Puente Cero, a la deriva, entre Roca y Cervantes

La comunidad también conocida como Las Angustias vive acuciada por las necesidades, que en su mayoría son desatendidas por los municipios que la comprenden. Es la desolación.

Al preguntársele a Isabel Morales cuáles son las necesidades del barrio Puente Cero, sonríe irónicamente: no sabe por dónde empezar. Pero por más que los dedos de la mano no le alcancen para enumerar las carencias, prioriza el esfuerzo que están realizando los vecinos para tratar de salir adelante.

Isabel Morales es la presidenta de la Junta Vecinal desde el 5 de mayo pasado; se percibe en ella un gran empuje por cambiar la realidad en que vive. Si bien en el barrio siempre hubo diversas actividades, este último tiempo los vecinos se comenzaron a juntar más para tratar de hacer algo en conjunto por ellos mismos.

Uno de los claros ejemplos es los encuentros de costura que comenzaron desde hace un mes en el Centro Comunitario. Una de las vecinas ofreció su vieja máquina de coser a pedal y a partir de ahí se formó un grupo de 10 mujeres que se junta tres veces por semana para arreglar y dar forma nueva a la ropa que es donada por otros que no la utilizan. Cada una tiene una función diferente según sus habilidades. Tienen previsto para fin de mes hacer una feria donde venderán a muy bajo precio la vestimenta que ellas arreglan para poder reunir unos pesos que serán destinados a los insumos para seguir haciendo esta tarea y ampliar su tarea comunitaria.

Por otra parte, otro grupo de vecinos se está organizando para hacer una huerta comunitaria en 4 hectáreas donadas por un chacarero que desde hace años no explota la tierra. Uno de los inconvenientes que sufre el barrio es que en esta época empieza a mermar el caudal de agua. Según los vecinos esto se debe a que en un principio las cañerías se hicieron pensando en un barrio de pocos habitantes pero en la actualidad viven cerca alrededor de 600 familias. Además estas familias no tienen provisión de gas de red si bien el gas rural pasa a pocos metros del barrio. Algunos pueden pagar garrafas, otros leña y otros directamente se tienen que arreglar con abrigo.

Otro de los problemas que acarrean desde hace tiempo es de índole geopolítico. Puente Cero (o Las Angustias como algunos lo denominan) se encuentra a 7 kilómetros de Roca y a 17 de Cervantes. Según los papeles, el barrio depende de Cervantes pero desde esta localidad afirman que esto es incorrecto debido a que está más cerca de Roca . En Roca dicen que no, que depende de Cervantes…Por lo tanto Puente Cero queda en medio y a la deriva sin saber a quien recurrir para reclamar por sus problemas.

Un dato para tener en cuenta es que la mayoría de las personas que viven en el barrio trabajan en actividades relacionadas con la fruticultura, con los hornos de ladrillos y las mujeres como empleadas domésticas. Por lo que el ingreso promedio es muy bajo y además fuera de temporada la cantidad de desocupados es alarmante. Además hay una gran cantidad de la población analfabeta. En este sentido la escuela primaria nocturna para adultos ha servido de gran ayuda para revertir esta situación además de las clases de apoyo que reciben los niños en el centro comunitario

La población de Puente Cero diariamente se enfrenta con un contexto por demás difícil en donde el hambre y la falta de trabajo son los denominadores corrientes. Pero no por eso bajan los brazos. (AR)

Una mano de vez en cuando

Los vecinos de Puente Cero no están solos. De hecho desde hace varios años diferentes personas se han acercado para realizar su particular aporte ante las necesidades del barrio.

Uno de los más claros exponentes por su dedicación y perseverancia es el grupo «Juntando Sueños», conformado por varios jóvenes de Roca que desde hace desde hace seis años trabaja en el barrio a la par de los vecinos.

Desde el inicio hasta ahora han sido muy variadas las actividades que realizaron pero lo más destacable es la concepción permanente de generar en los vecinos una participación activa en los procesos de cambio.

Así fue que con grupo de jóvenes del barrio elaboraron un proyecto para crear una radio que obtuvo el aporte inicial del Estado y ahora funciona con el nombre de FM Raíces a pesar de las dificultades económicas. Para lograr esto se necesitó del trabajo de los vecinos que obtuvieron capacitación gratuita gracias al aporte de la cátedra de Comunicación Radiofónica de la Facultad de Roca y del grupo Equipo Cristiano de Comunicación Social que les permitió descubrir que la comunicación no es un privilegio de algunos.

Además, brindan apoyo escolar a los chicos del barrio y realizan actividades recreativas en conjunto con la Comisión Vecinal, como ocurrió para el día del niño con un éxito extraordinario.

También hay muchos particulares que hacen cada vez que pueden un pequeño aporte. O como una doctora que prefiere estar en el anonimato y dona todas las semanas 20 litros de leche de tambo para los jubilados y los niños del barrio. O una panadería de Roca que les provee de la harina para elaborar el pan que se les da a los chiquitos del barrio. Los vecinos del barrio Puente Cero perciben diariamente las carencias pero también reciben una mano de vez en cuando que les posibilita una mirada de esperanza. (AR)

Aislamiento total: no tienen ni teléfono público

Uno de los más graves problemas que sufre la comunidad de Puente Cero es el aislamiento.

No cuentan con líneas telefónicas. «Hemos pedido en reiteradas ocasiones a Telefónica que nos instalen las líneas pero siempre se niegan hacerlo. Para colmo hace unos días nos robaron los postes de las líneas. No tenemos ni teléfono público», explicó Isabel Morales presidenta de la Junta Vecinal. Además, debido al bajo poder adquisitivo de los vecinos sólo existe un celular en el barrio que está en manos de la presidenta de la Junta Vecinal. Otra de la formas que veces utilizan es un «handy» que está en la sala de atención médica que depende del Centro de Salud de Cervantes. En este sentido los vecinos están totalmente desprotegidos en cuanto a la salud debido que en la sala no tienen médico desde hace meses. En el caso de emergencias alguno de los vecinos con auto debe solidariamente trasladar hacia Roca o Cervantes al enfermo para lo que debe tener combustible, todo un milagro con el costo que tienen los mismos en este momento.

Por otra parte, el transporte público realiza su recorrido por el barrio solamente cuatro veces al día por lo que los vecinos deben acomodar todos sus horarios a esta frecuencia.


La comunidad también conocida como Las Angustias vive acuciada por las necesidades, que en su mayoría son desatendidas por los municipios que la comprenden. Es la desolación.

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