Reclamo por el presupuesto judicial

NEUQUÉN (AN)- El titular de la Federación Argentina de la Magistratura, Abel Fleming, le trasmitió al presidente del Tribunal Superior de Justicia, Guillermo Labate, la preocupación de la entidad por el recorte presupuestario aplicado a la justicia neuquina. Además “conversamos con Labate sobre la necesidad de un plan estratégico que cuente con amplia participación en la discusión por parte de los magistrados y funcionarios y la representación gremial de los empleados”. “Si el presidente de un Tribunal Superior tiene que recorrer los pasillos del Poder Ejecutivo buscando plata, termina provocando una debilidad que no es buena para el Poder Judicial y para la gente”, advirtió Fleming. Recordó que “en el caso de Neuquén, el recorte presupuestario implicó que se redujera la participación del presupuesto judicial a menos del 4 por ciento del total de los recursos del Estado. Lo deseable es que los sistemas judiciales tengan entre 5 y 6 por ciento de la totalidad de los recursos”. Fleming, juez de cámara en la provincia de Salta, se reunió con Labate y luego dialogó con “Río Negro” en la sede de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de Neuquén. Señaló que la situación presupuestaria de la justicia preocupa a la Federación Argentina de Magistrados “por los efectos concretos y por que marca una relación de sumisión del Poder Judicial respecto de los otros poderes”. El mes pasado, la Legislatura decidió recortar el presupuesto judicial de los 410 millones de pesos solicitados a 301 millones. “Fue una decisión que se tomó sin que pudiera haber una discusión abierta respecto de cuál es el dinero suficiente para que funcione la justicia”, dijo Fleming. Añadió que “esto nos preocupa por el efecto de la reducción y por el poder emblemático que tiene: el sistema judicial termina no siendo parte de la definición de sus propios recursos”. En el mismo sentido explicó que un presupuesto acorde a las necesidades “permite planificar, llevar adelante políticas judiciales y racionalizar la aplicación de esa plata. Se pueden hacer las previsiones correctivas, reorientar los gastos para que den un beneficio mayor a la ciudadanía. Pero cuando se vive sobre la coyuntura, sobre la decisión discrecional de ‘hoy tenemos, mañana no, el mes que viene no sabemos’, se vive en el día a día y no hay una proyección”. “Hay una desigual distribución del trabajo -continuó-, hay gente que está recargada y otra que no. Todo esto debiera ser materia de un estudio y terminar en una planificación estratégica que impida que en cada cambio político o dentro del Tribunal Superior se vuelva a fojas cero, se abandonen rumbos o decisiones tomadas”.