¿Qué no te puede faltar en esta cuarentena? Contesta Guillermo Irusta

El flautista Guillermo Irusta, integrante de la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Río Negro de Fundación Cultural Patagonia (FCP), nos cuenta qué lo ayudó a lo largo de este tiempo en casa.

Después de más de siete meses en aislamiento (con restricciones cambiantes, pero aislamiento al fin), de a poco vamos retomando al menos parte de la normalidad a la que estábamos acostumbrados.


Durante todo este tiempo, fue fundamental aferrarse a distintas cuestiones para poder llevar bien los meses en casa. Sensaciones, emociones, pasatiempos, objetos, personas, lo que sea: todo sirvió para “aguantar”.

Como otros tantos artistas que pasaron por esta sección, en esta oportunidad el flautista Guillermo Irusta, integrante de la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Río Negro de Fundación Cultural Patagonia (FCP), nos cuenta qué lo ayudó a lo largo de este tiempo.


“La flauta es para mí una herramienta expresiva, una manera de meditar a través del sonido. Necesito diariamente tocar al menos un par de horas, a veces ejercicios técnicos, a veces ejercicios de sonido o repasar repertorio para sentirme bien físicamente y emocionalmente”, explica, en relación a su instrumento preferido.

Repasamos así sus imprescindibles durante la cuarentena.


Internet



Se transformó en una herramienta indispensable durante el primer encierro. Tanto para trabajar, filmando y enviando videos, como para ver películas, seguir las clases con mi hija o investigar para idear proyectos para el futuro.


El mate



Soy fanático del mate y de la yerba que compro especialmente. Es una gran compañía, tanto para el estudio como para los ayunos que hago semanalmente para mantenerme un poco equilibrado con las comidas.


La familia



Mis hijos y mi compañera fueron un sostén permanente y los que me ayudaron a atravesar esta situación tan delicada existencialmente. Sin ellos hubiera sido muy difícil sostener el ánimo en una época difícil de proyectar.


Naturaleza y actividad física



El contacto con la naturaleza y la actividad física son dos cosas indispensables en mi vida desde siempre. El pádel también fue un gran desahogo y una oportunidad de mantenerme físicamente vital durante todos estos meses.


Después de más de siete meses en aislamiento (con restricciones cambiantes, pero aislamiento al fin), de a poco vamos retomando al menos parte de la normalidad a la que estábamos acostumbrados.

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