Premio nacional a la creatividad de escolares de Guardia Mitre

La chispa de la creatividad parece extenderse tanto como la geografía que cobija a los escasos 1.000 habitantes de Guardia Mitre. Cuatro alumnos de la escuela rural Nº 5 resultaron incluidos entre los 50, de todo el país, premiados por una conocida multinacional.

GUARDIA MITRE (AV).- En la vida todo llega. Hasta el merecido premio a la creatividad y el esfuerzo, a pesar de la distancia. La comunidad educativa de la escuela rural Nº 5 «Luis Piedra Buena» de Guardia Mitre muestra con orgullo el premio obtenido por cuatro alumnos en un concurso organizado por una conocida marca de pasta de dientes.

Tanta es la alegría, que las bicicletas que recibieron tres de los cuatro chicos aún conservan el nylon que protege parte del rodado. Gonzalo Baldomé de 10 años, Anabella Bianchi de nueve y Magalí Leiva de 12 posaron felices para «Río Negro» junto a sus bicicletas y sus compañeros de la escuela. Del mismo modo lo hizo Beatriz Macía de 13 años, quien recibió una mochila como premio a la imaginación plasmada en el dibujo enviado al concurso nacional «sonrisas brillantes, futuros brillantes» organizado por la firma Colgate Palmolive en el marco de una campaña mundial para mejorar la salud bucal de los niños. Coincidió con un proyecto sobre esta temática que se desarrolla en la escuela para prevenir caries y ante la vivencia de adultos de pérdidas de piezas dentarias por la falta de hábito en el cepillado de dientes.

Todos los colegios del país recibieron la invitación. Miles de chicos participaron enviando un dibujo acompañado por un mensaje. Sólo fueron seleccionados 50 trabajos para los primeros premios y entre ellos los tres de Guardia Mitre, un pueblo rural de sólo 1.000 habitantes pero con una energía en sus raíces que hoy se advierte en sus frutos.

Los 130 alumnos de la vieja escuela primaria construida en 1912 celebran día a día el logro de cada objetivo. Lejos de las grandes ciudades, de lo bueno y malo que en ellas se ofrece, la chispa de la creatividad parece extenderse tanto como la geografía que los cobija. Los niños, de la mano de sus docentes y padres alcanzan metas que hoy parecen desechables: el trabajo en equipo como herramienta construir cimientos sólidos. Todos participan. Unos enseñan, otros aprenden y muchos apoyan esas dos patas importantes de crecimiento. La escuela huele a madera antigua conservada con el necesario cariño y cuidado de todos.

Bajo el lema «si escucho olvido, si veo recuerdo y si hago aprendo» y con ingredientes importantes como el esfuerzo y la perseverancia se han acariciado proyectos y galardones. Como éste que trajo reconocimiento y bicicletas para los chicos y como otros literarios que llenaron de satisfacción, también por el premio a la imaginación y al contenido interno de los chicos que transmiten respeto a la hora de escuchar y libertad al expresarse.

La directora Elsa Delgado y la docente Marilín Martín coincidieron en destacar el intenso trabajo con la comunidad para sistematizar los contenidos pedagógicos de los alumnos, así como la permanente e incondicional participación de los padres que muchas veces se transforman en un chico más. Muchos de ellos fueron alumnos de esta misma escuela que en pequeñas localidades como Guardia Mitre se transforma en el centro cultural del lugar.


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