+50: tips y claves para lograr un hogar seguro y cómodo según una arquitecta de Roca

Claves a tener en cuenta para vivir en una cómoda y segura.

Por Mijal Orihuela, especial para «Río Negro»

Muchas veces las personas viven en una casa que construyeron o compraron mucho tiempo atrás, que fueron adaptando con el correr de los años, pero que hoy día no les resulta del todo cómoda. El espacio no está del todo bien aprovechado, por ahí no tiene un buen jardín o este no se puede disfrutar demasiado desde el interior. Como es vieja, la casa requiere un mantenimiento constante, que resulta molesto de hacer y un gasto adicional en el mes a mes. Incluso, si los hijos ya se independizaron o se fueron a estudiar, puede resultar excesivamente grande y compleja de mantener limpia. Pero, además, es posible que ya no les guste el barrio donde se encuentra, porque quedó desactualizado, porque no hay demasiada onda con los vecinos, porque la calle es ruidosa o porque queda lejos de donde viven los familiares y amigos.

¿Hay que esperar a ser adultos mayores para adaptar la casa a la nueva etapa de la vida de sus moradores? No, recomiendan especialistas.


El deseo de contar con un hogar que tenga el tamaño justo, cuyo diseño sea adapte a sus hábitos cotidianos, que sea fácil y económica de mantener y se encuentre en un lugar bonito, conduce a que muchas personas opten por comprar o construir una vivienda nueva. Si bien la segunda opción da una mayor libertad, atravesar el proceso puede resultar agobiante, dado que no se cuenta con el tiempo o la energía para ocuparse de la obra. Aún así, esto se soluciona con facilidad, contratando a un profesional que se ocupe de la misma en su totalidad, desde inicio a fin, una opción, con la que posiblemente no contaban quince años atrás, cuando construyeron por primera vez.

Las casas se van transformando según pasan los años de sus moradores.


Por otra parte, a medida que avanzamos en edad nuestras necesidades van cambiando y cuando se acercan los sesenta es frecuente empezar a pensar cómo garantizarse la mejor calidad de vida una vez jubilados. Por eso, al adquirir, construir o remodelar una vivienda, es recomendable aprovechar las enseñanzas de la geronto arquitectura. Una rama de la arquitectura que se especializa en el diseño para personas mayores, de la cual podemos tomar tips para construir una casa que nos resulte bien cómoda a través de muchos, muchos años. Adelantarse es la clave.

Pensar en la eficiencia energética, la durabilidad de los materiales y la limpieza del hogar también es fundamental cuando pensamos en una casa donde queremos vivir después de los sesenta y cinco años.

Mijal Orihuela, arquitecta y urbanista

Además de pensar en una estética que refleje la personalidad de quienes vivirán en la casa, y, de tener en cuenta sus hábitos cotidianos y presupuesto, resulta clave que su diseño y decoración ayuden a prevenir resbalones, golpes, caídas u otros accidentes, así como mantener el mejor estado de ánimo y visión posibles. Para ello, se incorporan pequeños detalles que harán la casa más cómoda y segura a través del tiempo.

Para los pisos de baños, la cocina y el lavadero se recomiendan materiales antideslizantes, recomiendan.


Las circulaciones deben ser simples y anchas, libres de obstáculos que impidan el paso como muebles o alfombras resbaladizas. Las puertas interiores deben tener 90 cm de ancho. Los baños deben contar con duchas seguras con mampara, asiento y duchador manual, ser espaciosos y tener puerta corrediza o que abra hacia afuera. Para los pisos de baños, la cocina y el lavadero se recomiendan materiales antideslizantes.


En caso de que haya olvidos o alguno de los habitantes desarrolle artritis, las cocinas deben tener sensores de gas y mesadas resistentes a las altas temperaturas. Las puertas y ventanas deben ser fáciles de abrir, pero las que dan a la calle deben tener rejas o cierre automático, por si quien habita en la casa se olvida de cerrarlas.


La iluminación natural debe estar bien pensada para que en el interior se perciban las horas del día, manteniendo una conexión con la naturaleza, y para que la casa tenga un buen nivel de claridad, lo cual permite reducir los gastos en electricidad. La iluminación artificial debe evitar que haya espacios de sombra, garantizando una claridad pareja en los ambientes, así como incluir sistemas de emergencia y luces guía entre el dormitorio y el baño, para quienes se levantan durante la noche.


Además, los contrastes de colores han de incorporarse como elementos de diseño, aunque no siempre son deseados en las casas para personas más jóvenes. Ayudan a distinguir vanos de puertas, llaves de luz y límites a personas con visión reducida, favorecen la salud visual y, si se usan colores vibrantes, elevan el estado de ánimo.

En los jardines han de evitarse las plantas con espinas, para que las personas no se lastimen en caso de tropezar, y usar canteros elevados en las áreas donde se trabaja con mayor frecuencia, a fin de proteger la espalda de quien hace la jardinería.


Pero también es clave pensar en el mantenimiento, dado que una vez que nos jubilamos es probable que no queramos contar con gastos regulares que podrían haberse prevenido. Por ello, pensar en la eficiencia energética, la durabilidad de los materiales y la limpieza del hogar también es fundamental cuando pensamos en una casa donde queremos vivir después de los sesenta y cinco años. De este modo, lo invertido rendirá buenos frutos y el día a día será más disfrutable.

Mijal Orihuela @mijal.arquitecta


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