Presos y falacia

Cipolletti

Desde sectores del peronismo se reclama la libertad de una serie de exfuncionarios y particulares en prisión por decisión de la Justicia Penal en causas, en su mayor parte, referidas a corrupción en el ejercicio de sus cargos públicos o con motivo del controvertible uso de las prisiones preventivas, con el fundamento de que se trata de presos políticos.

Se valen de un argumento tan falaz como insostenible, ya que todos han sido sometidos a juicios en un Estado de Derecho, donde han tenido la oportunidad de ejercer su legítimo derecho de defensa. Es decir, presos como resultado de un proceso dentro de la ley y con todas las garantías, todo lo contrario a un preso político, alguien privado arbitrariamente de su libertad por cuestiones ideológicas y/o acciones políticas.

Asimilar a delincuentes comunes con presos políticos es humillante para quienes en la historia han sido víctimas de despotismos gubernativos y es también desconocer la fuerza moral, la significación y el valor histórico de la condición de preso político, con su carga de drama y sacrificio personal.

Tal vez haya que recordar que Nelson Mandela expresa ese valor ético y político, para que no haya lugar a equívocos. Por lo tanto considerar presos políticos a quienes han cometido latrocinios desde el Estado en beneficio propio y en perjuicio de la sociedad es una deliberada y artera tergiversación de los hechos con el inconfesado propósito de dar impunidad.

Frente a los reclamos que buscan generar confusión, la sociedad debe estar alerta y exigir a la Justicia que continúe con los juicios a los responsables de los saqueos al Estado tanto del gobierno anterior como del que termina.

Carlos Alberto Segovia

DNI 7.304.065


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