La riqueza de Vaca Muerta pasa de largo por la ruta en Añelo

En determinados horarios no se puede cruzar la ruta por la fila de camiones y camionetas. La localidad aún no tiene hospital ni comisaría y muy poco asfalto.

Los comerciantes que trabajan en Añelo no se desvelan por los anuncios que tienen que ver con el aumento de la producción gasifera y la exportación a Chile. El auge de la industria actual les es ajeno y dicen que las riquezas de la actividad petrolera se van por la desgastada Ruta 7 en camiones o camionetas, y advierten que subsistir es un desafío para sus negocios por las altas cargas impositivas y por la escasez de dinero que se ve la calle.

En la localidad existen pocas calles asfaltadas, las principales son la Calle 14 (o Jorge Tanuz) y la Calle 3 que pasa por la puerta del viejo municipio. Los vecinos se quejan por la falta de obras y la ineficacia de servicios básicos. Mencionaron que el agua es un bien escaso pese a que el río Neuquén no pasa muy lejos del lugar y explicaron que llegado el verano el suministro se ve afectado totalmente, en especial para los barrios que están sobre la barda.

El panorama contrasta con la actividad que hace famosa a Añelo: los imponentes camiones petroleros pasan por la Ruta Provincial 7 sin descanso. “Entre las 16 y las 17 no se puede cruzar la ruta de un lado a otro por el tráfico”, explicó Marcos Quidel, dueño de la tienda “La mascota”, sin embargo señaló que el caudal no se derrama sobre las calles de la localidad.

Los vehículos suben por una cuesta hacia la cima de la barda donde están las bases de las empresas, también viajan hacia los ingresos a los yacimientos que se ubican a unos 30 kilómetros de la población.

Para los comerciantes el panorama no es alentador, porque si bien la clientela se sostiene, los precios no se pueden tocar porque los consumidores no gastan tanto como antes del 2015 cuando la industria estaba en su apogeo.

Todos señalan que hubo una “burbuja que explotó. Desde ahí en adelante se terminó la bonanza y es un panorama similar al que había antes de Vaca Muerta”, señaló Quidel que administra la tienda desde 2005 pero que sus padres abrieron hace 25 años.

El panorama que describen es distinto al del 2012 cuando fue el “boom” de Vaca Muerta, porque las empresas ahora están organizadas, han llegado con infraestructura. “Tienen trailers en sus bases, no salen a buscar tanto alquiler y también han instalado puestos de comida en la zona de los yacimientos, entonces los obreros casi no bajan al pueblo”, explicó Carlos Berón, quien tiene un complejo de habitaciones en la ciudad.

Eduardo Toledano tiene un local gastronómico en Añelo y explicó que el alimento de los obreros de la industria “está cartelizado” y explicó que las firmas optan por comprar viandas a un puñado de empresas “más armadas” que se dedican al rubro.

Los alquileres en el pequeño casco urbano están casi todos ocupados. Cuestan entre 5.000 pesos una pequeña habitación desprovista de muebles y para una personas, hasta los 35.000 por un casa para varios trabajadores. Obviamente en el pueblo tienen prioridades las firmas petroleras que rentan inquilinatos completos para ahorrarse el costo de los hoteles.

Berón, es un neuquino que en febrero de 2013 compró un terreno sobre la Calle 20 y construyó un complejo de habitaciones para alquilar. Hoy en día su prioridad es vender la propiedad porque asegura que está “cansado de esto, el pueblo está feo, el municipio y la provincia no invierten nada y nunca tenés agua. Viajar por la ruta también es un problema, yo casi me mato como 7 veces, es inentendible cómo no existen los dobles carriles todavía”, finalizó.

En números

Los comercios cada vez venden menos

“Se ve que hay una alta de actividad, hay más gente y más tránsito. Nosotros vemos más movimiento acá, pero el cliente está muy sensible. No hay plata, no hay plata”, explicó Eduardo Toledano, el dueño del restaurante “Five”, que se encuentra en el ingreso de la localidad por la Calle 14.

En ese contexto de falta de dinero señaló que el panorama obliga a los comerciantes a mantener los precios, pese a que los insumos han ido en alza.

En su local el plato del día cuesta 160 pesos, por ese motivo explicó que “en la carta, los precios están atrasados y nosotros nos comemos el aumento de todas formas, porque el precio mayorista sigue aumentando”.

Explicó que “vos tocas los precios y la gente no consume, ahora se comparten mucho los gastos, lo vemos en la caja: antes el consumo per cápita era de 300 ó 400 pesos y bajó considerablemente”.

A pocos metros del local de Toledano se ubica la panadería y restaurante “San Cayetano”, que funciona desde el 2000 sobre la Calle 1. El dueño, Sebastián Alonso, aseguró que al consumo restringido que ven desde hace un tiempo, se suman las presiones impositivas.

“Este año tuve que gastar alrededor de 100.000 pesos para la habilitación comercial. Se deben hacer planos de seguridad, pagar a los bomberos para aprobar el local. Te cobran sobre Ingresos Brutos, deben estar todos los papeles al día”, contó Alonso.

“En Fortín de Piedra hay una ciudad aparte. Hay alrededor de 5.000 personas instaladas trabajando, es un mundo de gente. Pero están instalados, de los 5.000 bajan 500 que son de Añelo se van de acá a El Chañar”, señaló el joven.

Pero como si la falta de moneda contante y sonante en las calles fuera poco, los constantes anuncios del gran desarrollo de Vaca Muerta no dejan de atraer gente de todo el país. “Caen muchos sin laburo, que están dando vueltas por acá y como no pueden entrar a la industria quedan boyando por la ciudad, tengo cinco currículum en la oficina”, explicó Alonso.

El nuevo hospital y la comisaría 10ª: dos obras que aún no se terminan

“Se ve mucha gente pero es por la ruta, no bajan a la ciudad. Entre las 16 y las 17 no se puede cruzar la ruta de lado a lado por el tráfico”.

Marcos Quidel es el propietario de la tienda La Mascota, de Añelo.

Eduardo Toledano es el dueño de un restaurante en el ingreso a Añelo

En todos los discursos se habla de Vaca Muerta y se promociona, pero no se hace nada. Hablan de esto, pero ni siquiera hay asfalto y la ruta es un desastre”.

Datos

35.000
pesos valen los alquileres en la localidad según las comodidades. Los más precarios salen $ 5.000.
La obra pública es un reclamo vigente de los vecinos. El propietario de un local sobre la Calle 14, quien prefirió el anonimato, criticó la falta de inversión y puntualizó en obras claves como la comisaría 10ª y el hospital que pese a estar muy avanzados aún no fueron inaugurados.
La última recorrida oficial que realizó el gobernador Omar Gutiérrez fue en junio y anunció que la comisaría estaba a punto de ser inaugurada y que solo restaban algunas semanas, sin embargo el moderno edificio sigue sin funcionar.
En cuanto al hospital, el último anuncio oficial que se realizó fue el 18 de junio donde el Ejecutivo informó que las obras están en un 98% de ejecución pero no se informó su fecha de inauguración.
“Se ve mucha gente pero es por la ruta, no bajan a la ciudad. Entre las 16 y las 17 no se puede cruzar la ruta de lado a lado por el tráfico”.

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