¿Qué aportan los vidrios polarizados?

Dan una imagen de elegancia, protegen del calor y de la radiación ultravioleta, pero ese extra de privacidad no está disponible para todos los modelos, lo que hace que se recurra a láminas adhesivas no siempre permitidas.

ESTILO AUTOS

La superficie de cristal en un coche ha aumentado en los últimos años de forma continua, sobre todo el parabrisas, que creció entre 1980 y 2003 una media del 60 por ciento. La superficie acristalada es ahora del 24 por ciento, según los números del fabricante de cristales para coches Pilkington. Al mismo tiempo, se ha pasado de ventanas transparentes a cristales tintados que sirven para proteger a los ocupantes.

Ese tipo de lunas son un equipamiento estándar de los vehículos desde hace 20 años. La mayoría de fabricantes opta por un cristal con tonalidades verdes porque son los más económicos, ya que el cristal cuenta de por sí con una tonalidad verde. También hay variantes grises y azules, que protegen mejor del calor.

“El cristal normal verde permite que pase el 70 por ciento del calor al interior del vehículo”, asegura Volkmar Offermann, del fabricante Saint-Gobain Sekurit. Con los otros, apenas traspasa el 30 o 40 por ciento.

No siempre se puede montar ese tipo de cristales, ya que sólo suele estar permitido en la parte trasera, no en las lunas delanteras ni en el parabrisas, porque en estas ventanas las transparencia debe ser de al menos un 70 por ciento.

Quien quiera tintar sus cristales, los puede cambiar o recurrir a láminas adhesivas. Lacar las ventanas no está permitido, así como tampoco ciertos tipos de láminas, de las que hay disponibles muchas tonalidades e intensidades y que ofrecen una buena protección contra el calor y los rayos ultravioletas.

Esas láminas son por lo tanto una alternativa cuando las lunas tintadas no están disponibles para un modelo. Pegar esas películas en la parte trasera del vehículo puede resultar la mitad de barato que el cambio de cristales.

Quien dé menos valor a la protección de la vista y prefiera evitar el calor y la radiación ultravioleta, puede equipar los vidrios con una protección especial para el calor, ya que las lunas traseras, a diferencia del parabrisas, suelen ser de un cristal más sencillo por una cuestión de precio y de peso.

Por ello, es por las lunas laterales por donde entra el 30 por ciento de la radiación ultravioleta dañina hasta el interior del vehículo. El doble cristal protege mucho más en el parabrisas.

El comprador puede decidir al comprar el coche si quiere ese tipo de acristalamiento de mayor calidad y precio. Para el Volkwswagen Golf, por ejemplo, hay disponible lunas climatizadas que sólo dejan pasar el 40 por ciento del calor. Un ambiente más agradable dentro del auto ayuda a ahorrar combustible, porque hace que se use menos el aire acondicionado.

En un futuro cercano será también posible el oscurecimiento de los cristales pulsando simplemente un botón. La llamada “electrocromía” permitirá graduar la oscuridad de las lunas dependiendo del sol, del momento del día, de la temperatura o de lo que les apetezca a los ocupantes. Esa tecnología ya está disponible en espejos retrovisores y techos panorámicos.

dpa


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