Prat Gay: “Si se resuelven las cosas que no funcionan, la fiebre del dólar baja sola”

Confirmado el resultado de la elección, resta pensar en el rumbo que adoptará el país en los próximos dos años. Respecto a ello dialogó con PULSO el ex Ministro de Economía Alfonso Prat Gay. De visita en Neuquén, el ex funcionario se refirió a lo que dejó su gestión en 2016, y a los desafíos que enfrenta el país en el futuro inmediato.

PREGUNTA: ¿Cuál es la tensión más grave de la economía?
RESPUESTA:
Todas las variables están fuera de foco. Tal vez por eso me animo a decir que transitamos el peor momento de los últimos 20 años. Pobreza, inflación, deuda, dólar, déficit fiscal, nivel de reservas. En todos los casos las variables muestran valores extremos. En otra época sucedía que alguna de las variables podía estar deteriorada, pero las otras se encontraban cerca del equilibrio. Ahora todas están lejos del equilibrio. A ello se suma un descontrol político que complejiza y potencia los desequilibrios.

P: ¿Es problema el dólar a $200?
R:
Hay un enorme nivel de desconfianza, bajos niveles de inversión, y una preocupación general entre los actores económicos. En ese marco, el dólar es simplemente un síntoma de todas aquellas cosas que no funcionan. Lo que hay que hacer es resolver aquellas cosas que no funcionan, y la fiebre baja sola.

P: ¿Se sienten responsables en parte de las tensiones actuales?
R:
Nosotros tomamos las riendas en medio de un desorden inmenso, tal vez no tan grande como el de hoy, pero muy importante. En esos cuatro años se avanzó en algunas cuestiones, y no se avanzó en otras. Pero sobre todo en la segunda mitad del gobierno de Mauricio Macri, se cometieron algunos errores que terminaron pagándose caro al final. Lo que demuestra la situación actual es que bajar la inflación y ordenar la macro no es una tarea sencilla. Pero no se puede responsabilizar de todo lo que le pasa a la Argentina a solo 4 años de gestión.

En 2021 los salarios están mucho más bajos que fines de 2015. Es por eso que el desafío de hoy es efectivamente mucho mayor.

P: Respecto a su propia gestión ¿qué evaluación realiza?
R:
Nosotros estuvimos apenas un año, el 2016. Teníamos cuatro objetivos que cumplimos. Salir del cepo, poner el orden el Indec, resolver el problema de los holdouts, y la amnistía fiscal, que fue una de las más exitosas del mundo. Todo eso lo hicimos en solo seis meses. Y en 2017 cuando hubo que plebiscitar esa gestión, Cambiemos tuvo la mejor elección de medio término desde Raúl Alfonsín.

P: ¿Fue un error el gradualismo?
R:
Hay que dejar de lado la visión economicista. Mirando desde un pizarrón, hay una serie de restricciones que no se consideran, una de ellas es la política. Todos los que con el diario del lunes proponen que en 2016 hacía falta una política de shock, se olvidan que no se tenían “los fierros” para hacer política de shock. Con un tercio de las bancas en Diputados y un cuarto de las bancas en el Senado, no se puede hacer política de shock. Aquellas cosas que no requerían acuerdo del Congreso, se avanzaron rápidamente. En una sola semana levantamos el cepo cambiario.

P: Previo a la salida del cepo decían que los precios ya estaban al nivel del paralelo ¿fue un error?
R:
El atraso cambiario significa que los precios de los bienes y servicios locales están adelantados respecto al tipo de cambio. En 2015 todos los economistas coincidían en que el dólar estaba atrasado. Ese era el diagnóstico. El traslado a precios de la devaluación en 2016 fue muy bajo en comparación con otras devaluaciones. La realidad es que el detonante de la inflación de ese año, fue el incremento de las tarifas. El tarifazo representó un 11% de la inflación de ese año.

A fines de 2016 yo planteé la necesidad de incluir a la oposición en el gobierno y al Jefe de Gabinete en ese momento le pareció que era una pérdida de poder para el Presidente. Luego lo sufrimos.

P: Las tarifas ahora también están atrasadas, pero la inflación ya es del 50%…
R:
Y además de eso, los salarios están mucho más bajos que en aquel momento. Es por eso que el desafío de hoy es efectivamente mucho mayor al de fines de 2015. Debemos prepararnos para que en 2023, sea en las condiciones que sea, tengamos un programa creible y consistente, con una mayoría que lo lleve adelante.

P: ¿Es viable un gran acuerdo nacional?
R:
En Argentina siempre hay una de tres cosas que no encajan. Apoyo político y social, manejo y control del estado, y envión económico. Desde el regreso de la democracia, el kirchnerismo es el único que tuvo las tres cosas a la vez. La salida no existe sin un gobierno de unidad nacional en el marco de un gran acuerdo nacional. No para una ley, sino integrando a la oposición dentro del gabinete. Yo lo plantee a fines de 2016 y al Jefe de Gabinete en ese momento le pareció que era una pérdida de poder para el Presidente. Luego lo sufrimos.

P: ¿Tiene alguna aspiración personal de cara a 2023?
R:
La aspiración que tenemos es construir el espacio más potente posible de cara a 2023. Este año vimos lo bien que funcionan las PASO. Es la manera de resolver las aspiraciones personales que cada integrante del espacio tenga. La candidatura es el eslabón final de una cadena, en la que previamente hay que trabajar mucho conformando una red en todos los niveles. Tenemos un grupo de intendentes jóvenes en la UCR con un enorme potencial. Estoy acompañando esa renovación y lo que me mueve es transformar Argentina.

Soy keynesiano y «a mucha honra”. Hay que leer a Keynes antes de criticarlo o de alabarlo. Es una discusión abierta, que transita por el costado de lo que demanda hoy la sociedad.

P: ¿Se puede construir con los libertarios dentro de JxC?
R:
No comparto ese extremo ideológico. Pero tampoco creo que estemos en posición de imponer límites en términos de “yo sí y él no”. Es parte de la construcción. Así como estamos, tenemos el 40% de los votos. Siempre existió un espacio de derecha voluminoso y también una izquierda voluminosa. Nosotros hemos intentado transitar por el medio.

P: Este sector lo tilda a Ud. de “keynesiano”¿se puede militar junto a quien piensa tan distinto?
R:
Es lo que sucede con los extremos cuando están lejos del poder. Luego a medida que se arriman a la gestión, aplica el Teorema de Baglini. Respecto a mi condición de keynesiano, “a mucha honra”. Hay que leer a Keynes antes de criticarlo o de alabarlo. Hay neokeynesianos que son más marxistas que keynesianos. Es una discusión abierta, que transita por el costado de lo que demanda la sociedad, que hoy pide transparencia y gestión. Es el problema de los libertarios: la gente los acompaña más bien como una expresión de bronca.

PERFIL
Alfonso Prat Gay es Licenciado en Economía (UCA) y Máster en Economía (Universidad de Pensilvania).

En la actividad privada fundó la empresa de asesoramiento financiero Tilton Capital.

En la función pública se desempeñó como presidente del Banco Central durante la presidencia de Eduardo Duhalde, entre 2002 y 2004. Más tarde fue designado como Ministro de Economía de la Nación al inicio de la gestión Macri, en el año 2016.


Adherido a los criterios de
Journalism Trust Initiative
<span>Adherido a los criterios de <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Nuestras directrices editoriales

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios