrado de postulaciones, se perfila en esa misma dirección”, advirtió Capurro.
Sara García, licenciada en Paleontología y becaria de CONICET, señaló que “somos el sector más precarizado dentro del organismo, carecemos de derechos laborales básicos como aportes jubilatorios, aguinaldos y licencias. Durante el gobierno de Milei perdimos aproximadamente un 36% de nuestro poder adquisitivo y hoy estamos por debajo de la línea de pobreza”. También señaló que, en Río Negro, no está funcionando la obra social que proporciona el organismo.
Además, agregó que la situación se agrava para quienes intentan formar una familia, ya que muchos optan por renunciar a la carrera científica para buscar estabilidad laboral, «lo cual implica perdida de personal especializado y con ese personal perdida de conocimiento específico sobre diferentes áreas«.
«No fomentar la generación de científicos que puedan estudiar temas de la región, es desaprovecha el conocimiento que nos puede dar nuestro territorio»,
Iván Capurro, paleontólogo y becario de CONICET.
A esto se suma el bajo valor de los estipendios. Las becas doctorales rondan el millón de pesos mensuales según Trpin, monto con el que los becarios deben sostener sus investigaciones, cubrir sus gastos personales como alquiler, comida, entre otras necesidades básicas y pagar sus estudios de posgrado. “Es un ingreso que no alcanza para vivir y proyectar una carrera a largo plazo”, adviertió.
En la provincia de Río Negro, según los valores actualizados de Julio 2025, los estipendios de las Becas Internas del CONICET presentan variaciones significativas según la localidad del lugar de trabajo. Por ejemplo, en Allen, el monto mensual para una beca doctoral es de 1.008.501 pesos, mientras que en Cipolletti asciende a 1.103.623 pesos, y en San Antonio Oeste alcanza los 1.135.330 pesos Las localidades con mayores estipendios son San Carlos de Bariloche y Viedma, ambas con 1.124.761 para becas doctorales y 1.377.363 para postdoctorales.
Según el informe elaborado publicado en el Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación, en julio 2025 los presupuestos destinados a becas dentro del sistema científico argentino han sufrido un fuerte deterioro en términos reales. Desde noviembre de 2023, las becas del CONICET -junto con los salarios de investigadores- perdieron un 35,4% de su poder adquisitivo, lo que refleja el impacto del ajuste fiscal sobre los ingresos de quienes integran el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación.
El nexo entre las universidades y CONICET es permanente
«El nexo entre las universidades y CONICET es permanente», sostuvo García y agregó que las unidades ejecutoras, es decir los institutos, en muchos casos son de bipertenencia, lo que quiere decir que la mantención de edificios y equipos dependen en parte de las universidades, «las cuales prácticamente no pueden aportar nada de su presupuesto anual porque están priorizando cumplir con los sueldos docentes y con el funcionamiento de los edificios exclusivos para el dictado de clases».
Un ejemplo de esta articulación institucional son el Instituto de Investigación en Paleobiología y Geología, de doble dependencia entre el Conicet y la Universidad Nacional de Río Negro, y el Instituto Patagónico de Estudios de Humanidades y Ciencias Sociales, que vincula al organismo nacional con la Universidad Nacional del Comahue. Ambos cuentan con sedes en la provincia de Río Negro y forman parte del entramado científico regional.
Según Julio Monasterio, docente de la UNCo y referente del gremio docente Adunc, la universidad tiene «tres grandes patas», una de ella es la investigación y la extensión, «muchísimas de las tareas vinculadas no se han podido llevar a cabo en el transcurso del año a partir de recortes en partidas concretas, becas de investigación que no han podido iniciar«, afirmó el docente. Un ejemplo fueron las becas de EVC-CIN 2024, que en durante más de un año se vieron paralizadas por la falta de transferencia de los fondos del tesoro nacional al Consejo.
Por su parte, Mónica Zanchin, docente de la Universidad Nacional de Río Negro y secretaria gremial de SIDIURN explicó que «todo lo que es investigación y extensión, fue lo en lo primero que impactó el de financiamiento, porque fue lo primero que se recortó», afirmó.
Además, agregó que no hay nuevos proyectos de investigación y los que hay «se hacen con un esfuerzo enorme de la propia universidad que redistribuye un poco los ingresos porque por parte del Estado Nacional no hay ningún tipo de aporte, está completamente paralizado todo«.
«Si no se destraba la ley de financiamiento universitario, esto no va a cambiar. No podemos funcionar sin un presupuesto, sin una financiación«, sostuvo Zanchin.
Trpin, docente de la UNCo, también advirtió que el “semillero” del sistema científico -la base de nuevos investigadores- se está reduciendo drásticamente. «Lo más grave es la desarticulación de los equipos de investigación. No hay renovación generacional, y eso debilita los eslabones que impulsan la producción de conocimiento: los jóvenes y los diálogos intergeneracionales”.
La desfinanciación del sistema científico y tecnológico argentino también impacta en Río Negro, una provincia con amplia producción de conocimiento que atraviesa desde la zona Andina hasta el Valle y la Costa. La caída de becas, el ajuste en el Conicet y la paralización de proyectos generan incertidumbre entre investigadores y becarios de la provincia.
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