“Los editores saben que imprimen un enigma”

William Ospina y Antonio Skármeta disertaron en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española sobre el libro, la lectura y el, escaso, espacio de divulgación de los libros.

CIUDAD DE PANAMÁ, (DPA).- El escritor colombiano William Ospina consideró que el verdadero dueño de un libro no es quien lo compra, sino quien lo lee. Y “el verdadero poseedor de los libros no es el que más libros lee, sino el que los lee mejor”, aseguró durante su participación en el VI Congreso Internacional de la Lengua Española que se celebra hasta hoy en Ciudad de Panamá bajo el lema “El español en el libro: del Atlántico al Mar del Sur”. Actualmente se piensa que los libros son mercancías, lamentó. Pero en realidad se trata de “lámparas en las que pueden estar guardados unos genios imprevisibles. Y aunque no toda lámpara tiene su genio, lo que brota de ellos también depende de lo que hay en el alma del hombre que frota la lámpara”, manifestó. El que compra un libro todavía no es su dueño, advirtió. “Que un libro sea el más vendido es buena noticia para el autor y los editores, pero todavía no es un triunfo para la humanidad. Podría ser mejor noticia cuál es el libro más prestado”, indicó. Leer de verdad, dijo, no es consumir, sino crear. “Y a menudo son los lectores quienes les revelan a los autores qué fue lo que en realidad escribieron. El autor no es dueño del sentido de lo que ha escrito. Un creador escribe no para comunicar algo que ya sabía sino para descubrir algo que ignoraba”. “Al acto de escribir lo llamamos creación porque se espera que en ese proceso surjan cosas nuevas, que el autor sea el primer sorprendido con ellas”, afirmó en su ponencia titulada “La utilidad de la luna”, en el marco de la mesa redonda “Libro, lectura y educación”. “Los editores saben que los que imprimen un libro imprimen un enigma”, indicó. Esta época juega además a disolver las fronteras entre los géneros. “Hay libros que ayudan a ver hechos, libros que ayudan a entenderlos y libros que ayudan a vivirlos, crónicas periodísticas, relatos históricos, novelas”. Respecto de la piratería de libros, Ospina expresó que, como todos los escritores, tiene “el deber de rechazarla”, aunque en el fondo no ve a la industria editorial tan alarmada con ese fenómeno. “Acaso sabe que los que compran libros piratas no son los mismos que compran libros legales y que no hay en realidad competencia”. La piratería solo se acabará cuando los libros se hagan pensando en la capacidad adquisitiva de todos, analizó Ospina, quien se calificó dentro del género de lectores que “a veces no termina los libros”, porque no considera a la lectura como una obligación. “Se lee poco, pero no menos que antes”, destacó por su parte el español Álvaro Marchesi, moderador de la mesa, citando una reciente encuesta de lectura en los países latinoamericanos de Latinobarómetro. El secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI) destacó que “las nuevas tecnologías amplían los grados de libertad del lector”.


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