“Probablemente la clave del éxito fue no buscarlo”
Escribió su primera novela, “El tiempo entre costuras”, y encontró el éxito: 550.000 ejemplares vendidos y la publicación en 20 países.
Profesora de Filología en Murcia, María Dueñas ya prepara otra novela.
No sabe cómo pero lo consiguió. Profesora de filología en la Universidad de Murcia, María Dueñas (Puertollano, España, 1964) escribió “El tiempo entre costuras”, su primer novela, y se encontró con el éxito. Lleva más de 550 mil ejemplares vendidos en los últimos 16 meses, será traducidas a doce lenguas, se publicará en más de veinte países y llegará a la televisión como serie. “No está mal, eh. (risas) Una sorpresita. Me llamó la atención la respuesta de la gente. Los lectores lo fueron absorbiendo y empezó a correrse la voz”, cuenta la escritora en una charla con “Río Negro”. “Por más que esté situada en África, es una novela fácil de asumir por todos. Lo importante es que la historia y los personajes te atrapen, independientemente de dónde sucedan los hechos”, sostiene Dueñas, “feliz” por el presente y “expectante” por el futuro. “No sé lo que va a venir. Tengo pensados otros proyectos pero no una segunda parte ni nada vinculado a esta novela. De mi parte lo voy a poner todo pero no sé qué voy a conseguir hacer. Ojalá tuviera la fórmula para volver a lograr el éxito pero por desgracia no la tengo. Probablemente la clave fue no buscarlo, esas cosas de la vida”, reflexiona. –¿Por qué y cómo llegó la primer novela? –Llega ahora porque yo no me plantee escribir hasta que llegó un momento en mi vida, a una cierta edad, en la que ya había cerrado círculos en otras facetas de mi vida. Lo profesional y lo familiar ya estaba consolidado. Y yo seguía con ganas, con interés de hacer algo creativo. Tenía entusiasmo por algo distinto, de salir un poco de la cotidianeidad. Dueñas está casada y tiene dos hijos: Bárbara, de 16 años, y Jaime, de 13. “Siguen reclamando dedicación y demás, pero permiten tener más tiempo que cuando son más pequeños”. Por su tarea como docente universitaria ha vivido “siempre en el mundo de letras y la aventura literaria era relativamente algo natural”. Sin embargo, “nunca había tenido la ambición de ser escritora, es algo contemporáneo, no es que venga de joven”. “El tiempo entre costuras” Sara Quiroga, la protagonista de “El tiempo entre costuras”, abandona Madrid en los meses previos a la Guerra Civil Española, movilizada por el amor hacia un hombre al que apenas conoce. Se instalan en la exótica y vibrante Tánger, donde lo impensable puede hacerse realidad. Incluso, la traición y el abandono. –¿Por qué la protagonista es una mujer independiente? –Necesitaba mover a un personaje femenino y que se viera su evolución a lo largo de las páginas. Una mujer independiente a finales de los años 30, que es cuando tiene lugar la trama, no era fácil encontrarla. Las mujeres apenas tenían espacio social. Y si no tenían un marido o un patrimonio familiar que las respaldara para ellas era muy complejo salir adelante. –Buscaste un personaje muy real, digamos. –Sí, sí. Por eso decidí hacerla modista, porque la costura era un de las pocas profesiones que permitían a la mujer ser económicamente autónoma, que era lo que yo quería para que tuviera libertad de movimiento para vivir diferentes vicisitudes y aventuras. Es una modista que finalmente termina colaborando con el servicio secreto. Y dentro de lo aparentemente increíble que puede resultar que una mujer española termine siendo espía, quería darle tanta verosimilitud como fuera posible. –Y aparecen las emociones, el abandono, la lealtad, el amor… –Quería que Sira fuera un personaje que en cierta forma encarnara en su personalidad unos valores y emociones universales con los que todos nos podemos sentir más o menos identificados. Y que van más allá de las fronteras. Casi todo el mundo sabe lo que es el amor, la traición, la amistad, la deslealtad, la traición… Aquí hay de todo, son cosas que un momento puntual de la vida todos pasamos por ello. –¿Hay una identificación suya con Sira? –No, no. Nada que ver. Más allá de esas cuestiones que nos unen a todos. Bueno, también la capacidad de luchar, de superarte. Cuando la vida le va dando golpes, ella es una mujer que se vuelve a levantar. Eso lo hago yo también, como todo el mundo. –¿Vivió situaciones como las de ella? –A mí no me traicionaron en el amor pero sí en la amistad. ¡Sienta fatal! Había puesto demasiada confianza en unos amigos que no se lo merecían. Pero bueno, al final hay justicia divina. Ellos salieron perdiendo más que yo. Soy poco creyente pero a veces parece que hay algo por ahí, en el cosmos, que hacen que las cosas que alineen en su sitio. –La novela, de alguna manera, habla también del miedo. –Sí, porque ella no es una heroína convencional, no es una Lara Croft. Es una mujer que cuando arranca la novela es inocente, ingenua, con unas coordenadas vitales muy limitadas, con muchas carencias. Entonces a medida que la vida le va dando golpes pues ella se tiene que levantar pero siempre con temores, con inseguridad, que poco a poco los va superando y se va robusteciendo. Al final ya se convierte en una mujer dueña de su propio destino, sin que los demás la manejen como pasaba con la Sira joven.
ENTREVISTA: María Dueñas
Juan Ignacio Pereyra pereyrajuanignacio@gmail.com
Dueñas retrata en su libro a una mujer independiente de finales de los años 30.
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